El Amor En La Cotradicion-1

141 20 17
                                    

One - Shot 6 : EL amor en al contradicción
Parte (1).
🌼🍃🌼

Parte1:

"¡Vamos, Sesshomaru!" lo llamó su madre, medio en broma, medio en serio. "¿Cuándo piensas darme un nieto? Hasta tu medio hermano, que es cinco años menor, ya va a ser papá, y tú nada."

"Eso no es asunto tuyo," respondió él, con su tono frío habitual.

"Confiesa, hijo," insistió ella, tratando de sacarle conversación. "¿No será que te gustan los hombres?"

"No digas tonterías, madre," replicó él, mirándola con desaprobación. "Pronto me casaré y conocerás a mi esposa."

"¿Ah, sí? ¿Y quién es la afortunada?" preguntó, ahora más interesada.

"La mujer que amo, Sara Asano," respondió Sesshomaru sin más explicaciones. "Te la presentaré la próxima semana, después de fijar la fecha de la boda."

Dicho esto, se dirigió a la puerta para atender sus asuntos. Mientras él se iba, su madre, decidida a no quedarse con la duda, le pidió a uno de sus empleados que investigara a Sara Asano.

En otro lugar, una joven terminaba de preparar su presentación. Era un día especial, su aniversario, y no podía evitar pensar en que tal vez su novio, Bankotsu, aprovecharía la ocasión para pedirle matrimonio. Después de tres años de una relación maravillosa, sentía que ese momento había llegado.

"Rin, ¿puedes ayudarme a terminar unos informes?" pidió una compañera de oficina. "Quiero salir esta noche y si no termino, mañana estaré despedida."


A pesar de que tenía una cita con Bankotsu, y conocía lo impaciente que era, Rin sabía que si no ayudaba a su compañera Aiko, ella perdería su empleo. Le envió un mensaje diciendo que se retrasaría, pero la respuesta de su novio llegó casi al instante, molesto, diciendo que había olvidado que tenía que ir a casa de sus padres y que se verían en otra ocasión.
Rin sintió cómo su corazón se partía en mil pedazos, mientras intentaba concentrarse en el trabajo de su amiga.
"¿Qué pasa, Rin?" preguntó la otra, notando el cambio en su semblante.
"No es nada," respondió ella.
"Vamos, cuéntame."
"Es que hoy era nuestro aniversario... y parece que mi novio lo olvidó," confesó la joven con el rostro frustrado.
"Lo siento, Rin, es culpa mía. ¿Por qué no me acompañas esta noche al club con unas amigas?"
"No creo..." Rin negó con la cabeza, sabiendo muy bien cómo eran las aventuras nocturnas de su compañera de trabajo."


.-.-.-.-.
Sesshomaru estaba sentado en una mesa elegante en el rincón de un exclusivo restaurante, con una copa de vino frente a él. Observaba el vaivén de la ciudad a través de las amplias ventanas, pero su mente estaba en otro lugar. Las palabras de su madre resonaban en su cabeza una y otra vez: "Hasta tu medio hermano ya va a tener un hijo, y tú nada." Se había mantenido frío ante su comentario, pero ahora, solo, no podía evitar reflexionar sobre ello. Había amado a Sara desde que la conoció en la universidad. Ella, una apasionada estudiante de artes clásicas, con una elegancia y gracia natural que lo habían cautivado desde el primer instante. Mientras él se sumergía en la administración de empresas, ella siempre destacaba por su delicadeza y pasión por la danza.
Con los años, sus caminos profesionales habían tomado forma. Él había construido su propia empresa desde cero, y ella se había convertido en una bailarina profesional reconocida. Eran la pareja perfecta a ojos de todos. Pero lo que realmente lo mantenía atado a ella era esa certeza que había crecido con el tiempo: Sara sería su esposa. Lo sabía. Lo sentía. Habían pasado por tantas cosas juntos que no había ninguna duda en su corazón.
Miró el reloj. Habían pasado más de dos horas desde que se suponía que Sara llegaría. No era como ella llegar tarde sin avisar. Sacó su teléfono y lo dejó sobre la mesa, esperando ver su nombre en la pantalla en cualquier momento. La ansiedad comenzaba a tomar forma en su pecho, pero se negó a dejarse llevar por el nerviosismo. Debía haber una explicación.
De pronto, el teléfono vibró y su corazón dio un vuelco. Era Sara.
"Hola," respondió Sesshomaru de inmediato, tratando de sonar calmado, aunque algo en su interior ya le decía que algo no estaba bien.
"Sesshomaru..." La voz de Sara sonaba distante, casi rota, y ese tono fue suficiente para que la calma que intentaba mantener se quebrara por completo.
"¿Dónde estás? Te he estado esperando," dijo, intentando contener la preocupación.
"Sesshomaru, no puedo más... no puedo seguir con esto." Su voz temblaba, y las palabras llegaron como un golpe inesperado. Él se quedó en silencio, incapaz de procesar lo que estaba escuchando. "Me han ofrecido una beca en la mejor academia de baile en Nueva York. Es una oportunidad increíble, pero debo irme de inmediato, o la perderé."
Sesshomaru apretó la mandíbula, intentando mantener la compostura mientras su mente se llenaba de preguntas. "¿Por qué no me dijiste nada antes?"
"He estado pensando mucho en esto durante las últimas semanas, pero no sabía qué hacer. Hoy me llamaron y me dijeron que debía presentarme lo antes posible... No puedo perder esta oportunidad, Sesshomaru. Y no creo que pueda mantener una relación a distancia."
Las palabras de Sara cayeron como una losa sobre él. Sentía que el mundo se derrumbaba bajo sus pies. "Sara... yo tenía planes. Pensaba que..." Tragó saliva, luchando por mantener la calma que siempre había sido su fortaleza. "Tenía planeado pedirte matrimonio. Pensé que querías lo mismo."
Hubo un silencio del otro lado de la línea, y cuando ella habló de nuevo, su voz era apenas un susurro. "Sesshomaru, no sé estoy lista para eso. No sé si me veo casada o con una familia... al menos, no ahora. Quizás en el futuro, pero no puedo prometerte nada."
Esas palabras fueron como una daga directa al corazón. Durante años, él había visto a Sara como la mujer con la que compartiría el resto de su vida. Pero ahora, mientras escuchaba su voz quebrada al otro lado de la línea, todo lo que había imaginado se desmoronaba.
"Entonces... ¿esto es todo?" preguntó, sintiendo un vacío que se expandía en su pecho.
"Por ahora, sí. No quiero que te quedes esperándome. Mereces algo mejor, alguien que pueda estar a tu lado. Quizás, algún día, nuestros caminos vuelvan a cruzarse, pero por ahora... debo seguir mi propio camino."
Sesshomaru cerró los ojos, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. El tiempo pareció detenerse. Todo lo que había planeado, lo que había soñado, se desvanecía frente a él. La mujer que había imaginado como su esposa, la madre de sus hijos, estaba a punto de alejarse, llevándose con ella sus sueños.
"No puedo detenerte, Sara," dijo finalmente, su voz firme pero llena de tristeza.

Love in BloomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora