Capitulo 6

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Entre Amistad y Algo Más

El cumpleaños de Lukas había sido un éxito rotundo, pero apenas un par de días después, algo más se removía en el aire entre él y Julieta. Desde hacía tiempo, los dos compartían una conexión especial, una mezcla de amistad y complicidad que no pasaba desapercibida para los demás. Pero aunque ambos empezaban a sentir algo más profundo, el miedo a lo desconocido los mantenía en una zona segura: la de amigos.

El sábado por la mañana, sin clases ni grabaciones de la Vecibanda, Lukas se despertó con un pensamiento claro en su mente: **Hoy era el día en que iba a invitar a Julieta a salir, aunque fuera como "amigos"**. Había sentido esas mariposas en el estómago cada vez que estaba cerca de ella, y aunque a veces lo confundía, sabía que era hora de aclarar esos sentimientos.

Tomó su teléfono y, tras unos segundos de nerviosismo, escribió un mensaje:

**Lukas:** _"Hey, Julie, ¿qué te parece si salimos a comer hoy? No hay clases ni nada, y tengo ganas de pasar un rato contigo. Podemos ir a algún lugar tranquilo, en plan amigos, claro 😅."_

A los pocos segundos, la respuesta llegó, más rápida de lo que él esperaba:

**Julieta:** _"Me parece una idea genial, Lukas 😊. Hace mucho que no salimos solo nosotros dos. ¿A qué hora paso por ti?"_

El corazón de Lukas latía más rápido. Por alguna razón, el hecho de que fuera una simple salida entre amigos no lo tranquilizaba del todo. Sentía que hoy sería un día importante.

—Perfecto —murmuró para sí mismo, sonriendo.

Le dio la hora, arregló rápidamente su habitación y se apresuró a ducharse y vestirse. Decidió llevar algo casual, pero no demasiado despreocupado: unos jeans oscuros, una camiseta blanca y una chaqueta ligera. Se miró al espejo y respiró hondo.

**"Tranquilo, es solo una salida entre amigos"**, se recordó.

A la una en punto, Julieta llegó a la casa de Lukas en el coche de su padre, ya que ella aún no tenía edad para conducir. Cuando Lukas salió de su casa y la vio en el asiento del conductor, sonrió ampliamente. Julieta llevaba un vestido sencillo, pero suelto y veraniego, con una chaqueta de mezclilla. Su cabello estaba recogido en una coleta baja, y sus ojos brillaban con esa calidez que siempre lo dejaba sin palabras.

—¡Hola! —saludó Lukas mientras se subía al coche—. Gracias por venir a recogerme.

—¡Hola! De nada —respondió Julieta con una sonrisa—. ¿Ya tienes un lugar en mente?

Lukas asintió. Había elegido un restaurante tranquilo, no muy lejos del parque central. Era un lugar conocido por su ambiente relajado y sus terrazas al aire libre, perfecto para una conversación tranquila.

Durante el trayecto, charlaron de cosas cotidianas: anécdotas de la escuela, bromas sobre los videos de la Vecibanda y los planes para futuros proyectos. Pero, debajo de la superficie, ambos sabían que había algo más que querían hablar. Las risas se mezclaban con miradas que duraban un poco más de lo habitual, y el aire en el coche parecía estar lleno de una tensión sutil, pero palpable.

Llegaron al restaurante, se sentaron en una mesa al aire libre bajo la sombra de un árbol, y pidieron algo ligero: hamburguesas, papas fritas y bebidas frías. Todo parecía perfecto. El sol brillaba, el clima era agradable, y la conversación fluía, pero había algo que ambos evitaban decir.

Lukas observó a Julieta mientras ella hablaba con entusiasmo sobre una nueva idea para un video, y en ese momento sintió que no podía seguir guardando sus sentimientos. Sabía que había llegado la hora de ser honesto, aunque no estaba seguro de cómo lo tomaría ella. Respiró hondo y decidió lanzarse.

—Julie... —interrumpió suavemente mientras ella terminaba de hablar—. Hay algo que llevo un tiempo queriendo decirte.

Julieta levantó la mirada, sus ojos reflejando una mezcla de curiosidad y sorpresa.

—¿Qué pasa? —preguntó, dejando la hamburguesa en el plato y enfocándose en él.

Lukas sintió un nudo en el estómago, pero sabía que si no lo decía ahora, quizás nunca encontraría el valor.

—Sé que hemos sido amigos desde hace ya un tiempo... —empezó, bajando la mirada por un momento antes de volver a verla a los ojos—. Y realmente valoro mucho nuestra amistad, pero... últimamente siento que... bueno, siento algo más que solo amistad.

Julieta lo miró en silencio, asimilando sus palabras. Lukas continuó, sus nervios aumentando con cada segundo de silencio.

—No sé si tú sientes lo mismo, y entiendo si no es así. No quiero que esto haga las cosas raras entre nosotros, pero necesitaba decírtelo. No quiero seguir fingiendo que no siento nada. Tú significas mucho para mí, y cada vez que estamos juntos, siento que hay algo más.

El silencio que siguió fue abrumador para Lukas. Su corazón latía con fuerza, temiendo haber arruinado todo. Pero entonces, Julieta sonrió, una sonrisa suave y nerviosa.

—Lukas... yo... —comenzó, tomando un sorbo de su bebida para ganar tiempo mientras organizaba sus pensamientos—. No te voy a mentir. He estado sintiendo algo similar, pero tenía miedo de que fuera solo cosa mía, de que si decía algo, nuestra amistad pudiera cambiar o... no sé, complicarse.

Lukas sintió una ola de alivio al escucharla. Sus palabras eran un eco de sus propios temores.

—Me alegra saber que no soy el único que ha estado sintiendo eso —dijo él, relajándose un poco—. No quería presionarte ni hacerte sentir incómoda, pero simplemente no podía guardármelo más.

Julieta asintió lentamente, sus mejillas ligeramente sonrojadas.

—Creo que ambos hemos estado un poco asustados de decir lo que sentimos. Pero... me alegra que lo hayas hecho tú primero —confesó, riendo suavemente.

Ambos se miraron en silencio por un momento, como si el peso de las palabras no dichas hubiera desaparecido de repente. El ambiente entre ellos cambió, pero no de la manera incómoda que ambos temían. En cambio, una nueva sensación de alivio y complicidad los envolvió.

—Entonces... —dijo Lukas, con una sonrisa nerviosa—. ¿Qué hacemos con esto ahora?

Julieta se encogió de hombros, con una expresión juguetona en su rostro.

—Podríamos ir paso a paso —sugirió—. No tenemos que etiquetarlo ni apresurarnos en nada. Seguimos siendo nosotros, ¿no?

—Me parece perfecto —respondió Lukas, sintiendo que un enorme peso se levantaba de sus hombros—. Lo último que quiero es apresurar las cosas. Lo que sea que esté pasando entre nosotros, quiero que sea natural.

Pasaron el resto de la comida conversando sobre sus sentimientos de una manera más abierta, aunque con la misma chispa de amistad que siempre los había unido. La confesión había sido el primer paso, pero ambos sabían que había mucho más por descubrir. Mientras caminaban de regreso hacia el coche, ambos sintieron que algo nuevo estaba naciendo entre ellos. No era solo una amistad, pero tampoco querían apresurar el nombre de lo que sentían.

El día había sido perfecto, no solo por la comida o la compañía, sino por la honestidad que, al fin, habían compartido. Y mientras el sol comenzaba a ponerse, ambos sabían que lo que había comenzado como una simple salida entre amigos, podría ser el inicio de algo mucho más profundo.

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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Detrás de cámaras | Lukas UrkijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora