Vol. 2 [Capitulo 7]

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Volumen 2 - Capítulo 7: El Equilibrio de la Energía Cero

El sol comenzaba a asomarse sobre el horizonte cuando Darius y Sofía llegaron a una pequeña colina en las afueras de Velaris. Los primeros rayos de luz iluminaban el cielo con tonos anaranjados y rosados, anunciando un nuevo día. Darius estaba cansado por la noche anterior, donde había sido testigo del poder destructivo y curativo de Numa, pero sabía que aún quedaba mucho por aprender.

Sofía lo guiaba con paso firme, su expresión seria y enfocada. Parecía que no había lugar para el descanso en su entrenamiento. La conversación de la noche anterior aún retumbaba en la mente de Darius: el equilibrio entre la energía positiva y negativa, y esa misteriosa energía cero de la que Sofía hablaba.

Finalmente, Sofía se detuvo en el centro de la colina. El lugar estaba rodeado de vegetación, con vistas a un bosque frondoso que se extendía hasta donde la vista alcanzaba.

—Hoy aprenderás sobre la energía cero —dijo Sofía, rompiendo el silencio—. Lo que te mostré anoche fue solo una introducción a lo que Numa puede hacer, pero la clave para controlar Numa de manera efectiva es comprender cómo la energía cero interactúa con las demás.

Darius se cruzó de brazos, escuchando con atención. Todavía no entendía del todo cómo funcionaba esta energía cero, pero si Sofía insistía tanto en su importancia, debía ser algo fundamental.

—¿Por qué es tan importante la energía cero? —preguntó él, con el ceño fruncido.

Sofía le dedicó una mirada rápida antes de responder.

—Porque la energía cero es el equilibrio absoluto —explicó—. Ni crea ni destruye, pero sin ella, la energía positiva y negativa se descontrolarían. El equilibrio es lo que permite que puedas usar ambas fuerzas sin que te destruyan a ti mismo o a lo que te rodea. Si la energía positiva es como el fuego que construye y la negativa es el fuego que destruye, la energía cero es el viento que las mantiene bajo control.

Darius la miraba con escepticismo.

—¿Cómo funciona eso en la práctica? —preguntó—. ¿Se puede usar la energía cero directamente o solo estabiliza a las otras?

—Se puede usar, pero no de la manera que piensas —respondió Sofía, mientras levantaba su mano y creó una pequeña chispa de energía positiva en su palma—. La energía cero no genera poder por sí sola. Su propósito es equilibrar. Si intentas controlar demasiado poder positivo o negativo sin ella, terminas perdiendo el control. Lo que harás hoy es aprender a sentir la energía cero mientras usas pequeñas cantidades de energía positiva y negativa.

Darius asintió, todavía intentando procesar toda la información. Sofía, viéndolo pensativo, tomó una pequeña roca del suelo y la sostuvo en su mano.

—Vamos a empezar con algo básico. Quiero que intentes crear una pequeña chispa de energía positiva como la que te mostré anoche —dijo Sofía—. Solo una pequeña cantidad, suficiente para sentirla en tus manos.

Darius respiró hondo, recordando cómo Sofía había invocado esa energía la noche anterior. Cerró los ojos y extendió una mano hacia adelante. Se concentró, buscando dentro de sí el flujo de energía que siempre había usado con el maná, pero en esta ocasión, trató de visualizar algo más.

Durante unos segundos, no ocurrió nada. Pero luego, sintió un leve calor en su mano. Abrió los ojos y vio una pequeña chispa de energía positiva flotando en su palma, brillando con una luz tenue. Era mucho más débil que la de Sofía, pero estaba allí.

—Bien —dijo Sofía, sonriendo ligeramente—. Ahora que lo has sentido, quiero que intentes lo mismo con energía negativa.

Darius se preparó. Recordaba el poder destructivo de la energía negativa que Sofía había utilizado para destruir la roca anoche. Era una fuerza peligrosa, y no quería que se descontrolara en sus manos.

Volvió a cerrar los ojos, concentrándose de nuevo. Esta vez, en lugar de buscar el calor, se concentró en la sensación opuesta: el frío, el vacío. Y después de unos segundos, lo sintió. Al abrir los ojos, vio una pequeña chispa de energía negativa brillando débilmente en su mano. Era oscura y vibraba de manera inquietante.

—Perfecto —dijo Sofía, satisfecha—. Has sentido ambas energías, y eso es el primer paso. Pero aquí es donde la energía cero entra en juego. Quiero que mantengas ambas energías en tus manos al mismo tiempo y trates de mezclarlas. Sin la energía cero, se desestabilizarán rápidamente.

Darius asintió, sabiendo que no sería fácil. Con una mano levantada, trató de invocar ambas energías de nuevo. A medida que la energía positiva y negativa surgían, comenzó a sentir cómo el aire a su alrededor cambiaba. Las chispas flotaban en sus palmas, pero justo cuando intentó acercarlas, sintió que comenzaban a descontrolarse. La energía negativa parecía consumir a la positiva.

—Concéntrate —dijo Sofía con firmeza—. No pienses solo en las energías individuales. Piensa en el equilibrio. Deja que la energía cero fluya entre ellas.

Darius cerró los ojos de nuevo, intentando visualizar ese equilibrio que Sofía mencionaba. El conflicto entre las dos energías era claro, pero trató de imaginar una fuerza invisible, un puente que conectaba las dos y mantenía todo en armonía. Poco a poco, empezó a sentir algo nuevo: un ligero equilibrio que mantenía ambas energías en su lugar.

Cuando abrió los ojos, las chispas de energía positiva y negativa estaban flotando en el aire, entrelazadas pero no enfrentadas. No eran poderosas ni intensas, pero estaban en equilibrio.

Sofía observaba con una sonrisa aprobatoria.

—Lo has hecho bien —dijo—. Esto es solo el primer paso. El equilibrio que sientes es la energía cero en acción. Sin ella, esas dos chispas se habrían destruido mutuamente, pero con el tiempo, aprenderás a usarla para controlar grandes cantidades de energía positiva y negativa.

Darius respiró profundamente, sintiendo una mezcla de orgullo y agotamiento. Controlar esas energías le había costado mucho más esfuerzo de lo que esperaba.

—¿Qué sigue? —preguntó, todavía tratando de mantener el equilibrio entre las chispas.

Sofía le dio un suave toque en el hombro, haciendo que las chispas se disiparan en el aire.

—Ahora que sabes cómo sentir la energía cero, es hora de practicarlo constantemente. Te enseñaré a usarla de forma más avanzada, pero primero debes dominar la base.

Darius asintió, sabiendo que este sería un largo proceso. El poder que podía obtener con Numa era vasto, pero también comprendía el riesgo de perder el control. Sin la energía cero, todo podía desmoronarse en un instante.

Mientras el sol subía más en el cielo, Darius miró las palmas de sus manos, sintiendo la ausencia de las chispas de energía que había logrado invocar.

Este era solo el comienzo. Pero estaba dispuesto a recorrer el camino.

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Fin del capítulo.

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