Faye

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Para hacer un gran bien, haz un pequeño mal.
—William Shakespeare

Apenas podemos quedarnos en la bodega, porque el aire está perfumado con el olor de dos cadáveres en descomposición.
—Se está volviendo más audaz matándolos de dos en dos —dice Elise, con arcadas incluso mientras se empapa de aire limpio desde arriba—. Intensificando su tortura haciendo que se miren el uno al otro.
Los cuerpos ya se han ido, ya que los cortaron de las cadenas una vez que llegamos y vimos la escena, pero sigue siendo tóxico ahí abajo. Marissa está con el forense, posiblemente llevando con ella un cubo de basura para vomitar.
El hedor es abrumador.
—Todos los demás los dejaron en sus casas para ser descubiertos rápidamente. ¿Por qué el cambio? Es un riesgo secuestrar a uno y llevarlo todo el camino desde Nueva York hasta el oeste de Virginia—dice Leonard, luchando contra sus propias náuseas.
Es difícil de asimilar la escena allá abajo, considerando que es necesitará ventilar durante varios días antes que sea tolerable.
—Está persiguiendo su final, pero es obvio que estos dos lo enojaron mucho. Sin embargo, todavía no había signos de rabia—digo distraídamente.
El nombre de Marissa parpadea en mi pantalla y contesto el teléfono, poniéndolo en el altavoz.
—¿Qué es lo que tienes? —le pregunto a ella.
—Bueno, sus bocas estaban cosidas, como ya lo sabes pero cuando las abrimos, encontramos los penes que faltaban.
Leonard se atraganta y se da la vuelta y mi estómago se estremece.
—Eso es... definitivamente una escalada —dice Elise, con su pierna en un aparato ortopédico y su brazo en un cabestrillo mientras lucha con las muletas, aun rechazando una silla de ruedas.
—Esa no es la peor parte —continúa Marissa—. Tomé muestras de sangre de sus bocas y... Tyler era O positivo. Lawrence era AB positivo. Encontré sangre O positivo en la boca de Lawrence, y sangre AB positivo en la de Tyler.
—Espera, espera ¿me estás diciendo que cosió la polla de Tyler en la boca de Lawrence y viceversa? —Donny pregunta, convirtiéndose en una alarmante sombra de lo pálido que está.
—Sí. Eso es exactamente lo que estoy diciendo.
—No puedo decir si está evolucionando o involucionando —se queja Elise.
—Definitivamente está sufriendo un brote psicótico si se está enfocando más en la tortura —dice Leonard con una mueca.
—No —digo pensativa—. Estos dos hicieron algo juntos que enojó al sospechoso recientemente. No pudimos encontrar ninguna grabación del sospechoso, pero la tarjeta de crédito de Tyler mostraba un viaje a Nueva York recientemente. Tal vez se reunieron para discutir las muertes de los otros, aunque no haya sido noticia. Si el sospechoso les siguió, quizás escuchó su conversación, podría haber llevado a este doble asesinato y a una capa extra de tortura.
—Eso sigue siendo un brote psicótico —argumenta Donny.
—No, no lo es. Todavía no se ha encontrado ninguna rabia con la exageración. La tortura es un castigo, es para prolongar las muertes. Este sospechoso tiene como objetivo a los que le hicieron daño y los castiga en consecuencia, al menos en su mente. Si cruzan una línea, los castiga más severamente de lo que ha estado castigando a los otros.
Hago una pausa, dejo que lo absorban mientras me pierdo en mis propios pensamientos.
—Necesitamos más información sobre el asesino en serie Robert Evans —le digo a Donny.
Marissa hace un sonido estrangulado, recordándome que todavía está al teléfono.
—¿Estás bien, Marissa?
—Sip. Si bien —dice rápidamente.
—Mira a ver qué más puedes obtener de los cuerpos. Envíame por correo electrónico el informe final, pero llámame inmediatamente si algo más sobresale.
—Lo haré.
Ella cuelga y Donny frunce el ceño. —Está actuando de forma extraña.
—Su padrastro abusó de ella cuando era niña, estaba convencida que todo estaba en su cabeza y otros niños murieron después de que ella se escapara. Si a eso le sumamos el hecho que casi fue víctima de Plemmons, tiene todo el derecho de estar extraña —le recuerdo.
—¿Cómo lo está llevando Yoko? —Carl me pregunta cuando empiezo a escribir un mensaje en mi teléfono.
—Mucho mejor de lo que podría haber esperado. Es mucho más fuerte de lo que le di crédito de ser.
—Eso es bueno. En realidad, estaba preocupado; recuerdo la primera vez que tuve que disparar a alguien, es la razón por la que me metí en esta necesidad de violencia sin campo de batalla.
Asiento, comprendiendo. Fue difícil para mí las dos primeras veces, aunque salvé a muchos derribando a esos dos monstruos. No alivió las pesadillas. Afortunadamente, los sueños de Yoko no parecen estar atormentados por esos recuerdos. Ella es increíblemente fuerte.
Y eso hace que la ame aún más.
—Planea un viaje a Delaney Grove. Este sospechoso  sería recordado si pintáramos un cuadro de los dos niños de Evans que fueron asesinados.
—No se mencionó nada de eso en sus informes policiales —dice Carl en voz baja—. Este pueblo está tratando de actuar como si la familia Evans nunca hubiera existido. El forense que escribió ese informe de mierda sobre Robert está muerto o haciéndose el muerto. No se han devuelto las llamadas telefónicas.
—Razón de más para hacer una visita en persona. Asiente con la cabeza.
—Y entregar el perfil a los medios de comunicación. Mencioné que algo traumático pudo haberles pasado a los hijos de Evans que no le gustó nada a un amigo cercano o a un miembro de la familia.
—No queda familia. Sólo eran  los tres y los únicos amigos eran el padre abogado y su hijo —señala Donny.
—Les haremos una visita, pero sigan buscando. Ize May era una amiga. Estoy seguro que había otros de los que no sabemos nada.
Ella asiente con la cabeza y yo camino hacia mi auto, enviando un mensaje de texto a Yoko mientras me voy.
YO: Puede que llegue tarde, antes que vuelva esta noche.
Yoko: Puede que tenga que hacer un viaje de negocios hoy. Lo he estado posponiendo y dejándole todo a mi socio. El Boogeymam ya no está y tampoco la amenaza a mi vida.
YO: ¿Qué hay de los periodistas?
Yoko: No saben nada del hotel y mi negocio está en Kentucky. Me estoy yendo allí en un auto de alquiler. Debe ser seguro.
YO: Entonces te extrañaré. :(
Yoko: Volveré mañana a primera hora. <3
Guardo mi teléfono, odiando lo posesiva que me siento. Quiero mantenerla encerrada y debajo de mí cada vez que pueda. Es egoísta, es ridículo y también es un poco criminal.
—Acabo de recibir otro cuerpo de nuestro asesino nocturno —dice Donny, suspirando con fuerza—. Creo que estos tipos se juntan para matar al mismo tiempo sólo para estirar nuestros recursos señala Donny.
—Les haremos una visita, pero sigan buscando. Ize May era una amiga. Estoy seguro que había otros de los que no sabemos nada.
Me da el iPad con las fotos y algo me llama la atención. No es la foto, sino las notas. Rastros de piel de tigre siberiano. —Sé quién es el asesino —le digo, agarrando mi teléfono—. Llama a la policía local y diles que recojan al hermano de la primera víctima, hice un perfil de él pero lo descartaron, ahora sé que es él. Es un taxidermista de animales exóticos.
—Mierda —silba Donny, agarrando su teléfono mientras corro a mi camioneta.
Me encanta cuando lo hacen fácil y estoy un paso más cerca de atrapar a mi asesino de Delaney Grove también.
Marissa me llama justo cuando llego a la camioneta y yo contesto, manteniendo el teléfono entre el hombro y la mejilla mientras le doy la vuelta a la camioneta y dejo que Donny se siente en el asiento del pasajero.
—¿Encontraste algo?
—Más o menos. El forense encontró un clavo en el estómago de Lawrence. No estoy segura de qué se trata, pero pensé que valía la pena mencionarlo.
—Sí, aunque tampoco entiendo el significado todavía. Acabamos de descubrir al asesino nocturno y estamos en camino a Pennsylvania ahora mismo.

—¿Recuerdas que dijiste que conociste a Yoko en una cafetería que normalmente no visitas? —pregunta al azar.
Extraño cambio en la conversación. —Sí. ¿Por qué?
—Cuéntame otra vez cómo pasó todo eso.
Resoplo burlonamente. —Bien... Carl fue a ligar con ella y ella lo mando a la mierda, pagué por su comida y café sin su conocimiento y luego le di mi tarjeta cuando actuó toda enojada porque estaba haciendo algo bueno sin otra razón que el hecho de que me divirtiera. No buscaba más que eso, pero aun así le dije que me llamara, porque después de pasar esos cinco minutos con ella, quería saber más de ella. Cuando finalmente llamó, ella era... todo lo que no me daba cuenta que quería.
—Así que te acercaste a ella y la perseguiste.
—Siempre fui yo —le digo, confundida a dónde quiere llegar con esto.
—Y el caso... Le dijiste detalles del Boogeymam. ¿Siempre compartes los detalles de los casos?
—La primera parte fue un accidente, pero ella nos ayudó a identificarlo. La mantuve informada después porque era un objetivo, como lo haríamos con cualquier otro objetivo. No quiere que comparta detalles de los casos porque no le gusta que rompa las reglas por ella. Ella respeta mi posición y no quiere que me meta en problemas.
—¿Así que nunca pide ningún otro detalle de los casos? — pregunta, arrastrándome por un camino confuso.
—No ¿De qué va esto?
—Nada —dice con un fuerte suspiro—. Sabes que sospecho de todas las chicas con las que sales y sus motivos. Lisa usó tu nombre para conseguir un ascenso. Todavía no me gusta.
Es difícil no reírse de eso.
—Mira, Yoko es genial Marissa. Es compasiva, comprensiva, considerada y le importo mucho. Es más de lo que nunca pensé que tendría con esta elección de carrera, también es insanamente independiente e inteligente pero si me estuviera usando, sería consciente de ello. Tiene un cero interés en el FBI como carrera, aunque creo que sería una gran perfiladora.
—Bien. Tienes razón, lo siento. Necesito revisar más cosas de laboratorio ¿Hablaremos más tarde?
—Sí. Avísame si encuentras algo más raro como un clavo en el contenido del estómago.
—¿Un clavo en el estómago? —Donny pregunta a mi lado.
—Lawrence Martin tenía uno ¿Por qué? —le pregunto.
Sacude la cabeza —Suena familiar, eso es todo. No puedo recordar dónde lo he oído.
Donny, como yo, fue reclutado directamente de la universidad. Sólo ha estado en nuestra unidad durante seis años, pero ha estado con el FBI durante once años en total.
—Hablaré contigo más tarde —le digo a Marissa.
—Paz y amor.
Poniendo los ojos en blanco, cuelgo el teléfono. Al menos está empezando a sonar más como ella misma. Entrometida y estrafalaria.
Donny parece perdido en sus pensamientos y sigue dibujando un clavo una y otra vez, confundiéndome. Pero es su proceso de pensamiento cuando intenta resucitar un recuerdo.
—¿Crees que ha matado antes? —le pregunto.
—No —dice inmediatamente—. Creo que ya he oído eso antes. Clavos en el estómago. En realidad, es una técnica de tortura brutal. Te desgarra al tragarlos y luego perfora el revestimiento del estómago. Sin mencionar lo que pasa si logras pasarlos. ¿Pero sólo un clavo? Significa algo.
—Lawrence era el hijo de un policía en Delaney Grove pero dejó ese lugar alrededor de diez años. Varios de ellos lo hicieron. Siguieron adelante para tener éxito, nunca mostraron signos de violencia en sus vidas y todos tenían una conciencia sana, al parecer. Nunca la espiral autodestructiva de las mentes culpables.
—¿Así que crees que son el objetivo, pero no jugaron un papel en lo que pasó esa noche? —ella reflexiona.
—No lo sé. Sólo estoy haciendo un perfil de ellos. Es lo que hago.
Mira hacia abajo, dibujando el clavo de nuevo, trazando las líneas una y otra vez.
Lo descubriremos y lo detendremos. Es lo que hacemos. Eventualmente, el bien vence al mal, porque el mal trabaja solo.

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⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

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ANGEL ESCARLATA FAYEYOKO 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora