La rutina de la oficina continuaba, pero la tensión en el aire era palpable. Sparta trataba de mantener su mente enfocada en el trabajo, pero la extraña conducta de Raptor y sus propios temores lo mantenían alerta. A pesar de todo, sus compañeros Trollino, Mike y Muzi seguían con sus bromas y conversaciones cotidianas, ajenos a la tormenta que se gestaba en la mente de Sparta.
Una tarde, mientras Sparta organizaba unos archivos, Trollino se acercó con una sonrisa pícara.
—Sabías que el jefe ha estado hablando de ti —dijo, tratando de ocultar su risa.
—¿De mí?
—Sí, dice que eres uno de los contadores más eficientes que ha tenido. —Trollino le dio una palmadita en la espalda y se fue, dejando a Sparta con más preguntas que respuestas.
Esa noche, Sparta se conectó para su transmisión habitual. La máscara cubría su rostro, pero su mente seguía reviviendo las palabras de Trollino. Los mensajes de sus seguidores comenzaron a inundar la pantalla, y uno de ellos, el usuario habitual, envió un mensaje que captó su atención.
—He notado que te ves un poco tenso últimamente. ¿Todo bien?
Sparta se detuvo un momento, sorprendido por la percepción del usuario. Respondió con un movimiento de cabeza, tratando de no mostrar demasiada vulnerabilidad. Pero las palabras lo siguieron atormentando mientras continuaba con su rutina. La transmisión fue un éxito, como siempre, pero Sparta no podía sacudirse la sensación de ser observado más de cerca de lo habitual.
Al día siguiente, Raptor organizó una reunión improvisada con el equipo de contabilidad. Sparta, Trollino, Mike y Muzi se reunieron en la sala de conferencias, esperando las palabras del jefe. Raptor entró, saludando a todos con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
—Quiero agradecerles por su arduo trabajo —comenzó Raptor—. Hemos tenido un trimestre excelente, y eso es gracias a cada uno de ustedes.
Sparta se sintió incómodo bajo la mirada de Raptor. La reunión continuó con algunos anuncios y planes futuros, pero Sparta apenas podía concentrarse. Sus pensamientos volvieron una y otra vez a las coincidencias entre la vida diurna y nocturna.
Esa noche, mientras se preparaba para otra transmisión, Sparta se sentía más nervioso que de costumbre. Se conectó y comenzó su rutina, pero su mente estaba en otro lugar. Los mensajes de sus seguidores seguían llegando, y el usuario habitual envió otro mensaje.
—He estado pensando en ti todo el día. ¿Tienes algo que te guste hacer fuera de las transmisiones?
Sparta se congeló. La pregunta era inocente, pero la coincidencia con la reunión de la oficina lo inquietó. Decidió ignorar el mensaje y continuó con su actuación. Sin embargo, la tensión era evidente, y sus movimientos carecían de la fluidez habitual.
Los días siguientes pasaron sin incidentes significativos, pero la inquietud de Sparta no disminuyó. Raptor parecía estar más presente en la oficina, pero siempre con una sonrisa y una palabra amable para todos. No había ningún indicio claro de que supiera algo, pero Sparta no podía evitar sentirse vigilado.
