— ¿No sientes que estas siendo un poco dura?
— ¿A que te refieres? — Jungeun dio un bocado a su comida, con la cabeza inclinada ligeramente hacia un lado.
— A Jiyoon. No has sido muy amable con ella...
— No sé de que hablas.
— ¿Qué fue lo que te hizo para que la trates así? — Sarang dejó caer sus cubiertos.
Jungeun paró de cortar su comida, miró congelada hacia el plato mientras las palabras hacían eco en su mente.
— Nada. No me hizo nada.
— Estás cambiada, Jungeun...
— Te vas dos años ¿y esperas que sea la misma de antes?
Sarang sintió sus musculosos tensarse y un vacío en el pecho.
— Perdóname... Fui egoísta — Desvío la mirada a la mesa tras Jungeun,
Allí, Jiyoon reía con una mirada y felicidad delicada, como el rocío de una mañana fresca en una flor.
— ¿Viste quien esta detrás nuestro? — Una sonrisa pícara apareció de pronto
— No. — Jungeun sacudió sus manos contra la servilleta y se paró haciendo ruido con la silla. — Y no me interesa.
Caminó con pasos irregulares hasta la salida, sintiendo la intensidad de una mirada que se le había hecho costumbre sentir sobre ella, una que parecía seguir sus más mínimos movimientos con la atención de un halcón en caza.
En una esquina del café, la joven enamorada miraba con ojos resplandecientes de preocupación. El sonido de la salida le lleno el vacío interno que había sentido a la vista de su ida.
— ¡Jiyoon! — Llamó Mai. — ¿Estás escuchando?
Sacudió la cabeza. — Perdóname, ¿Qué decías?
— Olvídalo... Da igual. — Bajo la mirada.
Jiyoon sintió un ligero toque sobre su espalda.
— ¿Puedo unirme? — Sarang sonreía radiante, iluminada por el sol de la tarde.
Mai señaló el asiento junto a ella con una sonrisa. — Disculpa, creo que no nos conocemos.
— Soy Sarang. Mucho gustó.
— Mucho gusto, puedes llamarme Mai.
El ambiente se volvió incómodo, la charla trivial de las dos nuevas conocidas se hacía inaudible para Jiyoon, sus oídos vibraban y parecían cerrarse.
— Disculpen, tengo que irme. — Su vista estaba fija en la puerta; sus pasos acelerados no respondían al llamado de Mai.
El paso apresurado tras Jungeun delataba su presencia. Las calles se alargaban en el camino y la distancia entre ambas se hacía más corta.
Jiyoon habría perdido de vista a Jungeun de no ser porque logró tomar su mano con rapidez.
Jungeun se detuvo, su mano tensa en la de Jiyoon. No se atrevió a mirarla, temiendo lo que podría ver en sus ojos.
— Suéltame. — dijo, su voz baja y firme.
No soltó su mano. En su lugar, la apretó suavemente. — ¿Por qué te vas siempre? — preguntó, su voz llena de emoción.
Jungeun se volvió hacia Jiyoon, su mirada encontrándose con la de ella. Por un momento, el tiempo se detuvo. La ciudad a su alrededor desapareció, y solo quedaron ellas dos, unidas por la mano y la mirada.
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Unísono De Dos • Juyoonz
FanfictionEntre movimientos y música, Jiyoon encuentra su inspiración en Jungeun, y su corazón late con un nuevo ritmo.