El Inicio de la Aventura: El Rey Perjuro.

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Guerras de Troya - Las 12 Pruebas Doradas de Heracles.

El Inicio de la Aventura: El Rey Perjuro.

Anatolia. Troya. Frente a las Puertas de Capis. Año 1,223 A.C.

-¡Ah Troya! ¡Tiene años que no visito Troya! ¡12 años para ser exactos! Ya sabes, 2 años antes de lo de fingir mi propia muerte –se enorgulleció Heracles, como si estar muerto fuera un orgullo para él. Filoctetes, a su lado, y con un cansado Pegaso, nombre que se le había quedado al caballo negro que los había traído desde Colofón hasta Troya, bebiendo agua de un ánfora que Filoctetes le pegaba al hocico-. ¿Has estado alguna vez en Troya Fil? –preguntó el hombretón.

-¡No me digas Fil! ¿Quién te crees para ponerme nombres? –se fastidió Filoctetes, Heracles solo hizo una mueca de descontento- Y no, es la primera vez que estoy tan cerca de Troya. ¿Qué Espectros vinimos a hacer aquí? Los Caballeros de Athena no somos exactamente bienvenidos cerca de Troya –se quejó Filoctetes.

-Vinimos a Troya, porque aquí hay un adivino muy importante, Crises –le explicó Heracles, Filoctetes recordó a Calcas en Colofón, y estuvo por preguntar-. No me malinterpretes, el chico es bueno, pero no nos resolvió nada. Solo dijo viajen juntos, y aquí estamos –aclaró Heracles.

-No dijo exactamente eso, pero entiendo el punto –le comentó Filoctetes-. De forma que vinimos hasta Troya, desde Colofón, ¿únicamente buscando a un adivino? Me hubieras preguntado, hay otro adivino en Colofón, Mopso. Y tenía una plática pendiente con ese mocoso por lo de seguramente engatusarte para que entraras al Éfebo Feliz en lugar de a una taberna normal y corriente –se quejó Filoctetes por la pérdida de tiempo.

-Nadie engatusa a Heracles –se enorgulleció el de la piel de León, Filoctetes con solo verle la cara podía escuchar gatos peleando de fondo, lo que en la mente de Filoctetes significaba que sí lo engatusaban más seguido de lo que a Heracles le gustaba admitir-. Además, Crises no es solo un adivino cualquiera, es el adivino cualquiera, el más grande que se conoce en toda Anatolia –le explicó Heracles, Filoctetes solo se quejó a sus adentros-. Además, solo mira donde estamos, en Troya. Más específicamente afuera, pero no es como que unas murallas insignificantes vayan a detenernos. ¿O sí? –le preguntó divertido.

-¿Enserio? ¡Mira el tamaño de esa cosa! –apuntó Filoctetes, aunque desde donde estaban no se podía apreciar tan bien a Troya, ya que había una multitud fuera de la ciudad. Filoctetes, Heracles, y Pegaso, se encontraban formados en una fila de mercaderes que venían de todas partes de Anatolia para vender sus productos en la inmensa ciudad- Esa cosa es inexpugnable. Es incluso mucho más grande de lo que cuentan –agregó Filoctetes.

-¡Por supuesto que lo es! ¡Son 10 ciudades en una! –agregó Heracles emocionado- Ilión, Tros, Asáraco, Ganimedes y Tróade eran las 5 Troyas originales, las fundó Ilo sobre la colina donde está construido el Palacio de Ilión. Después se construyeron: Calírroe, Cleopatra, Laemonte, Temiste y Capis, mientras el Rey de Troya de su tiempo, Laomedonte, engañaba a Poseidón y a Apolo, convertidos en mortales por Zeus tras la Rebelión de Apolo, a que construyeran las Murallas de Troya –agregó Heracles felizmente, Filoctetes descubrió entonces que a Heracles le encantaba contar historias a los demás-. Troya es inmensamente grande, y poderosa, pero lo más impresionante es su palacio, el Palacio de Ilión. ¿Puedes verlo desde aquí? –apuntó Heracles.

-¡Mira el tamaño de esa muralla! ¿Cómo bestias quieres que mire por el otro lado? –se quejó Filoctetes, Heracles sonrió, y colocó sus inmensas manos sobre los hombros de Filoctetes- ¡No, espera! ¡No, no, no, no...! –lo lanzó Heracles a los aires, sorprendiendo a los mercaderes haciendo fila para entrar en Troya, Heracles esperó a que Filoctetes cayera, y lo atrapó antes de que se estrellara contra el suelo- Por Athena y las barbas de Hefestos, es enorme. ¡Y tú no vuelvas a hacer eso! ¿Consideras lanzar a otros por los cielos remotamente civilizado? –se quejó él.

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