Story

Mi mundo en la ensoñación excesiva

Capítulo 1

Desde que tengo memoria, siempre he sido una persona que se pierde en sus pensamientos, pero lo que para algunos es solo una simple distracción, para mí siempre fue más. Desde muy temprana edad, descubrí que mi mente tenía la capacidad de crear mundos completamente distintos a la realidad que me rodeaba. Estos mundos eran tan detallados, tan vívidos, que podía sentirme más presente en ellos que en mi propia vida.

Así fue como comenzó mi relación con la ensoñación excesiva. Al principio, no lo notaba, ni siquiera pensaba que fuera algo fuera de lo común. ¿Quién no disfruta de una buena fantasía de vez en cuando? Pero pronto me di cuenta de que para mí no era un simple escape pasajero. No, estos mundos me atrapaban y me mantenían en su abrazo por horas, días enteros a veces, alejándome de lo que ocurría a mi alrededor.

Cómo comenzó todo

Recuerdo los momentos en los que mis ensoñaciones comenzaron a tomar un papel protagonista en mi vida. No hubo un evento traumático o algo que desencadenara el proceso de manera inmediata. Más bien, fue como un refugio natural al que acudía cuando la realidad no me ofrecía lo que buscaba. A veces, era por puro aburrimiento; otras, porque había algo en mi vida que no me gustaba o no entendía cómo manejar.

La escuela, las relaciones personales, las expectativas... todo eso me resultaba abrumador. Mi mente, en cambio, ofrecía una alternativa más cómoda: mundos donde yo podía controlar cada detalle, cada resultado. Si algo no me gustaba, simplemente lo cambiaba. Si había algo que me hacía sentir insegura o triste, mi imaginación se encargaba de borrarlo o sustituirlo por una versión ideal. En ese espacio, yo tenía el control absoluto.

Características de mis ensoñaciones

Con el tiempo, mis ensoñaciones comenzaron a adoptar una estructura más compleja. No eran meras fantasías breves, sino que se convirtieron en narrativas largas, con personajes recurrentes y tramas elaboradas. Recuerdo que podía crear historias donde yo era el centro, pero también había personas que conocía y otras completamente inventadas. Algunos de estos personajes incluso llegaron a formar parte de mi vida interna por años. Los mundos que creaba estaban tan llenos de detalles que parecían más reales que la propia realidad.