Capítulo 3: Amigos y Enemigos

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Alessia sintió su corazón latir con fuerza mientras observaba a Maximiliano alejarse en su coche deportivo. La tarde siciliana estaba teñida de un naranja cálido, pero dentro de ella todo era un torbellino de confusión. Algo en ese paseo con él había despertado una inquietud que no lograba explicar. Kiara, siempre perceptiva, la miraba de reojo, claramente esperando una explicación.

—No puedes solo quedarte callada —dijo Kiara, tratando de romper el silencio incómodo. —¿Qué fue eso? El tipo más misterioso y atractivo de Catania te invita a pasear y... ¿nada? Necesito detalles.

Alessia sonrió, aunque su mente aún seguía enredada en los eventos del día. —Hablamos de cosas triviales. No sé, Kiara, hay algo en él que me desconcierta. Parece que esconde algo. No sé si debería involucrarme más.

—¿Que si deberías? ¡Obvio! —respondió Kiara con una sonrisa traviesa. —Tienes que aprovechar las oportunidades cuando la vida te las pone frente. Este chico claramente está interesado.

Alessia trató de no darle demasiada importancia a lo que Kiara decía, pero no podía negar la creciente curiosidad que sentía hacia Maximiliano. Sin embargo, no sería el único hombre que aparecería para complicar aún más su vida en Sicilia.

Las clases en la universidad comenzaron a tomar un ritmo rutinario, pero todo cambió un lunes por la mañana cuando Alessia entró en la sala y se encontró con Yvan, su antiguo compañero de clases en su ciudad natal

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Las clases en la universidad comenzaron a tomar un ritmo rutinario, pero todo cambió un lunes por la mañana cuando Alessia entró en la sala y se encontró con Yvan, su antiguo compañero de clases en su ciudad natal. Yvan era alto, con una melena oscura y unos ojos que siempre habían irradiado una mezcla de confianza y calidez. Antes de venir a Sicilia, había sido uno de sus mejores amigos y, en su adolescencia, incluso había sentido algo más por él.

—¿Yvan? —preguntó, incrédula.

Yvan sonrió de lado, con ese aire relajado y seguro que siempre lo había caracterizado. —Sorpresa. Pensé que te alegrarías de verme, ¿o ya te olvidaste de tu viejo amigo?

—No puedo creer que estés aquí. ¿Cómo es que no me dijiste que venías a Sicilia? —Alessia no podía ocultar su sorpresa, aunque una parte de ella sentía una incomodidad que no lograba definir del todo.

—Quería sorprenderte —respondió él, acercándose con una sonrisa confiada. —Además, pensé que podríamos ponernos al día. Han pasado muchas cosas desde que te fuiste.

Pero Yvan no estaba simplemente interesado en ponerse al día. Desde hacía tiempo, había desarrollado sentimientos profundos por Alessia, y ver cómo se marchaba sin mirar atrás lo había dejado con un vacío que no había logrado llenar. Ahora que estaba en Sicilia, veía una oportunidad de recuperar lo que siempre había querido con ella.

A lo largo de los días, Yvan se mostraba cada vez más cercano, pero Alessia no podía evitar sentirse distante. Aunque apreciaba su compañía, la presencia de Maximiliano había cambiado algo en ella, y Yvan ya no despertaba en su interior las mismas emociones que antes.

La tensión aumentó cuando Stefano, el mejor amigo de Maximiliano, se acercó a Alessia y Kiara durante una clase para proponerles trabajar juntos en un proyecto de historia.

—Hola, chicas —dijo Stefano con una sonrisa amistosa. Era un joven apuesto, con una actitud relajada y siempre dispuesto a hacer reír a los demás. —He visto que estamos asignados al mismo grupo. Pensé que podríamos empezar hoy si les parece bien.

Kiara, siempre abierta a conocer gente nueva, aceptó de inmediato. Alessia, por su parte, se sentía intrigada por Stefano. Sabía que era cercano a Maximiliano, y la idea de pasar más tiempo con él le despertaba una mezcla de curiosidad y aprensión.

—Claro, trabajemos juntos —respondió Alessia.

Sin embargo, lo que no sabía era que Stefano no solo era el mejor amigo de Maximiliano, sino también uno de los pocos que conocía los secretos más oscuros de su amigo. Mientras trabajaban en el proyecto, Stefano comenzó a notar la atracción entre Alessia y Maxi, y aunque no lo mencionó directamente, soltó un comentario que dejó a Alessia reflexionando.

—Maxi no suele abrirse con mucha gente. Si se ha acercado a ti, es por una buena razón —le dijo Stefano, con una mirada calculadora.

Pero en las sombras, alguien más observaba a Alessia con una mezcla de envidia y resentimiento. Cloe, la chica más popular y deseada del campus, no podía soportar la idea de que una desconocida como Alessia se interpusiera entre ella y Maximiliano. Cloe había puesto su mira en él desde hacía tiempo y no estaba dispuesta a dejar que Alessia lo alejara de ella.

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⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

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