- • ¿Puedo Ser Tu Novio? • -

2. Besos • Kiri - Baku •

No habían pasado ni media hora desde que Bakuguo casi lo besa, y no en cualquier lugar de su rostro ¡si no en su boquita!, la verdad es que no le había contado a nadie que nunca, nunca, en sus 16 años de vida, había dado un beso, ni de piquito. 

Por lo que si las cosas seguían así, su primer besa iba a ser robado por su bro. Su mente era un revoltijo ¿Enserio quería recordar que su bro del alma le iba a dar su primer beso? Recordar su rostro y como se sintió la primera vez que hacia algo como eso. 

Era un rotundo ¡No! Como podría siguiera verlo a la cara, si no podía dejar de pensar en sus suaves la- 

Ante sus pensamientos se dio una palmadas en sus mejillas para sacar esos pensamientos, se estaba distrayendo, tanto que no había entendido los ultimo 10 minutos de explicación del símbolo de la paz. Ya ni sabia de que habilidades se refería que tenían reforzar, suspiro, tendría que ponerse al día, que bueno que Blasty le ayudaría. 

Ese instante miro por el rabillo del ojo a su amigo, el cual se encontraba escribiendo los últimos apuntes de la pizarra. 

- "Que raro, pensé que estaría mirándome" - Pensó para si mismo, jugando con su lápiz moviéndolo en un gesto infantil de tristeza, dejando en su ser una pizca de desgano al no sentir esa atención con la cual se había alegrado... 

Espera ¡¿Se había alegrado de haber casi besado a Bakuguo?! Al darse cuenta de aquello, no puso evitar ponerse demasiado rígido hasta el punto que dejo caer de su pupitre el lápiz, el cual rodo hasta abajo de ese. - "Maldición" - ¿Por qué tenia que pensar esa cosas en plena clase donde hablaban de las hazañas de asombrosos héroes?  

No era nada justo que Bakuguo hiciera todo lo que quisiera bajo ese los efectos de ese don... bueno podía entenderlo, de todos modos no es como si él actuara bajo conciencia propia - "Ojala fuera consiente" - ... Ese pensamiento, no hizo avergonzarse de sobre manera, moviéndose de forma torpe en un intento de recoger su lápiz. - " ¡Auch!" - Grito, cuando su cabeza golpeo un costado del pupitre, llamando la atención de todos a su alrededor, bueno por lo menos ahora podía decir que el color de su rostro debido a la vergüenza, punto a favor.

Seguramente ahora su rostro combinaba con su cabello... 
No quería pensar mucho en eso, fue entonces cuando sintió que alguien lo estaba observando, si, era el cenizo, lo miraba con curiosidad y ternura, tanta que lo hacía sentirse abrumado y a su vez feliz.

Podría acostumbrarse a eso.

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¡No podía acostumbrarse a esto! ¡Ni Hoy Ni Nunca! Como pudo ser tan inocente de pensar que podría, claro que no puedo, es decir como lo haría, como lograría acostumbrarse de un día para el otro tener a "don explosiones locas" como un semblante tan dulce. Pareciendo tan sereno que lograba causar pánico en personas que siempre lo vieron enojado, aun que eso no evitaba que algunos se vieran contentos con ese cambio.

El simple hecho anteriormente le había parecido casi imposible, siempre pensó que su bro era sin dudas la persona más Aroace que podría llegar a conocer. Cero interés en cosas que siquiera incluyeran personas reales, por todos los All Might, ni siquiera sentía interés en algo que no fuera derrotar a alguien y mucho menos compartir saliva con alguien. 

El día en el que le preguntaron sobre sus gustos, había dejado muy claro que solo las veía como una perdida de tiempo y que en su vida solo estaba ser el número uno. En otras palabras La Gloria.

Es por eso que situación era tan surreal. Ni en sus mas alocados pensamientos o alucinaciones se le había ocurrido ver a su bro actuando algo siquiera parecido como lo estaba haciendo, y es que no se despegaba de él ni por un segundo, prácticamente ahora eran siameses.