Capitulo 3

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Nuevas Conexiones

Unos días después de terminar la película, Julieta recibió una llamada de Alan, conocido como Yankee. Estaba emocionado, invitándola a grabar con toda la Vecibanda en la casa de Fede. Julieta se sintió emocionada, no solo por la oportunidad de pasar tiempo con amigos, sino también por ver a Lukas de nuevo. Sin pensarlo dos veces, aceptó la invitación.

Yankee pasó a recogerla en su coche. Mientras se dirigían a la casa de Fede, la música sonaba a todo volumen, llenando el auto de risas y anécdotas de grabaciones pasadas. Julieta disfrutaba de la compañía de Yankee, quien siempre sabía cómo hacerla sentir cómoda y bienvenida.

—Estoy seguro de que te va a encantar la casa de Fede —dijo Yankee, mientras tomaba una curva—. Siempre hay buenas vibras y mucho contenido divertido.

—Espero no ser un estorbo —respondió Julieta, un poco nerviosa.

—Para nada. Eres parte de la familia. Además, todos están emocionados de conocerte.

Al llegar, Julieta sintió un cosquilleo en el estómago. Era su primera vez en la casa de Fede, un lugar que había escuchado tanto en las conversaciones de la Vecibanda. La puerta estaba entreabierta y el sonido de risas y música la recibió como un cálido abrazo.

Al entrar, se encontró con Max, Ian, Parce y Carlitos, quienes estaban ocupados organizando algunos equipos de grabación. El ambiente estaba lleno de energía y camaradería. Pero lo que realmente captó su atención fue Lukas, que se levantó de su silla en cuanto la vio.

—¡Julieta! —exclamó, caminando hacia ella con una sonrisa genuina.

La mirada de todos se volvió hacia ellos, y Julieta sintió un ligero rubor en sus mejillas. Era evidente que la presencia de ella llamaba la atención, y la reacción de Lukas no pasó desapercibida.

—¡Hola, Lukas! —saludó, intentando mantener la calma mientras su corazón latía más rápido.

Lukas le dio un abrazo amistoso, y la sensación de su cercanía hizo que Julieta se sintiera al mismo tiempo emocionada y un poco cohibida.

—¿Listos para grabar? —preguntó Max, con una sonrisa pícara.

—Sí, vamos a divertirnos —dijo Yankee, animando al grupo.

Julieta se sintió como una invitada especial en un mundo nuevo. La química entre los miembros de la Vecibanda era palpable, y ella se dio cuenta de que había algo auténtico en esa conexión. Mientras se acomodaban, se sentó entre Lukas y Yankee, notando las miradas curiosas de los demás.

—¿Cómo ha estado la vida después de la película? —preguntó Ian, mientras revisaba su equipo.

—Bastante bien —respondió Julieta, sintiendo la necesidad de ser cautelosa—. Solo disfrutando de un poco de descanso.

—Lo bueno es que tenemos contenido para rato. ¡Vamos a grabar algo épico! —dijo Parce, lleno de energía.

A medida que comenzaron a planear lo que harían, Julieta se dio cuenta de que había un ambiente de creatividad y diversión en la casa. Lukas, sentado a su lado, le lanzó una mirada cómplice.

—¿Te gustaría participar en un sketch? —le preguntó, con un brillo en sus ojos.

—¿Yo? —se sorprendió Julieta, sintiendo la presión de estar en el centro de atención—. No sé si soy tan buena como ustedes.

—Solo diviértete. No tienes que ser perfecta —dijo Lukas, alentador.

La idea de participar le generó nervios, pero también emoción. A pesar de su timidez, estaba en un lugar donde podía ser ella misma. Con el apoyo de Lukas, decidió que era hora de salir de su zona de confort.

Mientras todos se preparaban, comenzaron a filmar diferentes segmentos. Carlitos propuso un juego de retos, donde cada uno tenía que hacer algo divertido. Julieta se sorprendió al ver lo bien que todos se llevaban y cómo se apoyaban entre sí. Las risas eran contagiosas, y a medida que participaban, se sintió más integrada.

En uno de los retos, Julieta tuvo que hacer una imitación de un famoso personaje de una serie. Se sintió un poco avergonzada al principio, pero al ver las risas de Lukas y los demás, dejó que su lado divertido saliera a relucir. La energía del grupo la empujó a ser más atrevida.

