Nobody Knows [Quackity & Female!Oc]

Los sentimientos de Alexis

"Ay, no putas perras pinches mames. Menos mal viniste a salvarme, wey." Suspiraba Roier mientras se acomodaba su pantalón con un alivio enorme.

Alexis a su lado tenía una cara de pocos amigos y no lo ocultaba en lo absoluto. Ambos caminaban a la cafetería para buscarle una coca al moreno, ocupaba la soda para su estómago luego de casi morirse por un retortijón. Fue horrible para el de gorro tener que dejar a aquella chica de ojos claros para ir a socorrer a su amigo, quien tuvo un problema en el baño, quería estrangularlo.

Sentándose en una mesa vió a Roier ir a por su coca, en lo que esperaba sacó las galletitas de su mochila dejándola esta de lado para abrir la caja. Una sonrisa se mostró en sus labios al ver galletas perfectamente horneadas con diseños con crema de colores encima. Estaban rotas pero eso no hacía que no distinguiera que eran patos en diferentes presentaciones, había una variedad grande pero le llamó la atención unos patos en flotadores.

"¿Realmente se tomó el tiempo para hacerme estas galletitas?" Pensó con sus mejillas rosadas, el imaginarla horneando hacía later su corazón con rapidez.

Dejó la caja de lado para leer la nota, esta estaba escrita en un papel con diseños de Sanrio en un papel rosa pastel. Estos pequeños detalles le hicieron reír suavemente, no que se diera cuenta de esto.

<<Espero que esta carta te encuentre en buen estado. Lamento haber sido tan grosera en nuestro primer contacto, no sabía sobre tu situación y eso... Espero y me puedas perdonar. También espero que te gusten estas galletas que hice como regalo especialmente para ti. Susie.>>

Con una gran sonrisa dobló la carta para guardarla en el bolsillo de su camisa abierta de botones sobre aquella camiseta plana de color blanco. Al voltear para tomar sus galletitas lo primero que vió fue a su amigo comiéndolas, no dudó dos veces antes de comenzar a golpearlo.

"¡¿Qué traes, wey?!" Exclamó cubriéndose.

"Dos cosas." Le hizo señas rápidamente con el ceño fruncido. "Primero: Por comer cosas como galletas con refresco fanta es que debo ir a el baño seguido para socorrerte, no creas que no te vi comprando una fanta de limón en vez de una coca cola." Le regañó evidentemente molesto con él. La cara de Roier mostró un puchero al ser descubierto. "Y segundo: ¡Son mis galletas!"

"No mames que dijiste signos de exclamación en señas." Fue la respuesta que recibió.

"No te puedo gritar. Pero lo haría si pudiera y no lo pensaría dos veces." Amenazó tomando la caja para guardarla con cuidado.

"¿De dónde sacaste esas galletas, wey? Saben bien." Preguntó sacudiendo sus manos para quitar las migajas.

"Me las regalaron." Le señaló con orgullo.

"Uuuy, ¿te echaste noviecita?" A Roier le encantaba picar a su amigo, era su pasatiempo favorito y no era secreto.

"Ni en un millón de años es algo realista."

"Ay, hombre de poca fe." Suspiró el moreno negando para continuar bebiendo su fanta sin esconderla más. "Deberías darte la oportunidad." Añadió moviendo vagamente sus manos para señalarle palabras claves a su amigo. "Salir con una chica y... no lo sé, que duren unos años hasta que le pidas matrimonio y se casen, tengan muchos hijos y—" El moreno calló al ver como a su amigo volteaba para no verle hablar, ni mover sus manos. Con confusion le tomó del hombro volviendo a tener su atención en él. "¿Qué pasa?" preguntó moviendo su mano.

"No es realista." Señaló el pelinegro.

"¿Cómo que no? Es muy realista." insistía con su sonrisa.

"No, no lo es." volvía a señalar Alexis con el ceño fruncido y esta vez más agresivo, se notaba su coraje. "Soy sordo, nadie quisiera un novio sordo."

"No puedes decir eso. Tal vez esta chica quiere tu atención y por eso te horneó estas deliciosas galletas" Recordó con una sonrisa.

"Ella no se merece esto. Ella merece tener a alguien que pueda escucharla, alguien que pueda disfrutar del ruido de la lluvia junto a ella." rápidamente movió sus manos, llegó un momento donde el coraje en su rostro se desvaneció dejando ver tristeza. "Alguien como yo se mantendrá solo por siempre y no podemos cambiar eso." Al sentir su celular vibrar vió que era hora para ir a la siguiente clase, así que se levantó, tomó sus cosas y se encaminó a la siguiente clase, pero se detuvo.

Roier le miró atento cuando vió que se detuvo, luego volteo a él para levantar sus manos.

"La he visto ser muy cercana a Cellbit incluso antes de que me notara. Se nota en sus miradas que no se quieren solamente como amigos." Le hizo saber antes de continuar con su camino.

El chico lo miró callado y sorprendido por aquella revelación. Roier quiso decirle que era totalmente erróneo, su amigo brasileño tenía novia, pero ella no estudiaba en la misma universidad que ellos. Aveces se preguntaba si su amigo aparte de ser sordo, era ciego.

[...]

"Lengua de señas." Sonrió Susana con el libro en sus manos. "Siempre pensé que se decía lenguaje." Murmuraba para su amigo mientras ojeaba las hojas.

"Yo también pensaba que era así, pero no." Le dijo Cellbit. "Roier me dijo que se dice Lengua de señas y cuando se le dice Lenguaje de señas la comunidad suele enojarse."

"No tenía idea." respondió ella con una sonrisa.

Luego de salir de la universidad pensó que ir a su tienda de libros favorita sería una gran idea. La chica quiso ir y comprar un libro de lengua de señas para aprender y hablar con su nuevo amigo, le serviría mucho para poder comunicarse con él y eso le emocionaba.

Saliendo de la tienda con su nuevo libro fue directo a su casa acompañada del brasileño sin esperar ni un segundo más. En el camino rieron y charlaron de muchas cosas, él le enseñó las pocas señas que se sabía y rió cuando no podía recordarlas. Una vez llegaron ella volteó a él.

"Gracias por ayudarme, Cellbit." Le dijo con una gran sonrisa.

"No hay de que." Sonrió de regreso. "La próxima vez que ocupes mi ayuda espero y sea para que te ayude a que te consigas un novio, ¿eh?" Le pinchó haciéndola reír.

"Cuando termines con Lorena te avisaré para poder casarme con ella." Le devolvió el chiste haciéndole reír súper fingido, al final, ambos rieron a carcajadas.

"Saluda a tu mamá de mi parte, espero que me inviten a la cena del sábado." Se despidió antes de comenzar a caminar, ella le devolvió el gesto y cerró la puerta para ir a su habitación para dejar sus cosas.

Hizo sus quehaceres con tranquilidad y al final fue a tomar una ducha de agua fría. Luego de su ducha fue a hacer una exhaustiva jornada de estudio, era viernes, tenía todo el fin de semana para aprender varias cosas. Su nueva meta era poder llevar una conversación con Alexis y estaba dispuesta a que así fuera para el lunes.