Cap. 1: Agosto del 2014: un amigo

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-Si mamá, tendre cuidado. Son solo dos semanas- No entiendo porque las madres se preocupan tanto.
Siempre las mismas recomendaciones.
•Portate bien.
•Hace caso.
•Divertite.
No lo entiendo, como no voy a hacer esas cosas, voy de mi abuela no a la casa de un extraño. ¿Solo mi madre es así?

Después de 3 horas de viaje llegue a destino. La casa de verano de mi abuela quedaba en Malibu, sobra la costa del océano. Unas vacaciones de verano ideales, sol, playa y mi soledad. Perfecto.

Era única hija pero tenia muchos primos, ellos siempre iban a visitar a mi abuela Elizabeth la primer semana del mes y como yo era la rara o la nena de la abuela iba después que ellos para estar sola y que me cumplan los caprichos. Me aburría, si, pero prefería eso antes de soportar a mis primos y sus peleas, no estaba acostumbrada.
Siempre que estaba ahí con mis abuelos hacia cosas de abuelos, dormía todo el día, escribía o dibujaba, me pasaba los días encerrada y si iba a la playa era con ellos. Nada normal para una chica de 17 años.

Esta vez queria que sea diferente, por eso decidí cambiar un poco. Ser como soy en casa seria la mejor idea para no aburrirme estas semanas.

Eran las 3 de la tarde y el clima estaba especial para acostarse en el sol, prepare mi bolso con mi traje de baño, bronceador y esas cosas de playa, obviamente era infaltable mi teléfono. Me definía a mi misma como una adicta a mi celular, no podía ni siquiera dejarlo para ir al baño, un poco mas lo usaba dormida, y es que tenia mi vida en el, una app donde escribía cada cosa que me pasaba junto con fotos de recuerdos, mis secretos y hasta cosas que escribía sin sentido pero que eran importantes para mi, tanto que moriría si no las tuviera.

Sorpresivamente decidí ir a la playa sola, o por lo menos un rato hasta que mi abuela vaya. No me preocupaba, el lugar donde estaba no era donde se asentaba mucha gente, mas bien era un lugar tranquilo, familiar, donde había mas que nada casas de verano donde la gente venia solamente a pasar sus vacaciones.

Estire una manta sobre la arena para que esta no entrase en mi bikini, es una de las cosas mas odiosas de ir a la playa. Odiaba la arena.
Me senté, coloque bronceador en mi cuerpo y comencé a escribir en mi teléfono.

-Imbécil - salio del fondo de mi ser gritarle a quien paso muy rápido por al lado mio en su cuatriciclo logrando bañarme en arena.

Volvió un poco mas despacio, freno frente a mi y me dijo...
-Me hablaste a mi?-.
No idiota, ahora soy tan loca como para hablar sola.

-Si, lograste que sea una milanesa de arena-. Estaba enojadisima.

- Perdón, era lo que menos quería.-

Me quede en silencio sin saber que decir.

-Soy Bruno- bajo de su moto y me extendió la mano como presentándose.- Vos sos chica milanesa o genes nombre?-.

-La verdad que me encanta lo gracioso que sos-. Le dije en un tono muy irónico. - Soy Bianca.

Volvió a disculparse mientras me acompañaba a el agua para que me saque la arena.

-Sos de acá?- dijo de la nada.

-No, estoy de vacaciones en casa de mi abuela, llegue hoy así que tuve una buena bienvenida de tu parte.

-Yo también llegue hoy, creo que tengo una compañera de vacaciones.- dijo como queriendo conquistarme.

-Ja ja, no paso mis vacaciones con alguien extraño y mayor que yo.

En realidad me parecía conocido y solo habrá tenido unos dos años más que yo, tenia amigos como el en mi ciudad pero no me había gustado su tono.

Luego de limpiarme volvi donde estaba y el chico se sentó conmigo. Fue algo incomodo, quería estar solo, o eso creo.

-No te aburre estar sola? Hay una playa cerca donde hay un poco mas de gente.

-En realidad... Nunca voy donde hay mucha gente, soy mas bien de las personas que tienen su propio mundo.

-Puedo estar en el? Digo, no ir donde hay gente pero si quedarme aquí para que no estés tan sola.

- Esta bien.- en realidad había algo en el que me transmitía confianza, como si lo conociera de años.

Hablamos toda la tarde, es mas creo que mi abuela nos vio y no se acerco para que por fin haga algo distinto en mis vacaciones.
Un amigo para estas dos semanas no me venia nada mal..
Hablamos sobre él, sobre mi y lo fea que es la arena, al fin alguien que me entendía.

Cuando oscureció un poco y decidí irme, me pidió mi numero y prometió que me hablaría para mañana hacer algo diferente.

Tenia miedo de que el chico guste de mi o algo por el estilo, no porque sea feo, en realidad ese pelo castaño hacia en costado y sus ojos brillosamente verdes podían a cualquier chica, pero la verdad es que me parece estúpido que alguien guste de una persona a la que solo vera dos semanas en toda su vida.

AMNESIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora