Capítulo dos

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Desperté a duras penas, me puse de pie y fui al baño. Abrí la regadera y en unos segundos el agua alcanzó la temperatura perfecta. Dejé caer mi ropa al piso y entré para que el agua y el jabón eliminaran cualquier rastro de sudor.

Salí después de algunos minutos y envolví mi cuerpo en una toalla blanca. Tomé un conjunto: una blusa de tirantes floreada que se pegaba a mi cuerpo perfectamente y una falda igual a la blusa que me quedaba un poco más arriba de las rodillas. Hoy más que nunca tenía que ir arreglada. Ajax y yo habíamos terminado, así que no podía mostrar debilidad. Al contrario, debía demostrar que todo seguía siendo perfecto.

Dejé mi cabello suelto, permitiendo que ligeras ondas se formaran. Puse un leve maquillaje, delineé mis ojos con lápiz negro y solo un poco de brillo labial. Tomé mi bolso, que traía algunos libros, ya que la mayoría estaban en mi casillero.

Bajé las escaleras; mi madre estaba en la sala con su laptop y sus tres teléfonos. Era una mujer muy ocupada.

—Ya me voy... —le avisé antes de salir.

—Que te vaya bien —contestó.

Tenía meses que no manejaba. Ajax siempre iba por mí y me llevaba a la escuela; salíamos y regresábamos juntos. Llegué al campus y estacioné mi auto. Me gustaba llegar algo tarde y así lograr capturar la atención de todos. No era algo difícil de lograr.

Bajé y todas las miradas se posaron en mí. La de los chicos era despectiva, al contrario de las mujeres, que solo indicaban deseo. Solo que esta vez, todos murmuraban cosas entre ellos. Halagos de ese tipo, aunados a leves chiflidos y besos sonados, se escuchaban al momento en que yo pasaba entre las mesas. Ya se habían enterado; cuando estaba con Ajax, absolutamente nadie se atrevía a abrir la boca.

Como amaba esta atención. Todos, desde los deportistas, inadaptados e incluso mujeres, volteaban a verme, a excepción de alguien.

—¿Dónde demonios está Ajax? —pregunté en susurro a Yoko.

—Disfrutando de su libertad —respondió.

—Sabes, creí que eras mi amiga —le dije seriamente.

—Oh, vamos, sabes que es juego —contestó riendo.

Platicamos de tonterías, como era común en nosotras, pero aún pensaba en dónde estaría Ajax.

—Hey —se escucharon cuatro veces al mismo tiempo. Eran las amigas de Yoko.

—Nos abandonaste, Yoko —le reclamó una mientras se sentaban.

—Perdón, pero mi amiga necesita apoyo —les contestó, y yo la fulminé con la mirada.

—Oye... ¿es cierto? —dijo una morena—. ¿Tú y Ajax terminaron?

Todas en la mesa me miraban atentas.

—¿Qué te parece si tú y yo? —dijo Dianne.

—Ni lo pienses —la interrumpió Yoko, y yo le agradecí con una sonrisa.

No me molestaba la presencia de todas en la mesa; de hecho, era divertido. Lo que me molestaba era la ausencia de mi exnovio.

Ya estábamos todas integradas en la plática cuando una de las amigas de Yoko emitió un «¡Oh no!». Mientras miraba hacia la puerta de la cafetería, todas volteamos a verla, y luego seguimos la dirección de su mirada. Rápidamente sentí cómo Yoko volteaba a verme, pero yo no podía sacar la mirada de esa escena.

—Creo que es mejor que nos vayamos —ni siquiera supe quién dijo eso, pero en cuestión de segundos solo estábamos Yoko y yo en la mesa.

—Enid —habló Yoko.

—Reven Wonder —estaba en shock.

Reven Wonder, digámoslo así, es mi rival desde siempre. Todo en su vida es una constante réplica de lo que yo hago. Su mayor objetivo es tener todo lo mío, y al parecer va por buen camino, ya que tiene mi odio y a mi exnovio. Reven caminaba con el brazo de Ajax sobre sus hombros; esta sonreía hipócritamente, como diciendo: "Mírenme, se lo quité". Al igual, Ajax caminaba quitado de pena, saludando a los demás miembros del equipo que estaban sentados en una mesa del otro extremo de la cafetería.

—¡Sinclair! —escuché la firme voz de Yoko, pero no podía reaccionar. No podía sacar mi mirada de ellos. La mirada de Reven se encontró con la mía; le sostuve la mirada. No hay nada peor que cortar la mirada; no demuestra nada más que debilidad. Al ver que mi mirada no cedía, levantó una de sus delgadas cejas, se dio la media vuelta y tomó a Ajax del rostro para atraerlo a sus labios.

"Odiaba que yo hiciera eso", dije mientras veía cómo la besaba frente a todos sus amigos. Ajax detestaba que yo hiciera eso, pero al parecer, el que ella lo hiciera le agradaba.

—Enid, voltea a verme ahora —me indicó Yoko, y yo rápidamente me volví a verla. —Cuando necesitas tu orgullo, este decide tomar un descanso —me regañó. —Deja de verlos ya.

—No, Yoko —me puse de pie—. No puede hacerme esto. —Caminé hacia la puerta de la cafetería, obviamente, a pesar de todo el coraje, nunca sin estilo.

Llegué a mi casillero para sacar mis libros para la siguiente materia, Historia. "¿Cómo pudo hacerme esto?", pensé incrédula. "¿Cambiarme por esa hueca?" Sin duda alguna, Reven es la persona más estúpida que conozco.

El fuerte timbre me sacó de mis pensamientos. Cerré de un fuerte golpe mi casillero y caminé al salón correspondiente. Entré y todos me miraron extrañados. Comúnmente llegaba tarde a clases, solo que ahora no tenía con quién distraerme. Me senté en mi lugar de siempre en la primera fila, en el penúltimo lugar, ya que Yoko se sienta en el último, o sea, detrás de mí. Recargué mi cabeza en mis manos y miraba perdidamente hacia el piso.

—¿Por qué esa cara? —preguntó Yoko.

—Pienso en cómo me voy a vengar de ellos —sonreí.

—¿¿Vengar?? —soltó una carcajada. —¿Y qué vas a hacer? ¿Vas a salir con alguien más para causarle celos a Ajax?"

—Sabes, no es mala idea —volví a verla sonriente.

—"Es una estupidez, Enid", alargó.

—"Claro que no", dije pensativa. "Solo tengo que buscar a alguien que le produzca celos. Así la estúpida Reven se dará cuenta de que aún me quiere, se enojarán, Ajax regresa conmigo y todo perfecto". Levanté una de mis cejas orgullosamente ante mi plan.

—¿Cómo fue que terminé siendo tu amiga? —dijo Yoko.

—No lo sé —tomé su mano—. "Pero ahora serás mi novia", afirmé.

—Enid —puso su otra mano sobre la mía—. Todos saben que somos como hermanas y que jamás saldríamos. —Era cierto; no creerían que salimos.

—Entonces, ¿quién? —mi plan se había frustrado. No podía ser cualquiera; la persona tenía que ser alguien que Ajax le molestara, que le importara y que no resistiera ver a mi lado.

she will be mineWhere stories live. Discover now