En el corazón de la vibrante y mágica comunidad de Encanto, Mirabel Madrigal siempre había sido la chica que todos admiraban por su valentía y su espíritu indomable. Sin embargo, había una parte de ella que nadie conocía, una parte oscura y obsesiva que solo tú, tn, habías logrado despertar.
Desde el primer momento en que te vio, Mirabel bel sintió algo diferente. No era solo atracción; era una necesidad abrumadora de tenerte cerca, de protegerte de cualquier cosa que pudiera hacerte daño. Al principio, sus gestos eran sutiles: una sonrisa aquí, una mirada prolongada allá. Pero con el tiempo, su obsesión creció, y sus acciones se volvieron más intensas.
Mirabel comenzó a seguirte a todas partes, asegurándose de que siempre estuvieras a salvo. Si alguien se acercaba demasiado a ti, ella intervenía con una sonrisa encantadora pero con una mirada que podía helar la sangre. Nadie se atrevía a desafiarla, y pronto, todos en Encanto sabían que tú eras intocable.
Una noche, mientras caminabas por el bosque cercano, sentiste una presencia detrás de ti. Te giraste rápidamente, solo para encontrar a Mirabel, su rostro iluminado por la luz de la luna. "¿Qué haces aquí, Maribel?" preguntaste, tratando de mantener la calma.
"Solo quería asegurarme de que estuvieras bien," respondió ella, su voz suave pero con un tono que no admitía discusión. "No puedo soportar la idea de que algo te pase."
A medida que pasaban los días, su comportamiento se volvía más errático. Mirabel comenzó a dejarte notas y regalos en tu puerta, cada uno más inquietante que el anterior. Una vez, encontraste una muñeca que se parecía a ti, con un mensaje que decía: "Siempre estaré contigo, pase lo que pase."
La situación llegó a un punto crítico cuando decidiste confrontarla. "Mirabel, esto tiene que parar," dijiste con firmeza. "No puedes seguir así."
Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero había una determinación feroz en su mirada. "No entiendes, tn. Te amo más que a nada en este mundo. Haré lo que sea necesario para mantenerte a salvo, incluso si eso significa que nadie más puede tenerte."
Te diste cuenta de que no había forma de razonar con ella. Mirabel estaba demasiado consumida por su obsesión. Decidiste alejarte de Encanto, esperando que la distancia pudiera romper el hechizo que ella había tejido a tu alrededor.
Pero incluso mientras te alejabas, sabías que Mirabel nunca te dejaría ir. Su amor era una prisión dorada de la que no había escapatoria. Y en el fondo de tu corazón, una parte de ti se preguntaba si alguna vez podrías encontrar la paz lejos de su mirada vigilante
Después de tu intento de escapar de Encanto, pensaste que finalmente podrías encontrar un poco de paz. Sin embargo, Mirabel no estaba dispuesta a dejarte ir tan fácilmente. Su amor obsesivo la impulsó a buscarte incansablemente, utilizando todos los recursos a su disposición.
Una noche, mientras descansabas en una pequeña cabaña en las afueras de un pueblo lejano, escuchaste un ruido en la puerta. Antes de que pudieras reaccionar, la puerta se abrió de golpe y Mirabel entró, su mirada llena de una mezcla de alivio y determinación.
"Te encontré, tn," dijo con una voz suave pero firme. "Sabía que no podías esconderte de mí para siempre."
Intentaste razonar con ella, pero Mirabel no estaba dispuesta a escuchar. Con una rapidez sorprendente, te inmovilizó y te ató las manos con una cuerda resistente. "Esto es por tu propio bien," susurró mientras te llevaba fuera de la cabaña y te subía a un carruaje que había preparado.
El viaje de regreso a Encanto fue largo y silencioso. Mirabel no dejaba de mirarte, sus ojos llenos de una mezcla de amor y posesión. "Todo estará bien, tn," dijo finalmente. "Te cuidaré y te protegeré. Nadie podrá separarnos."
Al llegar a Encanto, te llevó a una habitación oculta en la casa Madrigal, un lugar que solo ella conocía. La habitación estaba decorada con fotos tuyas y objetos que te pertenecían, creando un ambiente inquietante pero cuidadosamente preparado.
"Este será nuestro refugio," dijo Mirabel mientras te desataba y te ofrecía algo de comida. "Aquí, nadie podrá hacernos daño. Seremos felices juntos."
A pesar de la situación, podías ver que Mirabel realmente creía que estaba haciendo lo correcto. Su amor por ti era tan profundo que había perdido la capacidad de distinguir entre el bien y el mal. Estabas atrapado en su mundo, un prisionero de su obsesión.
Con el tiempo, comenzaste a planear tu escape, sabiendo que sería difícil pero no imposible. Mientras tanto, Mirabel seguía cuidándote con devoción, convencida de que su amor era suficiente para mantenerte a su lado para siempre.
Después de varios días de cautiverio, decidiste que era el momento de intentar escapar. Esperaste hasta que Mirabel se distrajera y aprovechaste la oportunidad para salir de la habitación oculta. Corriste por los pasillos de la casa Madrigal, tu corazón latiendo con fuerza mientras buscabas una salida.
Sin embargo, Mirsbel no tardó en darse cuenta de tu ausencia. Con una mezcla de desesperación y furia, te alcanzó antes de que pudieras llegar a la puerta principal. "¡No puedes dejarme, tn!" gritó, sus ojos llenos de lágrimas y determinación. Antes de que pudieras reaccionar, te noqueó con un golpe preciso.
Mirabel te llevo de colombia a México
Ni yo sé cómo pero lo hizo xdCuando despertaste, te encontraste en un lugar completamente diferente. Estabas en una casa en México, rodeado de un ambiente cálido y acogedor, pero con una sensación de encierro. Mirabel estaba a tu lado, su expresión ahora más tranquila pero aún decidida.
"Lo siento, tn," dijo suavemente. "No podía permitir que te fueras. Aquí, en México, podemos empezar de nuevo. Formaremos una familia y seremos felices juntos."
A pesar de la situación, podías ver que Mirabel realmente creía en lo que decía. Su amor por ti era tan profundo que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para mantenerte a su lado. Aunque estabas atrapado, comenzaste a pensar en cómo podrías adaptarte a esta nueva vida y, tal vez, encontrar una manera de vivir en paz.
Con el tiempo, Mirabel se esforzó por crear un hogar para ambos, llenando la casa con recuerdos y momentos compartidos. Aunque la situación era complicada, empezaste a ver destellos de la persona que ella era antes de que su obsesión tomara el control. Quizás, con el tiempo, podrías encontrar una manera de vivir juntos sin el peso de su posesión
Cuatro años después, la vida en México había tomado un giro inesperado pero gratificante. Tú y Mirabel habíais logrado construir un hogar lleno de amor y comprensión. Aunque el camino no había sido fácil, ambos habíais encontrado una manera de coexistir y, con el tiempo, de prosperar juntos.
Una tarde, mientras descansabas en el jardín, Mirabel se acercó a ti con una sonrisa radiante y una chispa de emoción en sus ojos. "Tengo una noticia increíble, tn," dijo, tomando tus manos entre las suyas. "Vamos a ser padres... ¡de tres hijos!"
La sorpresa y el shock te inundaron al escuchar esas palabras. "¿Tres hijos?" repetiste, tratando de asimilar la noticia. Mirabel asintió, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.
"Sí, tn. Vamos a tener trillizos," confirmó ella, abrazándote con fuerza. "No puedo esperar a ver cómo será nuestra vida con ellos. Sé que serás un padre maravilloso."
La noticia de los trillizos trajo una nueva ola de emoción y preparación a vuestro hogar. Juntos, comenzasteis a planear y preparar todo lo necesario para la llegada de los bebés. Mirabel estaba más feliz que nunca, y su amor por ti y por la familia que estaban formando solo crecía con cada día que pasaba.
A medida que se acercaba el momento del nacimiento, sentiste una mezcla de nerviosismo y anticipación. Sabías que la vida con tres bebés sería un desafío, pero también sabías que, con Mirabel a tu lado, podrías enfrentar cualquier cosa.
Finalmente, el día llegó, y los trillizos nacieron sanos y fuertes. Al sostener a tus hijos por primera vez, sentiste una conexión profunda y un amor indescriptible. Mirabel, a tu lado, compartía tu alegría y emoción.
Juntos, comenzasteis esta nueva etapa de vuestra vida, sabiendo que, a pesar de los desafíos, el amor y la dedicación que compartían serían suficientes para construir una familia feliz y unida
Cuál debe ser la próxima yandere