—¡Eso fue increíble! —gritó Max, mientras todos aplaudían.

Julieta se sonrojó, pero estaba disfrutando el momento. Lukas se acercó a ella, lleno de entusiasmo.

—Te dije que lo harías genial. Eres natural frente a la cámara.

A medida que avanzaba la grabación, los momentos se llenaron de camaradería y complicidad. Cada sketch y cada broma hicieron que Julieta se sintiera más cercana a los chicos, pero especialmente a Lukas. Sus miradas se cruzaban constantemente, y la conexión que habían cultivado durante el rodaje de la película se hacía más evidente.

Cuando finalmente tomaron un descanso, se sentaron todos en la sala, compartiendo anécdotas y riendo. Julieta se sintió afortunada de estar allí, rodeada de personas tan auténticas y divertidas. Lukas, al lado de ella, hizo un gesto para que se acercara.

—¿Qué te parece? ¿Te está gustando estar aquí? —preguntó, su voz suave y atenta.

—Sí, mucho. Gracias por invitarme. No esperaba que fuera tan divertido.

—Siempre serás bienvenida. A veces necesitamos un poco de frescura en el grupo. —Lukas sonrió, y Julieta sintió que su corazón daba un salto.

Mientras continuaban hablando, las conversaciones giraban en torno a la película que habían filmado. Era un tema delicado, ya que todos estaban conscientes de que Julieta y Lukas habían compartido una experiencia significativa, pero ellos no podían mencionarla abiertamente.

—¿Qué tal fue trabajar con Julieta? —preguntó Parce, dirigiéndose a Lukas, intentando sacar un poco más de información.

—Fue increíble. Aprendí mucho de ella —respondió Lukas, manteniendo la mirada fija en Julieta, que sonreía tímidamente.

La conversación se desvió rápidamente hacia otras anécdotas del rodaje, y Julieta disfrutó escuchando historias sobre la dinámica del grupo. Era evidente que había un fuerte lazo entre ellos, y eso la hacía sentir afortunada de ser parte de ese momento.

Al caer la tarde, decidieron salir al jardín para filmar algunos segmentos al aire libre. La luz dorada del sol poniente iluminaba todo, creando un ambiente perfecto para grabar. Julieta se unió a Lukas y a los demás, sintiendo cómo la energía aumentaba a medida que se acercaban a la grabación final del día.

Cuando comenzaron a grabar, Lukas y Julieta se encontraron en una escena donde tenían que actuar como si fueran mejores amigos. Con las cámaras rodando, la química entre ellos era innegable. Cada broma, cada mirada cómplice, se sentía genuina.

Mientras las risas llenaban el aire, Julieta se dio cuenta de que había encontrado un lugar donde pertenecía. La conexión que había desarrollado con Lukas y la Vecibanda la llenaba de felicidad. No importaba que no pudieran hablar abiertamente sobre su película; lo que estaban construyendo juntos era aún más valioso.

Cuando terminaron de grabar, el sol se estaba poniendo, y la atmósfera era perfecta. Todos se reunieron en el jardín para disfrutar de un merecido descanso. La conversación giraba en torno a los planes para el futuro y los nuevos proyectos.

Lukas, acercándose a Julieta, le dijo en voz baja, casi como un secreto:

—Me alegra que estés aquí. Me gustaría que vinieras más a menudo y ya necesitábamos un toque femenino en el grupo

Julieta sonrió, sintiendo que sus palabras tenían un significado más profundo.

—A mí también me gustaría. Esta experiencia ha sido increíble.

En ese momento, rodeados de amigos y risas, supieron que estaban en el camino correcto. La amistad que habían cultivado estaba floreciendo, y aunque había incertidumbres, ambos estaban listos para explorarlo juntos.

La noche se llenó de risas y buena música, y mientras la Vecibanda celebraba su día, Lukas y Julieta compartieron miradas que prometían mucho más. La conexión que habían forjado no era solo un recuerdo del pasado; era el inicio de algo emocionante y nuevo, algo que estaban listos para descubrir juntos.

Detrás de cámaras | Lukas UrkijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora