3 Parte

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Narra Jennifer

Me quede estupefacta por su acción ¿Por qué lo hizo? ¿Acaso me quiere molestar? ¡Hash! Como lo odio y eso que apenas lo conozco, que tipo para más molestoso.

Solté una risa mientras pensaba, se me ocurría algo que le gustara.

Al día siguiente

Sonó mi despertador, y levante mi mano para apagarlo y dije: cinco minutos más, pero recordé que mi mama me podría ir a ver a mi habitación y no quiero tener que aguantar sus enojos de nuevo, lo mejor será que me levante. Me bañe y arregle lo más rápido posible, puse una hora incorrecta en el despertador lo cual hizo que me levantara más tarde ¿Acaso podría estar peor mi caso?

Mi papá se ofreció a llevarme, pero no podía aceptar la propuesta debería pasar por un lugar donde vendan Goma, Pintura o algún tipo de líquido para llevar acabo mi plan... Quiere jugar sucio, pues jugaremos sucio. Pase por un lugar donde vendían ese tipo de cosas.

--Buenos días señorita, ¿En qué le podemos ayudar?—Dijo el vendedor—

--Hola, buscaba algún tipo de pintura lavable

--¡Oh si claro! ¿Se puede saber por qué una señorita necesita pintura lavable? –Dijo mientras buscaba la pintura—

--Nada importante—

Era un chico joven, será acaso ¿hijo del dueño?, debo dejar de hacerme preguntas a menudo. Termine de comprar y Salí inmediatamente al instituto.

Al llegar al instituto

Fui inmediatamente a llevar a cabo mi malévolo plan, sentía un poco de culpa al terminar de colocar la pintura sobre el casillero, pero se lo merece así no me volverá a molestar.

Narra Kevin

Hoy debo conseguir el nombre de esa chica como sea. Llegue a mi casillero y note una nota pegada a el que decía—Att: YO— con letras en grande, me extrañe un poco pero no le tome importancia.

Abrí mi casillero, y una avalancha de pintura rosada se avecinaba a mí, no pude esquivarla así que me quedé estupefacto por lo ocurrido. Estaba muy enojado, ya sabía quién podría ser y grite con todas mis fuerzas ¡JENNIFER!, La vi corriendo a toda prisa y me apresure a alcanzarla tenía que cobrármelas.

Narra Jennifer

Sentí presión en uno de mis brazos algo así como un agarre, podría estar segura que era el muchacho del cual aún no sabía su nombre.

Y asi fue como pasóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora