𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐒𝐎𝐔𝐋 | Stiles Stiliski

𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄

¿𝐐𝐔𝐄 𝐄𝐒𝐓𝐀 𝐒𝐔𝐂𝐄𝐃𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 ?

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Estaban caminando por el bosque, buscando el auto perdido

—Si mi papá tiene razón, significa que hay otro hombre lobo que aún no conocemos. Y si resulta que son trillizos que se transforman en un sabueso de tres cabezas... no podría enfrentarme a eso —dijo Stiles, alarmado

—Yo tampoco —respondió Scott, quien iba al frente guiando al grupo—Especialmente porque ni siquiera puedo controlar mis propias transformaciones

—Pues están de suerte.. —dijo Azazel con entusiasmo

—Porqué nosotros sí podemos — completo Eclipsa, justo cuando un coyote aulló, asustando a Stiles. Sin pensarlo, Stiles se aferró a Eclipsa, quien perdió el equilibrio, empujando a Azazel. Este, a su vez, empujó a Scott, que terminó tirando su teléfono en un charco

Los cuatro bajaron la pequeña pendiente para recuperar el teléfono, que milagrosamente seguía funcionando

—Préstame la linterna —pidió Stiles, tomando la que Azazel sostenía. Iluminó el coche volcado

—Lo encontramos —anunció Stiles al acercarse al vehículo

—¿Por qué no lo recogieron? ¿No era evidencia? —preguntó Scott

—Supongo que era muy difícil sacarlo con una grúa —respondió Stiles, inspeccionando el lugar y dándose cuenta de que el Sheriff tenía razón

—¿Qué es eso? —señaló Azazel un pequeño bulto. Stiles lo iluminó con la linterna, revelando una muñeca. La observó de cerca, hasta que alguien apretó un botón y la muñeca empezó a hablar, lo que provocó un susto generalizado en los tres chicos, mientras Eclipsa se reía a carcajadas

—Creo que me dio un microinfarto —dijo Stiles, llevándose la mano al pecho, lo que hizo que Eclipsa riera aún más fuerte

—No te rías, Eclipsa. Que si se me baja la presión, tráeme una coca —exageró Azazel, lanzándole una mirada de reproche. Pero la diversión terminó abruptamente cuando comenzaron a escuchar un gruñido

—Chicos, vengan —dijo Scott, mirando fijamente en una dirección—.Por favor, díganme que están viendo lo mismo que yo

Todos voltearon al mismo tiempo, encontrándose con un coyote que les gruñía

—Sí... —respondieron al unísono. En cuanto el coyote huyó, Scott corrió tras él

—Azazel, ve con él. Yo me quedo protegiendo a Stiles —ordenó Eclipsa. El demonio asintió y salió corriendo detrás de Scott

...

Azazel y Eclipsa observaban desde la distancia mientras el Sheriff Noah inspeccionaba la guarida del coyote, sacando la muñeca de una pequeña cueva. Luego se acercó con ella hacia su hijo y Scott

—Tienes esa cara de nuevo —comentó Azazel, deteniéndose frente a Eclipsa. La tomó del brazo suavemente, guiándola un poco más lejos del lugar

—¿Qué te sucede? —preguntó, mirando su rostro con preocupación. Eclipsa simplemente lo observó en silencio—Te he notado pálida, con ojeras... Y aunque creas que no me doy cuenta, sé que algo te pasa. Lo de la escuela, lo de la pintura... Por favor, Eclipsa, soy tu mejor amigo —insistió Azazel, visiblemente preocupado

Eclipsa lo miró con duda por unos segundos, pero finalmente tomó su mano, llevándolo aún más lejos del alboroto

—No sé qué me está pasando —confesó, comenzando a caminar de un lado a otro, agitada—. Últimamente me he sentido mal, pierdo el control. Tengo las mismas visiones y pesadillas, una y otra vez... —Su voz temblaba mientras hablaba, hasta que Azazel la detuvo, tomándola suavemente por los hombros

—Tranquila, te ayudaré a descubrir qué ocurre —le sonrió, tratando de transmitirle apoyo

—No es solo eso... —susurró Eclipsa. Azazel la miró, intrigado. Ella se apartó un poco de él y, con un gesto rápido, extendió sus alas. Azazel pudo ver cómo las plumas empezaban a caerse

—¡Pero qué demonios...! —exclamó Azazel, sorprendido

—Mis alas... parecen las de un pollo desplumado —susurró Eclipsa, acercando una de sus alas para acariciarla con tristeza

....

Estaban en la clase del profesor Yukimura. Eclipsa, sentada detrás de Stiles, estaba concentrada en su dibujo, cada vez más intrigada por lo que consumía la atención su atención en aquel dibujo. Pero se distrajo cuando escuchó que pronunciaban el nombre de Stiles para que fuera a leer. Al levantarse, Stiles se puso pálido y empezó a respirar con dificultad

—¿Stiles, estás bien? —preguntaron al unísono Scott y Eclipsa, acercándose rápidamente a él

—Stiles —llamó Eclipsa, visiblemente preocupada

—Lo llevaremos a la enfermería —dijo Scott, a lo que el profesor, con expresión inquieta, asintió sin decir nada

Al salir de la clase, lo llevaron al baño. Stiles seguía alterado, a punto de entrar en un colapso

—Esto es un sueño, esto es un sueño —repetía con la voz entrecortada

—No, Stiles, no es un sueño —dijo Eclipsa, intentando tranquilizarlo mientras pensaba en cómo hacerle ver que estaba en la realidad. Scott también intentaba ayudar, pero solo lograba balbucear palabras sin sentido

—Stiles, ¿cómo sabes que estás en un sueño? —preguntó Eclipsa, tratando de encontrar un enfoque distinto

—Los dedos... en un sueño tienes dedos demás —respondió Stiles con dificultad

—Entonces cuenta mis dedos —le pidió Eclipsa, mostrándole las manos—Mírame, Stiles, por favor

Con esfuerzo, Stiles levantó la mirada hacia ella y comenzó a contar uno por uno los dedos de Eclipsa, con la ayuda de Scott. Al llegar al número diez, Stiles por fin logró respirar profundamente y se dejó caer al suelo, exhausto. Scott y Eclipsa se agacharon junto a él

—¿Qué diablos me está pasando? —preguntó Stiles, todavía agitado

—Tranquilo, lo resolveremos. Vas a estar bien —dijo Scott, intentando calmarlo

—¿De verdad lo estaré? Tú ya no puedes transformarte, Scott. A Allison la persigue su tía muerta y yo estoy perdiendo la razón

—Podemos intentarlo —respondió Scott con firmeza, intentando que su amigo no perdiera la esperanza

—Claro que lo vamos a intentar —intervino Eclipsa—. Stiles, vamos a salir de esta. Eres el grandioso humano que logró invocar a una poderosa híbrida de ángel y demonio, muy poderosa y, por supuesto, hermosa. Vencer lo que te está pasando será pan comido — dijo Eclipsa animando al chico

Stiles esbozó una pequeña sonrisa ante el comentario, sintiéndose un poco más reconfortado

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