Había algo en el aire esa tarde, una sensación que florecía entre los presentes como una brisa dulce y encantadora. Una emoción predominaba en el aire: amor. Esa clase de amor que pocas veces se tiene la fortuna de experimentar en la vida, ese que traspasa las barreras de lo cotidiano. Pero esa tarde todos podían sentirlo, como si estuviera impregnado en el aire. Y podrían admirarlo, porque ese día, Takahiro había decidido unirse en matrimonio por segunda vez con Issei, y el mundo parecía detenerse para que el amor los uniera. Todo giraba en torno a ellos, al compromiso que querían compartir con todos sus invitados.
El evento se llevaría a cabo en un jardín espléndidamente decorado, que parecía sacado de un cuento. Las flores habían sido escogidas con delicadeza y cuidado exquisitos, como si cada pétalo pudiera contar algo de los novios: las dalias de tonos cálidos y brillantes, aportaban color vibrante que capturaba la mirada. Las prímulas, discretas y sutiles, decoraban las esquinas llenándolas de significado, casi como susurrando mensajes de esperanza y devoción. Y las peonias que, con su opulenta belleza y sus pétalos aterciopelados, capturaban la esencia de la celebración. Si conocías el lenguaje de las flores, el mensaje era claro: una descarada representación de la historia y naturaleza de la relación de los novios, que no se avergonzaban de mostrar su naturaleza e historia.
Takahiro con su característico sentido del estilo, vestía un traje rosa pálido que le habían ajustado a la perfección. El traje le quedaba como un guante, combinando a la perfección con la decoración floral y el aura de la tarde. Por su parte, Issei había optado por un traje negro clásico, que lo había vuelto motivo de burla por parte de Takahiro, quien lo había llamado "demasiado clásico". Pero incluso si se burlaba, sabia en el fondo que no había hombre que se viera mejor en ese traje que Issei.
Los novios se preocuparon de que las cosas estuvieran en orden mientras llegaban los invitados, a pesar de los nervios que acompañaban la ocasión. Los primeros en llegar fueron Osamu y Suna, quienes eran amigos cercanos de Takahiro a este punto, y no tardaron de unirse a los preparativos. Habían estado intentando aligerar la carga de los novios junto a otra pareja, que eran más amigos de Issei, quienes ofrecieron su ayuda "desinteresada" (Issei le dijo a Takahiro que solo querían pedirle que hiciera lo mismo cuando se casaran). Los cuatro recibieron a los invitados con sonrisas, saludaron a cada uno y les señalaron donde tenían que sentarse y esperando que pasaran un buen momento en la boda. El ambiente era relajado, y se podía sentir el deseo compartido de que todos disfrutaran la boda.
A medida que el lugar se llenaba, las risas y conversaciones animadas comenzaron a inundar el jardín. Mientras que la música de fondo, una inusual mezcla para una boda, aportaba una nota divertida al evento. Lejos de las típicas melodías lo-fi que se suelen escuchar en las bodas, la combinación del gusto roquero de Issei con el gusto popero de Takahiro creaba una banda sonora inesperadamente encantadora. Los invitados sonreían cada vez que sonaba una canción nueva, encantados por lo autentico que sonaba.
Takahiro, sin embargo, estaba nervioso. Desde su lugar observaba como el jardín se llenaba cada vez más, y con cada invitado, sentía como un nudo se formaba en su estómago. A su lado, Issei parecía imperturbable. Sereno, con esa calma que siempre le había logrado transmitir en los momentos caóticos, le decía suavemente que todo estaría bien. Y Takahiro quería creerle, pero algo lo detenía de hacerlo. Una sensación de que algo iba a salir mal en tan maravilloso día.
La ceremonia comenzó con la entrada de los padres de Issei, caminando por el pasillo decorado con flores. Le siguieron los hermanos de Issei, a pasos firmes y sonrientes, y luego las hermanas de Takahiro, irradiando alegría. La llegada de Osamu, Suna, y la otra pareja fue recibida con sonrisas y murmullos. Y luego, el sobrino de Takahiro, encargado de tirar pétalos de flores en frente de los novios, seguidos del sobrino de Takahiro, quien tiraba flores por el lugar. Al ser muy pequeño, dio vuelta el canasto frente a todos y salió corriendo hacia su madre.

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El lado de Makki
FanfictionDesde hace algunos meses que Hanamaki Takahiro trabaja en "Onigiris Deliciosos", un camión de comida que recorre Japón vendiendo, como su nombre lo indica, deliciosos onigiris a todos sus clientes. Todo va como la seda, pero él tiene un solo problem...