Infinite Possibilities

8

- ¡¿Charlie?!

-Max, creo que no está aquí. Hay que buscarlo en otro lugar

Charles contuvo la respiración mientras Max y Checo se alejaban del baño, sus pasos resonando en la distancia. El corazón de Charles latía de manera acelerada, no solo por la situación, sino por la intensidad del momento con Carlos. Al notar que estaban solos de nuevo, Carlos lentamente retiró su mano de la boca de Charles, pero no se apartó. Los ojos de ambos se encontraron.

-Sabes que no podrás escapar de mí para siempre-susurró Carlos, acercándose a su oído-. Pero será mejor que salgas antes de que vuelvan a buscarte

Sin decir una palabra, asintió y salió del cubículo. Se miró en el espejo, tratando de recomponer su aspecto lo mejor que podía.

Cuando finalmente salió del baño, Max lo estaba esperando en el pasillo, con una expresión de alivio y preocupación.

-¡Charlie! -exclamó Max al verlo-. ¿Dónde te habías metido? Estaba empezando a preocuparme.

Charles esbozó una sonrisa forzada

-Lo siento, me perdí... ya sabes es un lugar muy grande

Max lo miró con atención, como si tratara de leer más allá de sus palabras, pero finalmente suspiró y le dio una palmada en la espalda.

-Bueno, vamos. Pierre nos llamó, está un poco triste y creo que si sería bueno que fueras a verlo.

Charles asintió y siguió a Max, intentando olvidar lo que paso en el baño. Sin embargo, la sensación de los labios de Carlos en los suyos y sus palabras seguían repitiéndose en su mente, una y otra vez.

Al llegar al motor home de Pierre, el ambiente era tenso. Pierre estaba sentado, con la cabeza entre las manos, claramente abatido por el resultado de la carrera. Charles se acercó a él, queriendo decir algo para consolarlo, pero antes de que pudiera hablar, Pierre levantó la vista y le dirigió una sonrisa cansada.

-No fue mi día... -dijo Pierre, con una tristeza y soltándolo con una pequeña sonrisa

-Lo siento mucho, Pierre. -respondió Charles, sinceramente-. Hiciste lo mejor que pudiste, y eso es lo que importa.

Pierre asintió, pero su mirada se desvió por un momento hacia la puerta, como si esperara a alguien más. Charles notó esto, pero no dijo nada. En cambio, tomó asiento junto a él, decidido a estar allí para su amigo, aunque su propia mente estuviera en otra parte.

Max y Checo también se acercaron, tratando de levantar el ánimo de Pierre con bromas y palabras de aliento. Sin embargo, Charles no podía evitar que su mente volviera una y otra vez al baño, a Carlos, y a las palabras que había susurrado. Se sentía atrapado y no sabía cómo salir.

Después de pasar un tiempo con Pierre, Charles y el resto decidieron no presionarlo más. Sabían lo importante que era para él la carrera, pero también sabían que necesitaba un espacio para procesar lo sucedido. Pierre, notando que el ambiente se estaba volviendo pesado, se forzó a sonreír.