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𝓜𝓮 𝓭𝓾𝓮𝓵𝓮 𝔂 𝓷𝓪𝓭𝓪 𝓶𝓮 𝓵𝓸 𝓬𝓾𝓻𝓪 𝓮𝓵 𝓽𝓲𝓮𝓶𝓹𝓸 ✧
El sol estaba más que oculto entre las grandes y grisáceas nubes de la Aldea Konoha dando señal de una tormenta algo superficial
A pesar del mal clima mi mente se sentía más tranquila que nunca, no volví a tener pesadillas posiblemente mi subconsciente o mi poder estaban calmados ahora que se la verdad
-No deberías estar despierta tan temprano querida.-la voz de la tía Tsunade me asusto así que me sobresalte en mi lugar
-Me encontraba tomando aire fresco.- contesté dándole una leve sonrisa ,puedo sentir que viene una pequeña tormenta por el aire húmedo.-Iras al trabajo verdad.
-Si tengo mucho trabajo desgraciadamente¿Como te sientes?- preguntó tocando mi cabeza suavemente buscando algún malestar
-Me duelen un poco pero espero recuperarme lo más pronto posible, no puedo esperar a volver a ver de nuevo y entrenar como nunca.- mi cara volvió a sentir la fresca brisa del ambiente
Hace meses que mi cuerpo no se movía como debía , mi cuerpo lo resiente pues era evidente que de pasar de entrenamiento tan duros como los de los Hyuga al no hacer absolutamente nada. Más que solo correr un poco debes en cuando el cuerpo perdía resistencia
-Estoy segura que así será,ordene que estés bajo la protección de un Jōnin en tu recuperación , tengo que estar al pendiente de la Aldea y no puedo cuidarte como quisiera-
-No necesito protección de nadie tía puedo cuidarme sola no se preocupe.-
-No me lleves la contaría mocosa, no quiero que nada malo te pase así que te dejo bajó alguien de confianza.- suspiré ante su regaño
No pude evitar soltar una carcajada ante su intento maternal de Tsunade sin duda ahora más que nunca quería volver a mirar el mundo, hace unas semanas Tsunade había aprobado mi operación para la recuperación de mis ojos. Aún no entendemos completamente su poder pero ella aseguro que mi cuerpo está capacitado para soportar su poder
-Y dime ¿Si tienes algún enamorado por ahí?- la pregunta repentina me hizo sonrojar inmediatamente
El recuerdo de Uchiha llegó a mente como un balde de agua helada, me dolía y mentía si decía que no , se que acepté sus decisiones y nunca lo juzgaría por eso sin embargo no era nada fácil extrañarlo, me deshice de todas sus pertenencias, unas cuantos flores, poemas escritos para el; ropa prestada incluso su collar de promesa lo tiré, bueno tal vez no Solo estaban escondidos esos objetos en algún lugar profundo de mi habitación
