Recuerdos de un Amor que Nunca Paso (Iguro Obanai x tu)

12. Nadie te salvará

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Cuando la vieja loca se lanzó hacia ti para atacarte, rodaste por el suelo como si estuvieras en una colina, levantándose de un salto y mirando fijamente a la vieja endemoniada que quería atacarte.

— ¡Mis hijos! ¡Me comí a mis bebés! – grito con lágrimas de sangre cayendo de sus ojos.

>>>Puta madre que miedo<<<

Pensaste haciendo una mueca y empezando a retroceder lentamente mientras la vieja endemoniada seguía llorando en el mismo lugar.

Tenías que escapar de allí, el lugar estaba solo, oscuro y para colmo no había nada con que defenderte, llevabas todas las de perder, así que la única opción de intentar sobrevivir era corriendo a la máxima potencia que tus dos patas de gallina podían.

Te levantas con cuidado, sin apartar tu mirada atemorizada de la vieja llorona que se retuerce en su dolor por haberse comido a sus hijos.

Y corriste.

La escuchaste gritar, pero seguiste corriendo, no te arriesgarías a ser comida viva y mucho menos podrías morir sin haberte declarado al chico que te gustaba.

Mientras corres escuchas sus pisadas pesadas detrás de ti, claro que te asusta, pero no te detendras, seguras corriendo hasta que no puedas más.

Escuchas las pisadas cada vez más cerca, esto te da miedo, es como en las películas de terror. Los japoneses son buenísimos haciendo películas de terror, quizás esta sería una buena escena de terror.

¡Serías una excelente estrella!

— ¡AAAAAAAAAAH! – gritas del susto cuando ella se lanza sobre ti, tu cabeza golpea con fuerza el suelo tu cuerpo se siente más ligero y estás segura que en tu vista aparecen algunas manchas negras y verdosas.

— ¡Mi bebé! ¡Mi pequeña niña! – lloro la vieja demonio acariciando tus mejillas con sus largas uñas – te pareces a mi bebé. Mi linda niña – y empezó a cantar una canción de cuna, era algo terrorífico y retorcido por el tono de la canción.

Estiras la mano buscando por el suelo algo para golpearla y volver a emprender tu huida, la cabeza te punza con fuerza debido al golpe de tu caída. En cuanto consigues una piedra de un tamaño considerable, la alzas y le pegas con fuerza en la cabeza al demonio quien cae al suelo te levantas de un salto y corres.

>>>Porque ese golpe no la mato, solo la detuvo, porque todavía no controla su regeneración, lo que significa que apenas tiene unas horas de que se transformó<<<

Mientras más te adentras al bosque, más oscuro se pone, aún así no te detienes, un poco de oscuridad no da nada de miedo comparado con la opción de morir por ser comida viva por ese demonio.

De solo pensar que te va a romper cada hueso y extremidad y se las va a comer mientras tú sigues agonizando del dolor te da un escalofrío del pavor.

Frenas en seco al ver frente a ti una casa de madera, no parece ser la más lujosa, pero esta bien construida, lo que llama la atención, además de que está en medio del bosque, es que está destrozada la puerta.

Te adentras a la pequeña cabaña aún sabiendo que es mala idea, pero no importa, quizás aquí puedas encontrar algo para poder defenderte, aunque los demonios solo morirán si les da la luz del sol y si le cortas el cuello. 

La opción ideal es huir, pero mientras más armada y lista para la guerra estés, mejor.

— oh dios – cubres tu boca y nariz con una mano, el olor a sangre pega por toda la casa, vez por la entrada del pasillo que seguramente da a las habitaciones un cuerpo inerte, no es tan alto pero es rellenito.

Apartas la vista y te diriges a la cocina, también hay sangre, pero en menor cantidad, encuentras otro cuerpo tendido en el suelo a un lado de la mesa del comedor.

Tomas un cuchillo y sales de allí. No había que ser muy inteligente que esa era la casa de la vieja endemoniada y que aquellos cuerpos inertes eran de sus hijos los cuales ella se había comido en cuanto se transformó.

Sigues caminando por el bosque buscando la salida, y también evitando encontrarte con el demonio.

Te detienes al escuchar un extraño sonido, como el que hacen los perros al comer carne y masticar los huesos. Se te hiela la piel ¿Alguien más entro al bosque y fue atacado?

— si seré estúpida – te insultas dando media vuelta y caminando hacia donde se escucha el ruido, mantienes el cuchillo en alto atenta a cualquier movimiento y dispuesta a atacar si algo pasaba.

Ves a la vieja endemoniada en el suelo sobre otra joven, le está mordiendo el brazo, hay sangre en el suelo.

Lo haces sin pensar, corres hacia el demonio y clavas el cuchillo en su nuca con fuerza, ella no es humana, no es humana. Te repites mentalmente para no acobardar te.

El demonio chilla y se aparta de la pobre joven a la cual le estaba mordiendo el brazo, se agarra la nuca chillando mientras intenta quitarse el cuchillo.

— ¡Salgamos de aquí! – te inclinas para ayudar a levantar a la joven pero te detienes de golpe al ver que su brazo al cual le faltaban unos pedazos, ya que el demonio se los había comido, estaba como nuevo, como si nada le hubiera pasado – oh no, ahora son dos?! – gritas soltando a la joven y retrocediendo.

— mmmmmm! – grita ella agarrando tu brazo con fuerza y dando un jalón para lanzarte lejos de allí, cuando caíste al suelo viste a la vieja endemoniada que se había lanzado a atacarte y gracias a la joven estabas a salvo.

— me...me salvó?! – te levantas de un salto, tu cuerpo duele y tú visión está algo nublada, quizás vas a perder la conciencia, quizás solo te mueves por la adrenalina en tu sistema.

— ¡Apartarse Nezuko! – el grito de una voz masculina llamo tu atención, un joven con Haori de cuadros verdes se lanzó hacia el demonio y lo decapitó.

Tus piernas fallan y terminas cayendo al suelo.

— ¡¿Se encuentra bien, señorita?! – grita con preocupación el joven corriendo hacia ti.

— ella me salvó....– y dicho esto, perdiste el conocimiento.

— hay que llevarla a que la revisen rápido – Tanjiro te cargo al estilo nupcial y corrió contigo en brazos mientras eran seguidos por Nezuko.

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