Luciano Camargo
-Hijo, Luciano, corazón despierta - la vos de mi mamá, la escuchaba muy lejos, hasta que se sentía cada ves más cerca - Ignacio despierta - fui abriendo los ojos de a poco, tenía mucho sueño, desde ayer que no dormía, la noche anterior me había desvelado, y no había dormido desde esa noche - hijo ya estamos llegando - abrí los ojos de golpe, no puedo creer que dormí 8 horas.
-Buenas noches mamá - me sonrió y me acaricio mi pelo - dormí muy bien, ¿qué hora es?- miro su mano que es donde estaba su reloj y hablo.
-Son las nueve y media de la noche, me di cuenta que dormiste muy bien, no te despertaste en todo el viaje - me dijo sonriendo.
-Estaba muy cansado.
-Lo se hijo te mereces descansar, te has matado estudiando, y ya sabes, no te quiero ver agarrar un libro, estas son nuestras vacaciones.
-Ay mamá por favor, los dos sabemos que lo de no agarrar, un libro me durará poco.
-Bueno trata de que no, además vas a estar con tu prima Alicia, no creo que te puedas aburrir, hace mucho que no se ven se tienen que poner al día.
-Bueno si es verdad, no creo que con Alicia me pueda aburrir.
-Señores pasajeros estamos llegando a su destino por favor abrochense los cinturones - el copiloto hablo, por su voz parecía que era bastante joven.
-Hijo tu tia y tu prima nos están esperando en el aeropuerto, asique no importa si tu auto no llega hoy - sabía de lo qué estaba hablando mamá. Le pedí al chofer de mamá que si podía traerme el auto, hasta acá, porque sinceramente prefiero manejar mi auto que el de otra persona.
-Esta bien, no importa si no llega hoy.
El avión aterrizó, nos bajamos del avión, y ya había oscurecido, era de noche, nos dieron nuestro equipaje, y caminamos por el aeropuerto, y justo la vi estaba ahí mi Tía Priscila, y Alicia.
-Hijo ¿ves a tu tía o a tu prima?.
-Están alla mamá - le señale a mi prima con el pulgar - mamá corrió hacia ellas y abrazo a mi tía Priscila, y después le dio un beso a Alicia en la mejilla, yo me acerqué hacia ellas.
ESTÁS LEYENDO
Forjando Mi Amor Propio
Teen FictionNunca me creí suficiente, pero te das cuenta de que a veces ya es hora de cambiar, de dar vuelta la página, y saber lo que valemos, no está mal, querernos, amarnos con nuestros defectos está bien, porque saber que no somos perfectos, que hay que equ...