Capítulo 9

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Enid parecía otra persona, tan posesiva, tan directa, tan celosa, el tono dorado en sus ojos tendrá algo que ver?, además que buen olfato, noto que Xavier había estado cerca de mi—Pensó Merlina.

Merlina recordó a la rubia llorando y sintió un dolor insoportable en su pecho, se sintió débil y mareada, no entendía que pasaba, algo parecido le pasó cuando miro a la rubia, pero en el momento que está la acorraló contra la pared y pego su cuerpo al de ella, beso sus labios y la dejo oler su delicioso aroma, cualquier dolor se fue, su cuerpo sintió un gran alivio, sintió una comodidad inmensa y una paz que jamás había sentido antes, su cuerpo necesitaba a Enid, y no lo decía solo sexualmente porque si había pensado en ella sexualmente, varias noches después de aquel beso, y su mente, su mente no dejaba de pensar en la rubia, la extrañaba, la necesitaba queria estar siempre a su lado.

Merlina se recostó en su cama y no lo hizo en su pose habitual, como si estuviera en un ataúd, sino que se hizo bolita en la cama, le dolía demasiado, y su dolor tenía un nombre, Enid Sinclair, no entendía por qué le dolía tanto, no tenía sentido, incluso para ella que disfruta el dolor desde siempre, no soportaba el dolor de tener lejos a la rubia.

¿Y si cortejaba a la rubia?, que más da si es un cuervo solitario, quizá Goody se equivoca como dijo Eugene—Pensó la gótica.

—Creo que estoy delirando, en qué carajo estoy pensando—. Dijo la morena.

Merlina se sentía demasiado débil, y adolorida, sin darse cuenta quedó profundamente dormida.

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Merlina beso los labios de Enid lentamente, acariciaba sus mejillas y soltaba leve suspiros en el beso, Enid acariciaba tiernamente la cintura de la gótica mientras besaba con dulzura sus labios, se separaron un poco para tomar aire y la rubia la miro con intensidad, se miraron así durante unos minutos hasta que Enid hablo.

— Te amo Merlina, por favor no me alejes de ti, eres mi luna, mi razón de existir, seamos una misma durante toda la existencia, dejame amarte toda la eternidad— Dijo la rubia para después besar tiernamente a Merlina.

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Merlina se despertó bruscamente, por el ruido constante de la puerta siendo golpeada, se levantó a como pudo, seguía sintiéndose débil y le dolía el pecho, abrió la puerta y ahí estaba Xavier, la morena había olvidado que iría al veleta con el.

— Hola Merlina, ¿estabas dormida?—. Preguntó el chico con una gran sonrisa.

— Tal vez, espera aquí un poco, ya vuelvo—Dijo la chica antes de cerrar la puerta.

— Carajo— Susurro Merlina.

Se sentía fatal, pero tenía que salir con el, para indagar más sobre el caso, así que tomo un cambio nuevo de ropa que consistía en un vestido negro con cuello blanco, botas y por supuesto sus navajas y dagas escondidas por todo su cuerpo, se lavo la cara y se arregló el cabello, se miraba decente.

— Listo, ya vámonos —. Dijo la chica cuando abrió la puerta, Xavier se encontraba de espaldas y cuando se giro la miro sorprendido.

— Wow —. Dijo el chico levemente sonrojado.

— Si, me veo fatal, pero en mi defensa no estoy teniendo el mejor día—. Dijo la chica y empezó a caminar.

— De que hablas, te miras muy hermosa, de verdad eres tan linda— Dijo el chico con una sonrisa y completamente rojo.

Merlina no dijo nada, no se sentía bien ni siquiera para verlo feo, llegaron al bosque y tomaron el camino que daba hasta Jericó, la chica volteo a ver al greñudo y este tenía una sonrisa que, a los ojos de la gótica, era asquerosa.

— ¿Por qué sonríes?—. Pregunto sin interés la morena.

— Tu ropa y la mía combinan, creo que hacemos linda pareja— Dijo el chico, el llevaba una camiseta blanca y encima una chaqueta de cuero negra, un pantalón oscuro y botas, combinaban bastante.

— Tienes razón — Dijo la chica desganada, se sentía muy mareada.

— ¿De verdad lo crees?—. Dijo el chico emocionado.

— Sí Xavier—. Merlina se sentía muy débil, en cualquier momento podría caer al suelo.

Xavier la tomo de los hombros y la abrazo, Merlina trato de empujarlo pero no tenía fuerza, le molestaba la cercanía del chico, le daba asco, a ella solo le gustaban los abrazos de una persona y definitivamente el no era esa persona.

— Me gustas—. Susurro Xavier pero sintió el cuerpo de la chica muy pesado, Merlina se había desmayado.

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Merlina despertó en la enfermería, le dolía todo el cuerpo, le dolía su corazón, entre sus manos tenía la mano de alguien más, por un segundo pensó que sería su hermosa rubia, pero no, era de Xavier.

— Despertaste, ¿cómo te sientes?—. Dijo el chico de cabello largo.

— Estoy bien, ya quiero irme a mi habitación— . Dijo la morena.

— Deja te traigo las medicinas que me dió la enfermera, dijo que tenías fiebre, probablemente sea una gripa—. Dijo Xavier con una sonrisa antes de irse.

Xavier volvió a los minutos con las medicinas, Merlina trato de levantarse de la cama pero no pudo, estaba muy débil.

— Deja te ayudo—. Dijo el chico y rodeo su cintura con el brazo.

Merlina le quitó el brazo de su cintura y lo miro feo.

— Vamos, déjame ayudarte, no puedes levantarte—. Dijo el chico preocupado.

Merlina no dijo nada, dejo que el chico la ayudara, este pasó su brazo por su cintura y la pego a el, comenzaron a caminar hasta la habitación de la chica, la pelinegra se sentía incómoda con la cercanía del chico pero no le quedaba de otra, estaba completamente débil, muchos los miraban curiosos cuando iban por el pasillo, Merlina volteo a ver aquel rincón donde la rubia la había acorralado y besado, su corazón se aceleró al recordarlo, llegaron a las escaleras y subieron con dificultad, el chico cargaba casi todo el peso de Merlina.

Cuando llegaron a la habitación, Xavier abrió la puerta y entro al cuarto, dejo a Merlina recostada en su cama y se sentó en esta.

— Gracias Xavier por llevarme a la enfermería y además traerme hasta acá—. Dijo la chica mirándolo a los ojos.

— No fue nada Merlina, y haría lo que fuera por ti—. Dijo el chico sonrojado.

— Si me disculpas, deseo descansar —. Dijo la chica en un tono neutro.

— Claro, te dejo—. Tomo la mano de Merlina y dejo un beso en el dorso de su mano— Me debes una cita—. Dijo antes de salir del cuarto y dejarla ahí.

Merlina ignoro lo que había dicho, no había podido dejar de pensar en aquel sueño, lo que Enid le dijo en su sueño se sintió tan real, deseaba que así fuera.

Merlina se acomodo en la cama y quedó profundamente dormida.

Mientras Merlina dormía, había alguien en el balcón de la habitación, abriendo la ventana lentamente y entrando al cuarto de la chica, camino por la oscuridad del cuarto y se acercó a la chica, le tomo un par de fotos y se acercó más a ella.

— Eres tan hermosa —. Dijo antes de darle un casto beso y salir de la habitación.

















Mi loba| Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora