El otro lado de la moneda

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Luego de esa terrible mañana Susana pensó que la mejor opción era despejarse estudiando en la biblioteca, aire acondicionado, su café recién comprado y calma, ¿podría haber algo mejor?  Debía encontrar una forma de recuperar todos los apuntes de l...

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Luego de esa terrible mañana Susana pensó que la mejor opción era despejarse estudiando en la biblioteca, aire acondicionado, su café recién comprado y calma, ¿podría haber algo mejor? Debía encontrar una forma de recuperar todos los apuntes de las primeras clases y no se le ocurría cómo. No tenía amistades que estudiaran derecho y no podría ir con los maestros a pedir los apuntes, ya le habían dicho que era su trabajo buscar la forma de recuperar el material.

Al entrar a la biblioteca fue a dejar sus cosas en una mesa. Iría a buscar unos libros que ocupaba y luego haría unas tareas que tenía pendiente, así que dejó sus cosas para ir a donde sabia que estaban esos libros que ocupaba.

"Derecho constitucional, derecho civil, derecho penal, derecho laboral, blah blah blah..." se susurró a si misma mientras pasaba su dedo índice por las etiquetas de la estantería. "¡Ajá! Derecho de la familia." Exclamó con una sonrisa para tomar el libro y repetir la acción con otros más.

Al voltear para ir a su mesa se detuvo en seco al oler un aroma familiar. Podía reconocerlo, era ese delicioso aroma a perfume de hombre que pudo oler cuando llegó hace unas pocas horas. Estando decidida y con la curiosidad al máximo persiguió el olor hasta una mesa algo alejada.

"Oh." Susana abrió los ojos sorprendida. Ella reconocía a ese chico, tomaba las primeras clases con él, aunque tenía entendido que el estudiaba derecho penal, no derecho familiar. Pero no importaba, le pediría los apuntes y le agradecería, según sabía, era un chico calmado, introvertido y muy aplicado, estaba muy segura de que tenía lo que necesitaba.

Rápidamente se acercó a su mesa y dejó todos sus libros sobre la mesa junto a su bolígrafo para descansar sus brazos antes de hablarle con una sonrisa.

"Perdón por molestarte, ¿me podrías pasar los apuntes de las clases? Es que no llegué a las primeras clases. Me harías un enorme favor." Le dijo con algo de vergüenza al tener su mirada encima.

Su silencio y mirada fija la incomodó enormemente.

"Eh... ¿Hola?" Su rostro mostraba su confusión ante el frío e incómodo silencio. Tal vez era el que tuviera esos audífonos puestos.

Ahora que le veía de cerca, era un chico apuesto. No se veía descuidado como la gran mayoría de chicos de su clase, su cabello también se veía cuidado y su gorrito solo le daba un toque especial a su apariencia.

De repente esas facciones se fruncieron en lo que parecía ser molestia o desagrado ante su presencia. ¿Era mucho pedir unos simples apuntes?

"¡Ah, que grosero!" Exclamó Susana frunciendo el ceño. "Puedo entender con palabras, no había necesidad de ser tan grosero solamente por pedir los apuntes." Dijo molesta, mismo coraje aumentó al ver que no se disculpaba ni cambiaba su expresión. "Pensé que eras buena persona, pero veo que las apariencias engañan."

Nobody Knows [Quackity & Female!Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora