Prólogo

15 2 0
                                    

Iris

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Iris

- Y... ¡Corte! - exclamo desde mí silla cuando los protagonistas de mí película se dieron el último beso

- ¡Eso es todo por hoy! Pueden descansar, mañana vamos con las últimas escenas - pide mí subdirector para luego darme una sonrisa antes de irse

Quito el libreto de mí regazo para levantarme y hablar con los iluminadores por las próximas tomas.

- ¿Día agotador? - cuestiona mí secretaria y mejor amiga Andy, con una taza de café y una barra de chocolate en sus manos

- Merci - digo agarrando las cosas - Y si fue bastante pesado, ya estamos en los últimos detalles - comienzo a caminar emocionada con ella hacia la salida del set

- ¿Querés ir un rato a la plaza? Oí que hoy iba a estar uno de los mejores magos - pregunta con una sonrisa divertida

- Mejor ve tú, estoy muy cansada y debo fijarme si arreglaron la tubería de mí casa - contesto con pena y una media sonrisa

- Tranquila, otro día será y acordate que mañana a primera hora tenés cita con el fotógrafo de la revista - comenta mientras me extiende mí celular

- Merci encore - me despido con dos besos en cada mejilla bebiendo el café y guardando el chocolate en mí bolso

Me dirijo hacia el salón de edición para ver cómo van las cosas y me quedo tranquila al ver que todo va según lo planeado. Luego voy hacia el estacionamiento y me veo en el espejo de mí auto, los casi sesenta años me están haciendo efecto, aunque gracias a lo poco que quedó de mis poderes no parezco de más de treinta y cinco.

Hago una mueca al recordar a mis hermanos, nunca logré encontrarlos en esta línea del tiempo y dudo poder hacerlo considerando que lo hago desde hace casi treinta años.

Muevo la cabeza quitando esos pensamientos y arranco mí auto hacia casa en un trayecto tranquilo, donde solo está la calle, la música y yo. Al llegar me encuentro al plomero que felizmente me dice que todo quedó perfecto de nuevo. Le doy el pago acordado y se despide alegre, como para no estarlo después de toda la plata que me sacó en ese arreglo.

Me tiro, literalmente, sobre mí cómodo sillón boca abajo sintiendo el cansancio de todo este tiempo de rodaje. Considero si es sumamente necesario levantarme para cocinar algo o puedo sobrevivir con un café y un chocolate, entonces mí estómago ruge dándome una respuesta.

Resignada me levanto balanceando los brazos hasta la cocina y abro la heladera viendo que es lo más rápido para preparar, mis ojos se detienen en un perfecto pollo que puedo poner al horno junto a unas papas. Saco la carne para prepararla y ponerla a cocinar.

Cuando comienzo a cortar las papas veo que aparece una luz en mí salón, eso hace que me distraiga sin controlar el cuchillo y me corto un poco el dedo.

La Diosa Iris¹  - The Umbrella Academy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora