La perspectiva de Suzuka

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Desde que conocí a Moa, supe que era diferente. Su pasión por la poesía y el dibujo me fascinó. Y cuando descubrí que compartíamos el amor por el metal, supe que teníamos una conexión especial.

Al principio, pensé que era solo amistad. Moa era divertida, inteligente y siempre estaba dispuesta a escuchar. Pero con el tiempo, empecé a notar cosas que me hacían sentir de manera diferente.

La forma en que Moa sonreía cuando hablaba sobre Slipknot, la forma en que sus ojos brillaban cuando dibujaba... Me sentía atraída hacia ella de una manera que no podía explicar.

En el concierto de Metallica, vi a Moa mirándome con una mirada intensa. Me sentí nerviosa, pero también emocionada. ¿Era posible que Moa sintiera lo mismo que yo?

Después del concierto, empecé a cuestionarme mis sentimientos. ¿Era solo amistad o algo más? Pero cada vez que estaba con Moa, sentía una conexión más profunda.

Un día, mientras caminábamos por el parque, Moa se detuvo y miró a los árboles. Su expresión era tan serena y hermosa que me sentí conmovida. Supe en ese momento que estaba enamorada de ella.

Pero ¿cómo podía confesarle mis sentimientos? ¿Y si Moa no sentía lo mismo? El miedo a perder nuestra amistad me mantuvo en silencio.

Hasta que finalmente decidí tomar el riesgo. La invité a mi casa y le confesé mis sentimientos. Y cuando Moa me dijo que sentía lo mismo, supe que había tomado la decisión correcta.

Ahora, mientras miro a Moa, siento que estoy exactamente donde debo estar. ¿Qué sucederá a continuación en nuestra relación? Estoy muy emocionada de descubrirlo.

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