La Leyenda de Heracles.

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NOTA 1: Esta  historia es precuela de: "Guerras de Troya"

NOTA 2: Esta historia tiene un grupo de Face Book: "Saint Seiya – Guerras Doradas"

NOTA 3: Esta historia tiene una Wiki: "Saint Seiya - Guerras de Troya"

Prologo:

Hace mucho tiempo, en una era donde los héroes aún no existían, un ente divino llamado Hefestos, quien era un sirviente de los Dioses y se había ganado su confianza por, entre otras cosas, auxiliar en el nacimiento de la Diosa Atenea, llegó ante las puertas de un palacio de cristal, construido sobre una montaña a la que llamaban el Monte Olimpo. Hefestos se presentó frente a los 12 Dioses Olímpicos: Apolo el Dios del Sol, Hera la Diosa del Espacio, Deméter la Diosa de las Estaciones, Hades el Dios del Inframundo, Zeus el Dios del Rayo, Hestia la Diosa del Hogar, Ares el Dios de la Brutalidad en la Guerra, Artemisa la Diosa de la Luna, Atenea la Diosa de la Sabiduría en la Guerra, Hermes el Dios de la Velocidad, Poseidón el Dios de los Mares, y Afrodita la Diosa del Amor.

El recién llegado cargaba en sus hombros un trono de cristal muy hermoso que había fabricado él mismo, pretendiendo regalarlo a Hera, la Reina de los Dioses. Hera no estaba acostumbrada a recibir obsequios, se había cansado de ver a su esposo Zeus recibiendo toda la atención de los Mortales u otras Divinidades, por lo que aceptó aquel trono sin miramientos, y una vez que el trono traído por Hefestos quedó instalado en el segundo de los 12 Templos del Olimpo, Hera se sentó, encantada por la comodidad del trono. Mas cuando Hera intentó levantarse del mismo para felicitar a tan grandioso artesano, descubrió que no podía moverse ni un milímetro de donde estaba.

Hefestos, habiendo logrado su cometido, revela su verdadera identidad tras años de servidumbre pretendiendo ser una simple deidad menor para ganarse la confianza de los Dioses Olímpicos, él no era un simple Dios Menor, sino más bien el hijo que Hera concibió por sí misma, que había nacido deforme, y patizambo, y por su fealdad, había sido lanzado del Monte Olimpo, desde donde cayó por 9 días y 9 noches hasta estrellarse fuertemente contra el suelo.

Hefestos, quien no conocía el amor de una madre, por años había planeado su venganza, apareciendo primero ante los Dioses Olímpicos para ser su sirviente, mientras construía aquel trono maldito. Y ahora que Hera estaba atrapada, Hefestos tenía una petición para Zeus. O le daban uno de los 12 Tronos en el Olimpo, o Hera por siempre permanecería atrapada en ese trono. Zeus, comprendiendo el gran poder del artilugio en el que Hera se encontraba atrapada, juró darle un trono si primero liberaba a su esposa. Hefestos, quien no era ningún tonto, se rehusó, y ahora exigía la mano de Afrodita como esposa, estableciendo que entre más le negaran su Trono en el Olimpo, más exigiría para liberar a Hera.

Entre los Dioses Olímpicos, Hestia, quien no deseaba la gobernanza en el Olimpo, se ofreció para que liberaran a su hermana, pero entonces Zeus vio el hermoso obsequio que tenía frente de sí. Había dos deidades a las que Zeus odiaba más que a nadie, uno era Apolo, un Dios Olímpico cuyo culto cada vez era más popular entre los Mortales, y quien ya había demostrado el interés en convertirse en el Rey de los Dioses Olímpicos, puesto de Zeus. El otro, era Ares, el Dios de la Brutalidad en la Guerra, quien era demasiado problemático, y ya había desafiado a Zeus por el trono antes. Sin embargo, Ares se había calmado bástate gracias a Afrodita, y la expulsión de Eris al espacio por las acciones de Atenea. Zeus entonces tomó su decisión, le entregaría a Hefestos el Trono de Apolo, quien furioso, exigió a Zeus una explicación. Zeus respondió que era su decisión, y habría de respetarse, y con un trueno, arrancó la Divinidad Olímpica de Apolo, y destruyó su Armadura Divina. Tomando los guijarros, Zeus forjó la Armadura Divina de Hefestos, y el trato quedó sellado, por lo que Hera pudo pararse de su trono.

Guerras de Troya - Las 12 Pruebas Doradas de HeraclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora