Intenté regresar, pero mi hija estaba llorando. La tomé en mis brazos y corrí hacia el portal, pero no pude. Se cerró justo cuando intenté atravesarlo.
—Cuida de nuestra hija, cariño— fueron las últimas palabras que escuché de ella. Nuestra historia había llegado a su fin.
—¡Miku!— Grité con todas mis fuerzas, intentando abrir el portal, pero no funcionaba. Al darme cuenta de que estaba en mi mundo, me sentí aún más destrozado. Había regresado al día en que me fui, pero estaba fuera de mi casa. —¡Miku, te necesito!— Mi voz se volvía más y más débil. Abracé a mi hija mientras las lágrimas corrían por mi rostro. Mis dos perros, mis grandes amigos, llegaron al escuchar mi voz y corrieron hacia mí.
—Tranquilos chicos, estoy bien—. Ellos se me acercaron y olfatearon a mi hija.
—¡Javier, qué pasa!— Mis padres salieron de la casa al escuchar mis gritos. Al verme cargando a alguien, se preocuparon. —Javis, ¿qué traes ahí?— preguntó mi madre, la primera en hablar.
—A su nieta—. Mis padres se quedaron callados por un momento y luego se acercaron más. Mi madre tomó a mi niña en sus brazos.
Cuando la tomó, sentí cómo todas mis fuerzas se iban. Mis ojos se cerraban poco a poco y caí desmayado.
18 años después
Regresaba de la escuela. La universidad había sido difícil, así que tomé un taxi y luego un autobús para llegar a mi parada.
—Ojalá papá esté hoy—, pensé, como muchas otras veces. Desde que murió mi abuela, él había cambiado mucho, priorizando su trabajo.
Mientras caminaba a casa, una señora de la misma edad de mi papá pasó a mi lado y me saludó muy alegremente.
—Buenas tardes, Kore—. Se me acercó para conversar.
—Buenas tardes, señora Araceli—, respondí con un tono amable.
—¿Y cómo ha estado tu papá? Ya casi no lo veo—. Noté la preocupación en sus palabras.
—Ha estado bien, solo que el trabajo lo tiene muy ocupado—, respondí, preocupada.
—Sí, entiendo. El trabajo es difícil y más cuando tienes una hija—, dijo con un tono reflexivo—. Desde que terminó la universidad, se ha enfocado mucho en su trabajo. Tu papá ha sido muy fuerte desde que te tuvo en sus brazos. Aunque solo era un chico de 17 años, tuvo que asumir grandes responsabilidades. Yo también tuve a mi hijo a los 16, y sé que es difícil—. Esto último me dio curiosidad, ya que no lo sabía.
—En serio, lo lamento mucho—, respondí.
—Mi esposo me ayudó y así salimos adelante—, comentó con una sonrisa en su rostro.
—Bueno, disculpe, tengo que llegar a casa para hacer tarea—. Me incliné un poco para despedirme.
—Sí, hija, no te preocupes. Ve con cuidado—. Me reí levemente, ya que siempre cualquier señora me decía eso, y me retiré.
Después de un rato, llegué a la casa de mi abuela. No había nada en particular. Me quedé un rato sentada, mirando a la nada, pero sentí curiosidad por entrar a la habitación de mi papá cuando era joven. Al entrar, vi su cama y algunas cajas alrededor, incluso encima de la cama. Pero lo que más me llamó la atención fue una foto en su escritorio. La tomé y la limpié un poco, notando a mi papá y a una chica muy hermosa a su lado. Parecía una selfie, y en la esquina inferior derecha noté una frase escrita: "cuida a nuestra hija". La curiosidad me invadió, así que la guardé en mi mochila, salí de la habitación y volví a casa. No estaba tan lejos.
Al llegar, encontré una nota de mi papá en la mesa:
"Llegaré tarde, come; te dejé comida en la nevera."
(Otra vez como siempre), pensé, sintiéndome triste.
Comí y pasé toda la tarde estudiando y trabajando en las tareas. Ya era de noche, las 10:00, y aún pensaba en la foto. (¿Puede ser mi mamá?) (Somos muy parecidas) (¿Quién es?), eran algunas de las preguntas que cruzaban por mi mente. Estaba casi dormida en la silla cuando escuché que se abría la puerta de la casa. Estaba a punto de salir, pero noté que mi papá lloraba.
—Ya 18 años de tu partida, mi vida... aún te extraño. ¿Por qué tuve que cometer esas estupideces?— Se escuchaba borracho, pero aun así, me quedé escuchando sus palabras. Después de un tiempo, no escuché nada más, así que decidí salir.
Al salir, encontré a mi papá acostado en el sofá. (Papá, ¿por qué?), pensé, preocupada por verlo en ese estado. Lo levanté y lo llevé a la cama. Mientras lo ayudaba a llegar a su habitación, me dijo una frase: "Miku, ¿eres tú?" Esa frase me dejó muy intrigada. "Perdóname por convertirme en lo que no querías que fuera", "Te extraño mucho". No sabía qué pensar sobre el nombre que había mencionado. (¿Miku será el nombre de mi mamá?)
—Papá, descansa—. Lo arropé para que no se enfermara.
Cuando terminé, observé su cuarto. Tengo prohibido entrar, pero la curiosidad era más fuerte. Fui a su armario y, en la parte superior, encontré una foto donde él estaba con una bebé y una chica en un hospital. Parecía feliz.
Pero no parecía un lugar conocido, y no había rastro alguno de la ubicación. La chica parecía mayor que mi papá, calculé que tendría unos 22 años por su vestimenta. (¿Será mi mamá?), pensé. Recordé la foto anterior, y sí, parecía ser la misma persona.
(¿Es mi mamá? No creo, pero si lo fuera...) Comencé a llorar por todo lo que estaba pasando. Aún estaba impactada por todo, pero decidí salir de la habitación e irme a dormir, ya que debía levantarme temprano.
El día comenzó. Al llegar a mi salón, unos amigos estaban en su mesa viendo algo.
—¿Qué ven, chicos?— Me acerqué a ellos para saber.
—Hola, Kore, ¿cómo estás? Nada interesante—, me dijeron casi al unísono.
—Ya díganme qué ven—. Dejé mis cosas en mi mesa—. Por favor.
—Estamos viendo un anime viejito de unas quintillizas que se enamoran de un chico—. Me quedé sorprendida por lo que dijeron y miré una parte.
Estaban en la escena en la que el chico elegía a una de las cinco, pero me llamó la atención porque la chica de audífonos tenía el mismo nombre que mi papá mencionó anoche. Retrocedí un poco por la sorpresa y la duda me acompañó durante todas las clases. Mis amigos me preguntaban, pero no quería contarles lo que estaba pasando.
Al regresar a casa, investigué sobre el anime de las quintillizas y descubrí que había terminado hacía varios años. A lo largo del tiempo, se escribieron muchos fanfics sobre ella, pero uno se hizo especialmente popular: "Un camino distinto". Era una historia sobre un chico que viajaba al mundo de las quintillizas, se enamoraba de Miku Nakano y tenían una hija, pero la pareja debía separarse.
(No, no, no) Algo me llamaba la atención. El autor del fanfic se llamaba AshCruz. Un día, vi que mi papá tenía ese nombre en su computadora. (¿Será que mi papá es el chico de la historia?) Era algo que no quería creer. La historia al principio era muy romántica, pero a medida que avanzaba, todo se desmoronaba y se volvía un caos.
Terminé llorando después de leerla. Tenía que preguntarle a mi papá si él era el chico de la historia o no. (¿Cómo es posible que esto sea real?) Fui al espejo y me miré detenidamente. Veía muchas similitudes con ella: los ojos azules, el cabello rosado, aunque en mi caso solo en las puntas. Al final, decidí peinarme como ella, y el parecido era asombroso.
—¡SOY HIJA DE MIKU NAKANO!— exclamé, sintiendo cómo la verdad me golpeaba.
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"Un camino distinto" Mi Vida Sin Ti
Fanfiction"Diez años en una hora fueron los mejores de mi vida, pero te perdí... y ahora, 18 años después, sigo sin poder dejarte ir. Te necesito... nuestra hija te necesita. Cada día sin ti es una herida que nunca sana, una ausencia que nunca se llena. No sé...