07. Mina de oro

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El parque oscurecía, con las luces del escenario reflejando y con tres chicas caminando entre risas.

— ¡Gracias por venir!

Jiyoon había pasado casi una hora convenciendo a Mai para que fueran juntas. Saebi tuvo que intervenir unas cuantas veces y quizá hayan usado la culpa por el precio de los boletos a su favor, pero eso no es algo interesante.

— No vine porque quise.

— Claro que querías. — Jiyoon pasó un brazo por sus hombros. - ¡Y claro que no perderías la oportunidad de salir conmigo!

— No me gusta esta actitud entusiasta que tienes últimamente. — Dijo Mai, dejando flotar un ligero rastro de burla.

— Es el problema de los enamorados, se ponen insoportables. — Bromeo Saebi.

— ¡¿Tú que sabes?!

— ¡He visto a muchos como tú!

— Menciona uno. — Jiyoon la miró, retandola con la mirada.

— Pues... — Miró al cielo, mientras balanceaba los brazos al tiempo de su caminata. — ¡Jungeun una vez...!

Cuando la sonrisa risueña de Jiyoon pareció decaer, Saebi se detuvo de inmediato.

— ¿Estuvo enamorada?

— ¡Ja! — Rió Mai. — Quiero ver como sales de esta.

— ¡No te burles! — Exclamó Saebi.

— ¡Saebi, responde!

Con la voz temblorosa, se acercó a su lado. — No fue realmente un enamoramiento...

— ¿Entonces que fue?

— Hablaban. — Pausó. — Pero nunca llegaron a...

— ¿Pero ella estaba enamorada?

— ¡No lo sé! No me lo dijo.

Jiyoon paró, ahora tomando de los hombros a Saebi, bajo la mirada confundida de Mai.

— ¿Cómo era ella cuando estaban cerca? — Comenzó. — ¿Cómo se trataban? ¿Cuanta cercanía tuvieron? ¿Qué te decía después de que se reunieran? ¿Qué tono usaba cuando...?

— ¡Jiyoon, basta! — Mai intervino.

Sin decir nada, las tres caminaron ahora incómodas.

Jiyoon, con la mirada baja mantuvo en su mente la conversación. Nuevamente, un dolor punzante apareció en su pecho y su estómago se sintió vacío en el momento. La idea de que los antiguos sentimientos de Jungeun aún vivieran en ella, la aterrorizaba, tal vez era decepción lo que se sentía, pero el deseo de ser ella de quien Jungeun estaba enamorada, solo crecieron.

Las luces se intensificaron, la música se volvió envolvente en el escenario. Todos estaban en silencio, solo quien estuviera en el escenario podría ser escuchado.

— ¿Cuando sale ella? — Susurró Jiyoon.

— No debe de faltar mucho. — Respondió Saebi.

— Préstame los boletos.

Sin apartar su vista del escenario, le extendió uno de los boletos sin pensar.

Jiyoon, evitando molestar a alguien en su paso, se adentro tras el escenario.

— Solo los concursantes pueden pasar. — Una chica, a la que la luz le cubría el rostro, tenía un tono curioso y firme.

— Disculpa, soy instructora de una de las chicas.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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