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La dirección del viento cambia de manera constante. Pueden ser ligeros, o tan fuertes que resultan devastadores. Y así es el destino, cuando menos lo esperas, todo aquello que has planeado de manera cuidadosa y meticulosa, se irá al demonio. Por qué el destino es algo intangible, imposible de poder tomar entre las manos y manipularlo a nuestro antojo. Por ello, solo se tienen dos opciones, o luchas contra él, como pelear contra marea y lastimarte miles de veces, sin la seguridad de poder lograr lo que te propones, o simplemente te dejas ir con la marea, sin pensarlo y adaptandote a todos los cambios.

— Veo que esos inútiles ya nos tienen en la mira. — la voz del peliblanco sonaba aburrida y llena de desden.

— No podrán dar con nuestros negocios, ante el mundo solo somos una familia empresaria, con un negocio legítimo y muy lucrativo. — Dabi sonaba divertido y burlón.

Ambos chicos leían los documentos que estaban sobre la mesa. Con todos los datos de los héroes activos hasta el momento, enterándose más a fondo de los había pasado en los últimos 7 años. Sabían que todo había cambiado, nada era lo mismo. Cómo hecho de que aquellos mocosos de la academia eran los próximos grandes héroes, dando comienzo a una nueva generación.

— Parece que mi hermanito está a nada de superar al maldito de mi viejo. — comentó Dabi mientras miraba la información de Shoto Todoroki. — Y parece que está saliendo con el cabeza de brócoli ese. — una sonora carcajada se dejó oir. — Mi viejo debe estar que lo lleva el demonio. Que su más grande orgullo le gustarán los chicos. Pero bueno, creo que si se entera que todos sus hijos salieron unos "fenómenos" que les gusta alguien de su mismo sexo, se muere.

Aquello últimoo dijo mirando a su amigo peliblanco, quien siemplemente hizo oídos sordos ante lo dicho por el otro.

— ¿Aún no me perdonas? — dijo Shigaraki después de unos minutos de silenció. — Cuñado. — lo último lo dijo con una sonrisa llena de burla, causando que el ojiazul soltara un gruñido.

— Mi hermano se enteró de mi existencia por accidente, no negare que ha sido de gran ayuda estos años, pero no me cabe en la cabeza como carajos es que ustedes terminaron juntos. — dijo mientras se acomodaba en su silla, recostando su espalda y cruzando las piernas, mientras tenía en sus manos la información de su hermano menor.

Shigaraki miró en silencio a su amigo. Recordando el como es que había podido ganarse el corazón de Natsuo Todoroki. Aquel chico algo tonto, que le había importado una mierda que su hermano fuera un cruel y tenido villano, y se había ofrecido voluntariamente a hacerle de espía con los héroes y su propia familia.

De solo pensar en el peliblanco de ojos grises, sentís si corazón latir con fuerza. Ese chico había llegado a su vida para ponerla de cabeza, dándole color a su gris y patética vida.

— Para ser honesto, no lo se. Solo se dió y ya. Recuerda que era yo quien lo ayudaba a adaptarse a todo esto y poder llevar su misión auto-impuesta. — dijo mientras miraba un punto en específico. — Supongo que solo pasó y ya.

Dabi estaba pensativo. No iba a mentir, como hermano se sentia celoso, pero también feliz. Sabía que su amigo cuidaría de su hermano.

— A todo esto, ¿Donde está Keigo? — preguntó Shigaraki a su amigo.

— Llevó a los niños de compras, la próxima semana comenzarán las clases.

— ¿No lograste quitarle la idea de la cabeza, eh?

— No. — dijo Dabi mientras soltaba un suspiro frustrado. — Quiere que los niños tengan una infancia lo más normal posible, y si lo vemos desde cierto ángulo, eso nos ayuda a nuestra fachada de una familia normal.

— Afortunadamente, los niños han aprendido a ocultar y controlar sus quirks.

— Mis hijos son unos genios.

— No es por nada, y lo debo admitir, pero tus hijos son aquello que tú padre tanto deseó.

Dabi quedó en silencio.

No lo quería aceptar, pero era verdad.

Sus pequeños pajaritos eran la combinación perfecta entre los quirks de él y Keigo. Teniendo todos los lados positivos y poderosos.

Por ello, al reconocer aquel hecho, tuvo que maldecir en silencio.

— Natsuo nos ayudó con las escuelas. Pero al final sugirió la escuela que secretamente hemos invertido. Siendo los principales meseas, tenemos poder en ella, ayudándonos a controlar todo lo que pase al rededor de ellos.

— No es un mal plan, podemos protegerlos de cerca y asegurarnos que nada les afecte. Es mejor un lugar donde tenemos control.

Ambos peliblancos se quedaron en silencio, observando todos los documentos, pero sin prestarles atención. Susentes estaban ocupadas máquinando sus siguientes movimientos, y así lograr su tan ansiado objetivo.

Destruir a todo y todos que se interpongan en su plan de controlar el mundo.

Después de todo, los golpes secretos y silenciosos era más poderosos que los ataques directos.

Si, ellos atacan por la espalda, un acto que se podría considerar como ruin, pero, se tenía que aceptar. Esos ataques era más efectivos.

Ellos lograrían gobernar.

Y tendrían el mundo en las palmas de sus manos.

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⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

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