Epílogo.

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Sunghoon tenía miedo de cagarla. Sunoo estaba confiando en él, pero él no tenía la confianza suficiente. ¿Y que si perdía el control y jodía al menor?

No es que dudara de sus habilidades en el sexo, siempre había dejado satisfechas y satisfechos a sus amantes. Pero Sunoo era diferente en todos los sentidos. Y había perdido práctica porque no había tenido sexo por más de un año.

Había estado en abstinencia por Sunoo y aunque estaba algo emocionado por este día que Sunoo había aceptado avanzar hasta el final, no le importaría pasar otros dos años sin sexo si el menor se lo pedía.

Terminó de enjuagarse la cara y se miró en el espejo, estaba nervioso, se le notaba bastante, se secó con una toalla y salió del baño completamente desnudo.

Sunoo estaba acostado en la cama, también se encontraba desnudo y nervioso por lo que iban a hacer.

Se acercó hasta el menor y le dio un beso en la frente.

—¿Estás seguro?, No quiero obligarte a nada— Sunoo sonrió y asintió —Perfecto.

Sunghoon le dio un beso en los labios delicadamente, se separó, lo miró y volvió a besarlo.

—Quiero.

—También yo—le respondió al menor mientras lo recostaba en la cama y se colocaba entre sus delgadas y pálidas piernas.

Lo besó como solía hacerlo, con cariño, sus labios, su cuello y clavículas, Sunoo se notaba más nervioso que nunca, porque a pesar de que estaban haciendo lo mismo de siempre sabía que esta vez lo harían hasta el final, probablemente por esa razón su cuerpo temblaba bajo el suyo.

—Tranquilo- besó su mano, después su pecho y se fue deslizando hasta su cintura. —No voy a hacerte daño.

—Lo sé— respondió el menor, pero a pesar de eso su cuerpo estaba tenso y duro.

—Relajate, quiero que lo disfrutes— Sunoo volvió a asentir —Flojito, flojito.

Alzó las caderas del más bajo mientras acariciaba sus piernas suavemente y de vez en cuando las apretaba entre sus grandes manos.

Le regaló una sonrisa y su cara se perdió entre las mejillas de su trasero.

El cuerpo de Sunoo tembló, no, se retorció por el placer de los labios de Sunghoon en su entrada y fue peor cuando empezó a penetrarlo con su lengua.

Todos sus sentidos explotaron, como si hubieran fuegos artificiales en el techo.

—Ahh... ahh...— Sunoo estaba duro, más que duro, llevó sus manos a la cabeza de Sunghoon dejando una mano en su cabello y con la otra empezó a masturbarse —por dios Sunghoon.

El menor estuvo estimulandolo por un largo tiempo, se alejó un poco sólo para mirar a Sunoo. -Se pondrá mejor- afirmó —Tú vas a hacerlo.

Sunoo no entendió hasta que Sunghoon le dio la vuelta para dejarlo encima de él.

—Montame— ordenó. Sunoo lo miró nervioso —Sólo lo que puedas tomar.

—No puedo.

—No, sí puedes, estás listo, sólo hasta donde puedas.

Sunoo asintió nervioso, tomó el miembro de Sunghoon y lo alineó en su ano.

Se empaló el mismo sin llegar hasta la base.

—Dios, es demasiado grueso— se quejó, no dolía mucho, lo normal pero sabía que aún faltaba más.

—Muévete ahora— Sunoo lo hizo, despacio y con cuidado dejando escapar leves suspiros.

Subía y bajaba, sin darse cuenta cada vez tomaba más del miembro del miembro del alto.

Sunghoon acariciaba su cuerpo, sus tetillas y besaba sus labios, con cariño tratando se distraerlo lo más posible.

—Mg...— gimió Sunghoon, estar dentro de Sunoo era la gloria por el simple hecho de ser la persona que quería, que amaba. -Falta poco.

Sunoo se sonrojó más de lo que ya estaba, entendiendo, subió de nuevo y volvió a bajar esta vez llegando hasta la base.

"Dios"

—Bien— Esta vez Sunghoon se impulsó hacia arriba dispuesto a tomar el control del ritmo —Oh sí— gimió.

Sunoo dejó escapar unas lágrimas silenciosas, por fin, por fin se había entregado a Sunghoon por completo y no importaba si dolía un poco, se sentía bien, se sentía placentero y se sentía feliz.

Ya no había recuerdos feos, sólo estaba Sunghoon diciéndole lo mucho que lo amaba y Sunoo sabía que podía creer en él.

—Ahí— gimió bajito cuando Sunghoon encontró su próstata y empezó a mover sus caderas desesperado por más contacto en esa parte de su cuerpo.

Sunghoon de nuevo le dio la vuelta para quedar arriba de él, acomodando las piernas delgadas en sus hombros, empezó de nuevo un vaivén más rápido.

—Ahhh... ahh.. Dios Sunghoon.

El pelinegro tomó su miembro y empezó a bombearlo.

—Voy...a venirme—rugió Sunghoon, Sunoo asintió corriéndose primero y apretando al mayor entre sus calientes barreras.

—Oh— Sunghoon cayó encima de él con la respiración agitada. —Fue fantástico.

—Sí— aceptó el menor —Tienes los 24 mejores centímetros que he visto, tomado y probado en mi vida.

Sunghoon sonrió.

FIN.

𝖾𝗅 𝗍𝖺𝗆𝖺𝗇̃𝗈 𝗌𝗂 𝗂𝗆𝗉𝗈𝗋𝗍𝖺 ♡⃕  𝗌𝗎𝗇𝗀𝗌𝗎𝗇 ﹙𝖼𝗈𝗆𝗉𝗅𝖾𝗍𝖺﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora