✦✧✧ [Capitulo 15.5] ✧✧✦

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Capítulo 15.5: Los Fundamentos del Templo

Habían pasado apenas unos días desde que Darius y Ellarion se encontraron por primera vez con la Orden de los Corazones Unidos. La extraña devoción de los Doce Apóstoles y su fervorosa líder, Carolina Medero (más conocida como zub_cero3), seguía resonando en sus mentes. Aunque inicialmente lo tomaron como una broma, comenzaban a darse cuenta de que el culto no era algo que desaparecería pronto.

El sol apenas comenzaba a salir cuando zub_cero3 golpeó a la puerta de la posada donde Darius y Ellarion estaban hospedados.

-¡Tempanito! ¡Ellarion! -gritó desde afuera-. ¡Les traigo grandes noticias!

Ellarion, quien había estado a punto de tomar un sorbo de su café matutino, frunció el ceño.

-¿Por qué tengo el presentimiento de que esto no me va a gustar? -murmuró, mientras dejaba la taza a un lado.

Darius abrió la puerta con cautela, y antes de que pudiera decir algo, Carolina entró en la habitación con una energía desbordante. Su entusiasmo era casi palpable.

-¡Lo logré! -dijo, con los ojos brillando de emoción-. ¡El plan para construir el templo está en marcha!

Ellarion y Darius intercambiaron miradas de confusión. Darius fue el primero en romper el silencio.

-¿Templo? -preguntó, aún incrédulo-. ¿Qué templo?

Carolina los miró con una sonrisa triunfante, como si hubiera hecho algo extraordinario.

-¡El Templo de los Corazones Unidos, por supuesto! -exclamó-. ¡Donde podremos venerar y enseñar a todos sobre la sagrada unión del hielo y la luz, es decir, ustedes dos!

Ellarion se dejó caer en la silla más cercana, llevándose una mano a la frente.

-¿De verdad estás construyendo un templo? -preguntó con voz cansada.

-¡Claro que sí! -respondió Carolina, completamente convencida de su idea-. Ya conseguí los planos y tengo algunos seguidores dispuestos a ayudarme. Solo necesitamos un lugar para empezar.

Darius se apoyó contra el marco de la puerta, tratando de procesar lo que estaba escuchando. Mientras tanto, Carolina sacó un pergamino con los planos del templo, desplegándolo sobre la mesa.

-¡Miren! -dijo, señalando con entusiasmo-. Tendremos dos estatuas gigantes de ustedes en la entrada. Ellarion estará justo a la derecha, y tú, Tempanito, a la izquierda. El templo tendrá salas dedicadas a enseñanzas, historias de sus grandes hazañas, y por supuesto, un altar central donde los seguidores puedan rendirles tributo.

Ellarion, que había permanecido en silencio, levantó una mano para detenerla.

-Carolina... -dijo lentamente-. Sabes que esto está... completamente fuera de control, ¿verdad?

Carolina lo miró, sin inmutarse.

-¡Para nada! -respondió-. ¡Esto es lo que la gente necesita! Un lugar para reflexionar y aprender sobre lo que ustedes representan. La unión perfecta, la luz y el hielo, dos fuerzas que se complementan en armonía.

Ellarion suspiró profundamente, pero antes de que pudiera decir algo más, Carolina continuó:

-Además, tengo algo más que contarles. Uno de los Apóstoles, Jira, propuso que en el altar haya una gran pintura tuya, Ellarion, ya que... -hizo una pausa, claramente emocionada- eres extremadamente guapo.

Darius no pudo evitar soltar una risa mientras Ellarion fruncía el ceño, claramente incómodo

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Darius no pudo evitar soltar una risa mientras Ellarion fruncía el ceño, claramente incómodo.

-¿Qué? -preguntó Ellarion.

Carolina asintió con entusiasmo.

-¡Es cierto! -dijo sin reparos-. Tienes el aspecto clásico de un elfo, con esas facciones perfectas, el cabello plateado y brillante que cae hasta tus hombros, tus ojos verdes que parecen brillar bajo cualquier luz, y bueno... tu porte atlético. ¡Muchos seguidores ya te ven como el símbolo de la belleza élfica!

Ellarion, avergonzado y sin saber cómo reaccionar, se levantó de la silla de golpe.

-Esto... esto no puede estar pasando -dijo, poniéndose una mano en la frente. Su complexión atlética y estilizada era innegable, pero ser tratado como una especie de deidad por su apariencia era demasiado.

Darius, riendo, se apoyó en la mesa y miró a su amigo.

-Bueno, parece que tu "encanto natural" tiene un impacto mayor del que pensabas.

Ellarion sacudió la cabeza, frustrado.

-No quiero ser venerado por algo tan superficial.

Carolina, sin darse cuenta del malestar de Ellarion, continuó hablando entusiasta.

-¡Y la construcción ya está en marcha! No falta mucho para que el Templo de los Corazones Unidos sea una realidad. ¡Será el lugar más importante de Velaris! -dijo, claramente convencida de que su idea era completamente válida.

Ellarion la miró con incredulidad, pero Darius se adelantó antes de que las cosas se salieran de control.

-Mira, Carolina, apreciamos el esfuerzo y la devoción... -comenzó Darius, tratando de sonar diplomático-. Pero construir un templo... es un poco excesivo. Estamos tratando de pasar desapercibidos, ya sabes, entre demonios y sectas secretas.

Carolina frunció el ceño, cruzándose de brazos.

-¡Pero es lo que el destino ha determinado! -insistió-. Ustedes dos están destinados a salvar este mundo, y el templo será el símbolo de su grandeza. No pueden evitarlo, es lo que todos necesitamos para recordar la unión entre el hielo y la luz.

Ellarion finalmente se levantó, estirándose, y miró a Carolina con una sonrisa de resignación.

-Bueno, supongo que no hay mucho que podamos hacer para detener esto -dijo, claramente agotado por la situación-. Solo asegúrate de que no haya más pinturas mías, por favor.

Carolina soltó una risita nerviosa.

-No prometo nada -dijo alegremente.

Darius, observando la escena, no pudo evitar sentirse ligeramente incómodo con la dirección que todo esto estaba tomando, pero también sabía que Carolina no se detendría fácilmente. Su devoción era inquebrantable, y parecía que los Doce Apóstoles ya estaban completamente convencidos de que estaban haciendo lo correcto.

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El Primer Paso del Templo

Con Carolina liderando el esfuerzo, la construcción del Templo de los Corazones Unidos avanzaba rápidamente. En los días siguientes, más seguidores se unieron, aportando su tiempo y materiales para levantar el edificio. La idea de un lugar de veneración para Darius y Ellarion, aunque absurda para ellos, se estaba convirtiendo en una realidad tangible.

Cada vez que Darius y Ellarion caminaban por Velaris, comenzaban a notar a más personas hablando en susurros sobre el templo. Incluso algunos artesanos se ofrecieron voluntarios para esculpir las estatuas que Carolina tanto anhelaba.

-Esto se está yendo de las manos -murmuró Ellarion un día mientras observaban desde lejos los preparativos para la ceremonia de la primera piedra del templo.

Darius, apoyado contra una pared, solo sonrió.

-Tienes razón, pero... creo que no podemos hacer mucho para detenerlo -respondió, resignado-. Carolina tiene la determinación de un ejército.

Ellarion suspiró profundamente.

-Por lo menos... tal vez podamos usar el templo para algo bueno. -Su tono era cínico, pero sabía que en su mundo, cualquier ventaja podría ser útil, incluso un culto que los veneraba como símbolos de "hielo y luz".

Darius asintió, sabiendo que esta situación, aunque absurda, podría tener algún valor inesperado en el futuro.

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Continuará...

[Corte de la Estrella]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora