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—Se siente bien.

Jaehyun estaba acostado, en posición de cucharita. Envuelto en las sábanas amarillas que compartía con Taesan, quien se encontraba acostado a su lado de forma vertical, mirando al techo. Ninguno de los dos podía dormir, se había vuelto incómodo.

—¿Qué? —preguntó Jaehyun en voz baja.

—Besarte.

La declaración, resultó embarazosa para el mayor, pero al mismo tiempo, aceleró el corazón de Jaehyun. Algo se retorció en su estómago, dolia, pero no era un dolor como los que había sentido antes. Ese dolor, viajaba hasta su pecho y corazon.

No podía ser verdad. Se negaba a creer que estuviera enamorado de su mejor amigo, de Han Taesan. Justamente lo que había temido desde un principio.

Sus sentimientos, los sentía como algo insano, que no debía pasar.

—Es un beso, se siente bien con cualquiera.

—Ya veo —dijo Taesan, luego se dio media vuelta, quedando mas cerca de Jaehyun, separado sólo por unos centímetros—, ¿a cuántas personas has besado antes de a mí?

—No lo sé, a muchas supongo. Vamos a dormir tengo sueño.

—Mentiroso —declaró Taesan abrazando a Jaehyun por la espalda. Sabia que su hyung mentía porque nunca había conocido a un interés amoroso de su mejor amigo. Jaehyun tampoco había mencionado al alguien—. Yo he besado a otras niñas —prosiguió—, pero no se sintió, ni la mitad de bien que cuando te beso.

El corazón de Jaehyun dio un brinco, recordó el último año de secundaria, cuando beso a una compañera en el último día de clases, a escondidas de todos, porque ella estaba nerviosa.

Lo había hecho porque ella se lo pidió, y él no tenía razones logicas para negarse. Fue un beso pequeño, no demasiado intenso, pero lo suficientemente largo para quedarse sin aire. Recordando ese pasado, con los besos con Taesan, no había comparación. Los besos de Taesan eran más buenos, los recordaba con mucha más intensidad y podían volverlo una gelatina.

—Esta posición es rara —dijo después de un rato, pero Taesan no se alejo, al contrario lo acerco más, y más a él.

Al nivel de que el trasero del mayor, se frotaba con la parte delantera de Taesan.

—¿Lo es? —pregunto Taesan, en el oído del contrario; mandado un escalofrío por todo el cuerpo de Jaehyun—, ¿Por qué?

—Basta Taesan, estás incómodandome — dijo, su cuerpo estaba empezando a subir de temperatura. Nada bueno podía resultar de eso. Y no quería echarlo a perder más, con su mejor amigo

—¿Ah sí?

El mayor sintió la mano de Taesan posarse en su estómago y luego, como la bajo lentamente, Jaehyun trato de apartarla, pero fue demasiado tarde.

—¿Entonces por qué estás duro? —pregunto Taesan.

¿a los cuántos besos dejamos de ser amigos? | ddingdongzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora