PREPARATIVOS
Los últimos tres días me los pasé intentando agrandar los condenados tacones, pero nada funcionaba; me seguían doliendo como la mierda.
—Alice... —suspiré luego de casi caerme—. ¿No podemos usar otros de mis tacones? Estos parecen no querer estirarse.
—No, absolutamente no —negó Alice—. Solo tienes que usarlos más seguido.
—Ya van tres días, ¿cuánto más? —me quejé mientras me quitaba los tacones—. Jamás me había costado tanto estirar unos zapatos.
—¡Pero son tan lindos! —me sonrió—. Se verán espectaculares con tu vestido.
—¿No crees que es demasiado?
—¿A qué te refieres? —me miró sin entender.
—Todo esto: el vestido, la decoración... Siento que están gastando demasiado dinero. —Al frente nuestro pasaron Jasper y Carlisle cargando unos grandes bancos de madera, cada uno.
—¿Dónde va esto? —preguntó Emmett con un pedazo de tronco colgando del hombro.
—A los costados del pasillo —respondió Alice, y luego me miró.
—¿Dónde? —preguntó Rosalie, cargando un tronco más pequeño.
—¿Nadie tiene imaginación? —se quejó la vampira—. Eva, todo estará bien. No tienes que preocuparte si es mucho; al contrario, preocúpate si es demasiado poco —me sonrió y se fue junto a Rose para acomodar todo.
Me quité los tacones y me puse mis zapatillas. Al levantar la vista, vi a Edward en el balcón del segundo piso. Estaba mirando hacia el frente y parecía perdido en sus pensamientos.
"¿En qué pensará?"
"¿Se habrá arrepentido?"
—Tú —Alice apareció en mi campo de visión de golpe y me asusté—. Vete a casa, descansa mucho y estira esos zapatos. Es una orden —habló con voz dulce, pero firme a la vez.
—Sí, mi capitana —hice el saludo militar y ambas nos reímos. Guardé los zapatos en su caja y me dirigí a mi camioneta.
—Eva —Jasper vino corriendo hacia mí y se apoyó en la ventanilla abierta—. Escuché lo que le dijiste a Alice y quería pedirte disculpas en su nombre si te agobia un poco. A veces no se da cuenta de eso —me sonrió con un poco de pena.
—No te preocupes, mis hermanas son iguales a ella. Te acostumbras con el tiempo —le sonreí.
—¿Qué te sucede? —lo miré alzando una ceja—. Sientes pánico y un poco de angustia, ¿qué pasa?
—¿Alguien nos escucha?
—Estamos lo suficientemente lejos, tranquila —asintió con seguridad.
—No es que me pase algo en sí, es solo... es solo que no creo merecer esto. Ni siquiera siento que merezco a Edward —suspiré frustrada.
—¿Por qué lo dices?
—Tuve tan pocas alegrías en mi vida que siento que, cada vez que algo bueno va a pasar, no me siento merecedora de eso —lo miré—. ¿Me explico?
—¿Puedo contarte algo? —asentí—. El día en que conocí a Alice y ella me dijo que seríamos pareja, yo sentía que no la merecía. Había hecho tantas cosas malas en mi vida que jamás me creí merecedor de alguien como ella —sonrió con nostalgia.
—¿Cómo te deshiciste de ese sentimiento?
—Me dejé llevar —respondió—. Me dejé llevar día tras día, hasta que, en algún punto, esa sensación desapareció y solo podía sentir felicidad y amor por tener a Alice junto a mí. La misma sensación llegó cuando nos unimos al clan de Carlisle, y pasó mucho tiempo antes de sentirme cómodo con ellos y no como un arrimado —sonrió.
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Despertar: El Inicio del Fin
Vampire𝑫𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒕𝒂𝒓: A veces el despertar no es simplemente abrir los ojos, tal vez, a veces es mucho más que eso. "¿Aceptás?" "Aceptó."