XV

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Mientras sigo a la extraña criatura a través de las viejas puertas de este castillo tan extrañamente hermoso del tal Rey Pascus, mi mente solo puede pensar en una cosa.

¿El Conquistador nos trajo a Antrez y dejó que nos capturaran a propósito?

¿Qué querría hablar con el regente de este lugar un hombre que se dedica a tomar lo que desea e irse?

¿Esta criatura como habla con él?
Desde que he estado en su presencia, nunca ha emitido ni un solo sonido.

Bueno, en realidad estoy pensado en más de una cosa. Pero es que todo esto está fuera de mi pobre y corto pensamiento y conocimiento.

-¿Cómo hablas con el Conquistador?- pregunto al fin a la extraña criatura mujer, seguimos caminando por un largo pasillo. Ella va un paso adelante con sus manos juntas en una pose elegante, mientras que las otras criaturas oscuras nos siguen.

-El reino de Antrez está lleno de criaturas con fuerzas indescriptibles, yo soy una de ellas- inclina un lado de lo que supongo es su rostro, por toda la tela que la cubre no puedo distinguir casi nada-Uno de mis muchos trucos es poder comunicarme con cualquier hombre o criatura a través del pensamiento.

-¿Eres algo así como una bruja?- pregunto completamente perdida.

-Si quieres llamarlo así.

-¿Tienes algún nombre?

-Soy conocida con muchos, pero tu puedes decirme Shallet- la criatura, ahora Shallet, se detiene frente a una serie de escalones con dirección hacia arriba-Hasta aquí termino yo, puedes subir Marderisa, las respuestas te esperan.

-Lo único que siempre espero es mi muerte- digo.

-Créeme que tu destino no está trazado con una muerte en Antrez.

Tomo un fuerte respiro y obligo a mi cuerpo a prepararse para cualquier posibilidad de escapar.

-Eso no será posible- dice Shallet-No puedes escapar del castillo.

-¿Cómo sabes...?- me corto porque la pregunta está demás. Ella es una maldita bruja.

-Prefiero el término guía espiritual.

-Solo cállate- odio Antrez y todo lo que hay en él.

-Créeme, no eres la única.

Esta mujer...
Respiro.

-Sal de mi cabeza.

Con eso me alejo y empiezo a subir los escalones, son muchos. Cada uno se siente como un pequeño empujón hacia una situación que decidirá que pasara conmigo y mi ta muy trágica vida.

El último escalón me deja en una habitación iluminada por velas, en el centro de esta está una enorme mesa en la que están una serie de papiros que parecen tener gravados mapas.

A un lado se encuentra el Conquistador en todo su horrendo resplandor y al otro lado está una copia casi exacta del Rey Picius. La única diferencia es que donde el rey de Annelh tiene ojos verdes, el Rey Pascus posee unos pozos negros.

Ojos que en este momento me observan con auténtica felicidad. Nunca nadie me había visto como si yo tuviese las respuestas a los caos que suceden a lo largo de los ocho mares.

-Shallet se quedó corta cuando describió tu apariencia- en tres largos pasos está frente a mí, toma mi mano y la acerca a sus labios-Eres la mujer más hermosa que mis ojos han podido contemplar, Marderisa.

-Gracias, supongo- digo bajando mi mano y limpiando discretamente el dorso en mi atuendo.

-Eres un ser muy arrogante Zhendyak, mira que tener toda esta belleza solo para ti- el Rey Pascus observa al Conquistador con una mirada que no puedo comprender.

-¿Son amigos?- frunzo el ceño-¿Cómo es posible que este monstruo no esté masacrando su reino al igual que lo hizo con el de su hermano? Mi pueblo, Annelh.

Mis palabras están cargadas con todo el odio que puedo reunir, este maldito hombre que planea todo paso que da,será el único blanco de mi ira.

-No existen amistades con el Conquistador- dice el Rey Pascus, el mencionado sigue ignorando nuestra presencia y observa con aburrimiento el mapa que tiene enfrente-Mi hermano es una vergüenza de Rey, su pueblo muere de hambre, Annelh no es lo que nuestros padres habían construido, tenía merecido lo que le sucedió- entrecierro los ojos y detallo sus expresiones.

-Tú sabias que el Conquistador atacaría Annelh y no le dijiste nada a tu hermano, permitiste que un pueblo moribundo sufriera en carne propia los horrores de la Conquista de este monstruo.

-Todo tiene un propósito, mi bella Marderisa-se coloca al otro extremo de la mesa y señal el mapa que el Conquistador observa con tanta precisión-Annelh cayó, Antrez sigue en pie y ahora es mi turno de demostrar poder.

-Ustedes los reyes creen que todo es un juego, no les importa las vidas que arrastren con tal de llegar a satisfacer sus deseos más horrorosos.

-Por eso estás aquí- me señala-Tú eres el medio para llegar al fin de mis deseos más horrorosos.

-¿De que hablas?- pregunto, mi cabello antes tranquilo vuelve a pesar y doler como antes.

-¿Aún no lo sabes?- al ver que no digo nada, se gira al Conquistador y niega con su cabeza-Típico de ti.

-¿De que hablas? ¿Qué tiene que ver este?

-Tenias razón bella, yo sabía que Zhendyak atacaría Annelh, yo le proporcioné todo lo necesario para que su Conquista fuera victoriosa- sus palabras se graban a fuego lento en mi cabeza-Hice un trato con el Conquistador, él te traía hasta aquí y yo le daría el corazón de Antrez.

-¿El corazón de Antrez?- eso es la piedra de la que habló Susanit, pero que les sucede a estos hombres.

-Así es, un tesoro por otro tesoro.

-Yo no soy nada valiosa- mi cuerpo entra en pánico y cuando observo que las criaturas oscuras de antes junto con espectros comienzan a rodear todo el salón, comprendo que hago aquí.

-Claro que lo eres, por eso Zhendyak te trajo hasta aquí, Conquistó todo Annelh solo por ti- el maldito monstruo por fin aparta su mirada del mapa y me observa con fascinación, su mirada normalmente en blanco está llena de desafío- Ahora me perteneces.

Busco mi daga y pienso en la mejor manera de salir viva de esto.

-Te dije que no había forma de escapar- Shallet sale de entre las sombras y se acerca hasta mí-Lo siento Marderisa- es lo último que escucho antes de que toque mi frente y todo se vuelva negro.

Besos en el poto 💋.

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