La odio

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Por tomar mi corazón y volverlo suave a ella, por estar a mi lado en mis llantos y desvaríos, por abandonarme, por abandonarme con esa persona, esa persona que no tiene realmente aprecio por ella, que la llevará a la miseria y se encargará de privarle todas las cosas que yo le quiero dar, que yo le dí, lo mucho que me esforcé para que estuviera a mi lado y es patético, como estar a su lado, me vuelve débil, florece en mi corazón un amor incondicional hacia ella, queriendo correr y alcanzarla como si de una pequeña ave se tratase, esa ave que me curo, me apoyó y me rescató, me rescató de ese tigre que hoy se la come a ella, dejándome abandonada, rota en lágrimas y dolor, esperándola, esperándo su mirada, su mano acariciando mi cabello y ese dulce abrazo que me brindaba cuando mi alma rebosaba de dolor, ese tigre hoy la mastica, mientras el ave  baila en su boca, con felicidad, alejándose de mí, que intentó ayudarla, darle felicidad y un apoyo, veo que mi ser no fue suficiente, no fue suficiente.

Duele pensar en el odio, por que no lo quiero sentir, yo solo quiero que me acompañe, danzar con el ave, así sea en la boca del tigre o tal vez mientras me ahogo en la nada, danzar con ella, recibir su mirada llena de compasión, esa compasión que hoy me hace llorar al recordar mi amarga soledad, soledad que no disfruto, que me deprime, por que necesito al ave, hermosa ave, te lo ruego, vuelve a mí, te adoro, te adoro tanto que aunque mi cuerpo lo impida y mi alma lo reclame, te daría mi ser, mi corazón, todo de mí, sería tuyo, incondicionalmente tuyo.

Te amo ave, nunca habrá una razón para amar a alguien como tú, fingí tantas cosas y sacrifique muchas otras pequeñas aves por ti.

¿Porqué me dejas?

¿Dejé de ser suficiente acaso?

Castígame, correré a tus brazos, lo prometo, iré tras de ti, como un pequeño niño sigue a su madre, te miraré con todo el amor que hay en mí, es tuyo, tú me lo diste, quiero dártelo, darte mi ser, llenarte de seguridad y motivación para que seas alguien mejor en un futuro, en un futuro que me encargaré de crear para las dos.

Ave, no me abandones, te lo ruego, ruego por ti, por conocerte, por habitar en tus pensamientos y corazón, quiero que seas el nido en el que mi llanto desaparece, no me dejes por el tigre, el ya me comió a mí, fue doloroso, pero llegaste ave, tú hermoso ser y al correr a tus brazos me dí cuenta, tan levemente, que mi corazón volvía a sentir.

Odio a Dios, me hace sentir mal, con todo, apoya al malo con la victoria y a mí me deja aquí, pero, Oh ave, Oh tú, tú que me hiciste creer que serías mi salvador, te espero, estaré ahí, te abrazaré.

Asesina al tigre, gran y benevolente ave, picotea sus ojos con tu suave y maciso pico hasta que sangren con lágrimas de odio, el odio que siento por ti, odio por el cual quiero y pretendo dejarte en el olvido, quiero que me salves, pero te alejas, me ignoras, ignoras mi advertencia y mi sufrir y entras a la boca del tigre con esmero, no te emociones, por favor, no me cambies.

AsquitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora