Preámbulo

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En Grecia, Colin Bridgerton no entendía qué estaba pasando. Por qué su mejor amiga no le respondía sus cartas. Necesitaba hablar con ella, necesitaba verla. Este viaje sin noticias, sin leerla, había sido increíblemente tedioso. Por lo mismo, había decidido volver. Sobre todo, tomando en cuenta la última respuesta de su madre. Penélope había respondido todas sus cartas, también había sido así con Gregory, Hyacinth y Francesca, incluso con Benedict. Se tranquilizó al no leer el nombre de su hermano mayor. Tal vez le dijo eso el día de su partida solamente para asustarlo, hacerlo entrar en razón... ¿En razón de qué? Pen, simplemente era su amiga y ahora, sin saber por qué, la estaba perdiendo. 

Las cartas de Colin no dejaban de llegar, incluso llegaban de a dos y tres por el correo. Pues él temía que se extraviaran. Algunos sobres se notaban más llenos, en otros se podían palpar pequeños objetos... A pesar de eso, Penélope no sintió curiosidad y al momento de ser recibidas, fueron guardadas inmediatamente en el cajón. Se negaba a botarlas y quemarlas. Pues Colin, igualmente merecía un cierre. Por el contrario, a quien siempre le llegaban cartas de la pelirroja, era al vizconde. Cuando le contó la buena noticia, su corazón se llenó de orgullo. Penélope había hecho otra increíble hazaña, sería publicada y, esta vez, con su nombre. No podía creer lo increíblemente talentosa que era y esto lo llenaba de felicidad que desbordaba su corazón, porque los escritores podían vivir en cualquier parte del mundo. En sus cartas, la melancolía fue quedando atrás. Y, él ya no temía si ella volvería o no... Porque la Penélope que le escribía continuamente, no era la misma que se fue a inicio de la temporada baja. 

-Familia,  tengo noticias para ustedes. Resulta que hoy me llegó una carta de nuestra señorita Featherington favorita, contándome una noticias que me instó a compartir con todos ustedes. Incluso, mandó una pregunta para Benedict. 

-Tienes toda mi atención -Respondió el aludido. 

-Resulta que Penélope, en su estadía en Escocia...

-Ant, por favor, ve directo al grano -interrumpió Hyacinth impacientemente, logrando la risa de toda su familia, pues todos conocían su temperamento y afición por el chisme. 

-Como iba diciendo -Con una mirada fulminante a su hermana, seguida de una sonrisa. -Comenzó la tarea de escribir una novela. -Anthony tuvo que hacer una pausa por la respuesta que desencadenó esta noticia en su familia. -Resulta que envió su manuscrito a una editorial y lo han aceptado. Penélope será escritora. Tendrá una novela publicada que lleve su nombre. 

-Esto es increíble -Dijo Hyacinth.

-Penélope es tan inteligente -Respondió Gregory sonrojado. 

-La noticia, sin dudas, es extraordinaria hermano, pero, ¿Cómo me involucra a mí?

-Ella pregunta si puede usar uno de los dibujos que le mandaste como portada. 

-¿En serio?

-Sí. 

-Mi dibujo en una portada de una novela... Me resulta fascinante. 

-Entonces, ¿Le digo que accediste?

-No, yo mismo le responderé a Penélope. 

-Esperen... ¿Esto es bueno o es malo? -Preguntó Gregory.

 -Claro que es bueno. ¿Acaso no te das cuenta que la mayoría de los libros que tenemos en nuestra biblioteca son escritos por hombres? -Respondió Hyacinth. 

-No, no es eso. Es que sí Penélope tuvo éxito en Escocia. A lo mejor, ya no necesita volver. -Agregó Gregory con tristeza. 

-Cariño, debemos alegrarnos por Penélope, ella es nuestra amiga. Y sin importar en dónde esté o en dónde viva, ella va a seguir siendo nuestra amiga... Siempre estará a una carta de distancia. 

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