Un

246 36 1
                                    


Katsuki estaba cómodamente sentado debajo de un árbol, ubicado en el centro del campus, en este se juntaban un grupo, no muy bueno, de alumnos a conversar en su tiempo libre pero ahora no había ninguno, eran las ocho de la mañana, su profesora de filosofía contemporánea había faltado porque se encontraba enferma y debido a eso él tenía dos horas libres. Estaba tan concentrado en su libro de la Historia de la Filosofía Antigua que no notó que un bicolor lo miraba atento a lo lejos, tenía una gran sonrisa plasmada en su rostro y una caja de cigarrillos marlboro con un encendedor en sus manos.

Tendría un importante examen en unas cuantas horas, él ya había leído el libro una vez pero pensaba que debía hacerlo nuevamente, siempre los nervios le jugaron en contra, algunas veces en sus exámenes se olvidaba lo que había estudiado por estar nervioso o estresado.

Shoto rio suavemente al ver el rostro que el rubio hacia cuando estaba concentrado, fruncía el ceño levemente y hacia una mueca que según el bicolor era muy divertida. El de ojos heterocromáticos llevó un cigarrillo a los labios, lo dejó ahí por unos segundos en los que se quedó mirando hacia el árbol. Él con sus amigos siempre estaban allí cuando no tenían nada más que hacer o faltaban a alguna que otra clase.

Se decidió por prender el cigarrillo que tenía en su boca y se fumó unas cuántas caladas hasta que la parte prendida de este quedó cerca del filtro. Se acercó al árbol y se sentó cerca del ojirubí. Seguro que se había dado cuenta que estaba sentado frente a él, pero le estaba ignorando, fingiendo leer ese aburrido y gordo libro que tenía en sus manos o por lo menos, así pensaba Shoto, pero estaba muy equivocado, el rubio no se había percatado de su presencia.

Al bicolor no se le ocurrió algo mejor para llamar la atención de Katsuki que tirarle la caja de cigarrillos en la cara, Katsuki se asustó al principio, pero cuando vio quién le había arrojado a la cara aquella caja de cigarros, se enfureció.

"¿Por qué este idiota siempre tiene que molestarme?". Pensó el ojirubí, estaba con el ceño fruncido y la mandíbula apretada, el bicolor se rio ante su expresión.

— ¿Qué haces?— le preguntó furioso Katsuki.— Para colmo, estás fumando cerca de mí. ¡Aleja o apaga eso!— Shoto con una sonrisa maliciosa lo apagó contra el césped y lo tiró sobre este. El rubio en ese momento, como en muchos otros, quiso matarlo.


Colillas de cigarrillos [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora