la cueva de los perros

Yo era un arqueólogo, generalmente exploraba lugares que tenían una gran historia. Esta vez me tocó investigar una cueva conectada a un cenote que, por su ubicación geográfica, probablemente fuera maya. Al llegar, tuve que dejar mi camioneta para ir a pie, al pasar la espesa naturaleza, logré ver el hermoso cenote, lo que sin duda confirmó que iba a tener que nadar un poco para llegar a la cueva, decidí ponerme algo para evitar mojarme debido a que podría arruinar algún hallazgo, tome el equipo con suministros que iba a necesitar y gracias al equipo que habían colocado, logré bajar, nade hasta la pared de la cueva que parecía el fin, sin embargo, si te sumergías podías pasar por abajo y fue lo que hice algo complicado debido al equipo pesado que llevaba, contuve la respiración y me sumergí, al salir todo estaba oscuro así que solo me guíe por pura intuición y nade hacia adelante casi desesperándome por no poder ver nada, cuando logre tocar primero con mi mano libre el suelo de la cueva tuve una sensación de que algo me quería jalar hacia abajo tomando mis piernas, me asuste más por qué no podía ver y rápidamente como pude salí, nunca me había pasado algo parecido, pero esperaba que no volviera a pasar, me puse de pie y prendí mi linterna con una carga de luz limitada para unas dos horas como mucho, me quité el traje que era para evitar mojarme y tome el equipo de suministros.

Caminé dentro de la cueva y, por lo que podía ver, no estaba inundada. Avance y entré en la fría cueva, donde ocasionalmente se escuchaban gotas de agua caer, Con una libreta, iba marcando mi camino recorrido para evitar perderme. Poco a poco fui encontrando algunas cosas: jarrones, decoraciones, grabados. Ahora mismo, mi intención solo era explorar la cueva, así que marqué las cosas que había encontrado en mi libreta y su ubicación para investigar todo en profundidad después. En un momento empecé a escuchar pasos detrás de mí y la gota de agua cada vez más cerca, al mirar a mi espalda, no encontré nada, solo pude escuchar un pequeño lamento mientras un escalofrío recorría mi espalda, no pude moverme en ese instante, cuando reaccione avance apresurado con una sensación inquietante recorriendo todo mi ser, En un cierto punto pude ver algo a lo lejos me acerque y pude visualizar un esqueleto recargado en una pared, parecía tener ropa típica de un guerrero, al acercarme un poco más, en la oscuridad pude ver una especie de perro de color negro, estaba olfateando el esqueleto como si buscara comida, era el perro más grande que había visto, apostaba que si se ponía en dos patas tenía mi altura como mínimo, tenía los ojos brillantes y un líquido negro salía de su boca, solo me pude dar la vuelta y salir corriendo en el proceso tirando la Caja de suministros, aquí no podría haber ningún perro.

Escuché cómo me seguía de cerca, sus pisadas grandes y toscas que me seguían de cerca. La linterna se resbaló de mis manos, empecé a tocar la pared para intentar guiarme, pero aun así no lo podía hacer adecuadamente. Corrí entre la oscuridad intentando escapar, pero escuché a lo lejos otro perro. Temblaba y esperaba que esto fuera solo una pesadilla, corrí como pude, pero no tenía salvación. Los dos perros estaban muy cerca de mí, entonces fue cuando tropecé por mi falta de visión. Caí por las escaleras lastimándome una pierna, me intenté levantar, pero simplemente no pude. En ese momento sentí un gran peso sobre mi espalda y caí. El perro cayó sobre mí, sintiendo cómo me aplastaba, mis huesos crujieron y yo solo pude dar un grito, escuché como el otro perro bajo, sentí que sobre mí caían algunas gotas, para mi mala suerte logré escuchar más perros. Me empezaron a morder sacando pedazos de mi piel y carne en una sola mordida, y uno empezando a arrancar uno de mis brazos, yo solo podía gritar y suplicar que esto se acabará. Logre escuchar unas cuantas risas y unos murmullos "hoy va a ser un gran festín".