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Enamorado.

Quizás lo estaba, pensar solo en la presencia de aquel hombre le hacía querer verlo de nuevo, de sentirlo cerca, de oírle hablar. Quería tocar su mano otra vez, era tan cálida y agradable, podía recordar con detalle todos sus características; El suspiro de deseo que soltó de sus labios fue suficiente para que Rosie se volteara de su asiento y le diera una mirada pícara.

— ¿Quién es?—

— ¿De que hablas Rosie?— Pregunta Alastor sin dejar de escribir en su libro.

— La persona por la que tanto suspiras.— Sonríe al pensar rápidamente en Lucifer.

— Pues es una persona.—

— Ya se tonto, pero ¿quien es?– Alastor encoje los hombros siguiéndole el juego a Rosie.– ¿No me vas a decir?, dios mio debe de ser super lindo. O conociéndote tal vez alguien cuestionable.—

La razón principal por la que eta tan amigo de Rosie era que ella siempre tenia algún comentario con el cual rematar, le hacía sonreír naturalmente como justo ahora y era por eso que su amistad funcionaba tan bien. Viendo que la rubia no iba a parar de verle tratando de descifrar de quien se trataba cerró su libreta y se dirigió a su amiga.

— Es alguien de mi vecindario.– Hizo una pausa pues Rosie soltó un pequeño chillido de emoción.– Es un hombre bastante encantador, es elegante en todo sentido.—

— ¿En todo sentido?— Dijo Rosie pícaramente.

— Su manera de hablar, de caminar, la manera en la que se dirige a mi. Todo lo hace elegantemente.— Y sonrojo se escapa de las mejillas de Alastor.

— ¿Y cuando le pedirás salir?, digo, por lo que me cuentas es alguien mucho mayor que tu. Tal vez debas actuar primero ¿o quieres que el lo haga primero?—

Pensó en ello un momento, si bien Alastor siempre ha sido partidario de que si quieres las cosas bien hechas las hagas tú mismo. Pero quizás apelando un poco a esa emoción de enamoramiento joven que estaba experimentado, deseaba que fuera Lucifer quien hiciera el primer movimiento; Aún que con la situación que ambos estaban pasando, tal vez debería esperar a que todo esto se resolviera para poder tener un poco más de tiempo para ir desarrollando más sus emociones.

Pero diablos... en verdad se estaba muriendo de emoción por verlo otra vez.

— ¿A donde vas?— Pregunta la joven notando que Alastor se levanta de su asiento arrancando la hoja de la libreta en la que estaba escribiendo hace poco.

— Debo ir a dejar una carta, es para mi madre ya que no se ha sentido bien últimamente.—

— Alastor podrás verte como todo un conquistador, pero eres tremendo niño de mamá.—

Estaba en su hogar por fin, después de haber enviado la carta había llegado a su hogar colocando las cámaras para el plan. Los ataques seguían aun que ya eran un poco más tranquilos siendo solo mensajes amenazantes en hojas diciéndole que sabía donde lo iba a encontrar; Esto quizás era una señal de que no faltaba mucho para que Adam intentará atacar con algo más grave.

Estaban contra el reloj probablemente y debía tener evidencia cuanto antes.

En eso el sonido del tocar de su puerta lo saco de sus pensamientos, bajo las escaleras y se saco sus gafas para descansar un poco su mirar. Al abrir la puerta ve que se trata de Lucifer, luce una sencilla camisa salmón con unos pantalones de vestir blancos, cuando ve a Alastor rápidamente le sonríe provocando que en el castaño su corazón se acelerara.

Terrible Casualidad - One Shot RadioAppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora