Capitulo 6

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NARRADOR

El Gran Comedor estaba lleno de ruido y emoción cuando todos los estudiantes terminaron de ser seleccionados. T/n y Harry estaban sentados en la mesa de Gryffindor, intercambiando sonrisas cómplices, emocionados por pertenecer a su primera casa. Sentían que después de todo, Hogwarts les estaba brindando algo que nunca habían experimentado antes, un hogar. Cuando la ceremonia de selección terminó, el profesor Dumbledore dio una señal desde la mesa de los profesores, y de repente una enorme cantidad de comida apareció ante ellos. Platos de todo tipo se materializaron en la mesa. asados jugosos, puré de papas, ensaladas, pasteles, y montañas de dulces que parecían sacados de un sueño.

T/n y Harry se quedaron boquiabiertos. Nunca en sus vidas habían visto tanta comida. Bueno, tal vez sí, en las cenas que su tía Petunia preparaba, pero los Dursley jamás les dejaban probar mucho más que las sobras. En ese momento todo era diferente. Podían comer lo que quisieran y nadie los iba a detener.

—Esto es increíble —susurró T/n llenando su plato con todo lo que podía alcanzar

Harry asintió aún asombrado tomando un gran trozo de pastel de carne. No tardaron en dejarse llevar por la euforia del banquete, comiendo hasta sentir que no podían más. Entre risas observaban cómo los demás estudiantes disfrutaban igual de la comida.

Pero su sorpresa no terminó ahí. De repente varios fantasmas flotaron por el comedor atravesando las mesas mientras charlaban entre ellos. T/n y Harry se miraron con los ojos abiertos de par en par.

—¿Eso es un... fantasma? —preguntó T/n incrédula.

—Parece que sí... —respondió Harry sorprendido mientras seguía con la mirada a uno que atravesaba la mesa de Slytherin.

Los fantasmas parecían tener sus propias conversaciones, pero de vez en cuando se acercaban a los estudiantes, como si quisieran darles la bienvenida o también molestarlos. Tanto T/n como Harry no podían creer lo que veían, fascinados por el mundo mágico que se desplegaba ante ellos. Cuando la cena finalmente terminó Percy Weasley, el hermano mayor de Ron y prefecto de Gryffindor, se levantó y reunió a los nuevos estudiantes de su casa.

—Vamos, es hora de que los lleve a la sala común —les indicó Percy con autoridad, y los nuevos de Gryffindor lo siguieron.

Mientras avanzaban por el castillo, Percy les explicó varias cosas sobre Hogwarts. Los llevó por largos pasillos iluminados con antorchas y, al llegar a unas enormes escaleras, les advirtió:

—Tengan cuidado con estas escaleras. Se mueven cuando menos te lo esperas

T/n y Harry intercambiaron una mirada nerviosa. No estaban acostumbrados a que las escaleras se movieran, pero al mismo tiempo, todo aquello les parecía una nueva aventura.

A medida que avanzaban, los estudiantes miraban a su alrededor, maravillados por la magia que impregnaba cada rincón del castillo. Aunque todo era nuevo y un poco abrumador, tanto T/n como Harry sentían una gran felicidad. Estaban juntos, en una nueva casa, y por primera vez, se sentían libres para explorar un mundo lleno de sorpresas.

Percy Weasley los condujo hasta que llegaron a un gran marco de oro que sostenía un retrato de una mujer vestida con una elegante túnica de seda. El cuadro se movía, y la mujer que parecía tener una actitud altiva, observaba a los nuevos estudiantes con una mirada evaluativa.

—¿Contraseña? —preguntó la mujer del retrato con una voz melodiosa pero firme.

Percy se acercó y dijo claramente:

—Caput Draconis.

Al instante el retrato se movió hacia un lado, revelando una puerta detrás de él. Los estudiantes de Gryffindor intercambiaron miradas sorprendidas, emocionados de ver cómo la magia trabajaba incluso en las partes más cotidianas de Hogwarts. Uno a uno comenzaron a entrar por la puerta.

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⏰ Última actualización: Sep 23 ⏰

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