VII

35 2 2
                                    

Antes de que Vox pudiera dar el tiro de gracia, una ráfaga lo impulsó hacia atrás, un viento inexplicable que era inmensamente más fuerte que él.

El ruido de su espalda al chochar contra el suelo de piedra y el metal de la daga lo distrajeron por un momento de la situación.
-¿Qué demonios fue eso?
¿Era otro de los trucos escondidos de Alastor?

El venado todavía yacía agachado por la sangre y las heridas. Respiraba con dificultad como un animal moribundo al borde de una carretera.

Una sombra se materializó detrás de él, y pensó que sería su técnica de escape, pero en lugar de ser la tétrica y sonriente de siempre, era diferente. No era su sombra.

Ésta tomó la cara de Alastor entre sus manos.
-Mi pobre juguete...

Un escalofrío recorrió al demonio de la radio en la medida que su limitada movilidad se lo permitía.
-¿Tan rápido te rompiste? Necesitas ser arreglado.

Vox contemplaba pasmado la escena.
Alastor forcejeaba con esta presencia.
-¿Por qué te resistes? Creí que ya habíamos hablado de esto.
Su tono lastimero se tornó en uno amenazante.
La sombra se materializó y en su lugar quedó una mujer de piel pálida, de ojos tan rojos como su cabello de tonalidad vino.

Acercó bruscamente a Alastor con una cadena muy parecida a la que Alastor usó para amedrentar a Husk, sólo que esta era de color rosado.
-No olvides a quien perteneces-Alastor bajó las orejas en señal de obediencia- Después de todo, yo mejoré las grandiosas habilidades que posees ahora. Sé una buena mascota y déjame arreglarte.

Abrió su camisa, dejando ver su abdomen lascerado. Reemplazó los desgastados hilos verdes por unos nuevos y más resistentes.
-Parece que todo está en orden-observó detenidamente al venado que la veía de reojo con la cabeza agachada- ¡Oh! Me olvidé de algo.
Agarró bruscamente el mentón de Alastor y su impasible sonrisa continuaba ahí.
-Falta reemplazar los hilos de aquí.
El demonio de la radio aceleró su respiración en señal de pánico. Y la misteriosa mujer tiró de los hilos que cosían esa impenetrable sonrisa, desgarrándolos en el acto. Un grito estridente salió de Alastor y su boca comenzó a sangrar nuevamente.

-¡¿Qué mierda está pasando aquí?! Vox por fin habló pero estaba más asustado y confundido que el propio venado.
-Oh, veo que por fin conozco a tu amiguito, Alastor me ha hablado tanto de ti.
Él seguía cabizbajo
-¿De qué estás hablando?
-¡Oh sí! Todavía recuerdo el como me rogaba que lo dejara seguir en contacto contigo, a pesar de que eso no figuraba en mis planes, el que no te hiciera daño y que haría cualquier cosa para que estuvieras fuera de mi objetivo.
-¡¿Pero cómo?! Es  ¡Es Alastor! ¡El maldito demonio de la radio! Él es casi omnipotente.
-Awww, realmente te gusta tu amiguito ¿No es así? Es tierno como lo idealizas. ¿Crees que es tan fuerte? Ni siquiera puede mantener una sonrisa por sí mismo.

La mujer agarró bruscamente a Alastor del cabello y lo obligó a levantar la cabeza.
Vox se petrificó al ver al eterno sonriente sin su característica sonrisa.
-¡¿Qué?!
-He aquí el demonio de la radio-Soltó unas risitas-
Ay ¿Por qué tan triste mi querido venadito? ¿Dónde está tu valiosa herramienta? 
Al ver su negativa, la presencia se frustró.
-¿Nunca puedes resolverlo por ti mismo verdad?
Y en un movimiento rápido volvió a coser a Alastor como un tétrico muñeco vudú. Sus músculos faciales se contrajeron una y otra vez, pero su sonrisa no se desvaneció.
-Ya está. ¡Como nuevo!
Había olvidado que Vox seguía ahí observándolos.
-Si me disculpas cabeza de televisión, tenemos asuntos que discutir y tomó a Alastor de la correa.
-¡Alastor! ¡Espera! !¡No puedes irte!!

Vox se encaminó hacia ellos de un salto.
Alastor seguía parado como si tuviera una losa cargando en su espalda.
Miró con expresión exhausta a Vox.
-Es bueno verte de nuevo viejo amigo...

Y dicho esto él y la mujer de rojo se desvanecieron entre la niebla.
-¡¡Noo!!!

Lo único que quedó de él fue su viejo micrófono, roto por la pelea con Adam. Vox se agachó para intentar recuperar algún vestigio de aquel hombre. Cuando algo revoloteó y cayó a su lado. La fotografía. ¡Aún la conservaba! Al tocar de nuevo ese pedazo de papel y ver su antiguo rostro y vida, se desmoronó

Ahora no era más que un ser  de carne, huesos y cables rotos. Tirado, miserable, y sobrepasado por todas sus emociones. Ira, rencor, tristeza, nostalgia, rencor,  confusión, amor, y sobre todo obsesión.
Ese era el demonio de la televisión. Y Alastor nuevamente se había ido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

«Confrontación» Radiostatic fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora