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–¿De verdad tienes tantos hermanos?– Taehyung preguntó sorprendido.

–Sí, se llaman Jimin, Lía y Yuna.– Jungkook sonrió al ver la cara de Taehyung. –Mis papás estaban muy aburridos.

–Se nota. Yo solo tengo a Yoongi, es mayor que yo... aunque en realidad es mi hermanastro, su mamá se casó con mi papá cuando yo tenía siete y él diez, tiempo después su mamá enfermó y entonces hicieron los papeles de la adopción, unos años después ella murió, pero mi papá pudo quedarse con Yoongi, aunque conserva el apellido de su mamá.

–Oh, debió ser muy feo para ustedes.

–Lo fue.– Taehyung vació su vaso de un trago. –Pero ahora estamos bien, somos tres y la casa a veces es un desastre.– Ambos ríen ante el comentario. –Ustedes son seis en tu casa, ¿no?

–Somos siete.– Jungkook ríe ante la cara confundida de Taehyung. –Jimin tiene un hijo, de tres años, se llama Soobin.

–Pensé que Jimin era menor que tú.

–Lo es, tiene veinte y yo veintitrés, tuvo a Soobin a los diecisiete, el inepto que lo embarazó no se hizo cargo. Fue complicado, pero entre todos estamos haciendo lo mejor para ellos, te lo voy a mostrar, tengo más fotos de esa criatura que de mí.

Taehyung miró con ternura a Jungkook, que estaba sacando su celular con rapidez para mostrarle fotos de su sobrino.

Ya llevaban una hora hablando, de todo y nada. Jungkook le contó que estaba estudiando psicología, en su último año, y Taehyung le contó que estaba en su tercer año de educación inicial. Debatieron sobre si Plutón era un planeta o no, decidieron que sí lo era, y que las personas fueron muy injustas al decir que no, sin pensar en los sentimientos del pobre Plutón.

Jungkook se perdió varias veces en el rostro de Taehyung, y éste se sonrojó más de cinco veces. Tomaron al menos seis vasos de algo color azul, no estaban del todo ebrios, pero si estaban más contentos de lo normal, reían demasiado para cosas que ni siquiera eran graciosas.

Taehyung pasaba su vista del rostro de Jungkook hacia la improvisada pista de baile, donde Seokjin bailaba sin parar, Taehyung tenía miedo de que le dé un ataque al corazón a su amigo si seguía moviéndose de esa forma, pero se lo veía tan divertido que no quería bajarlo de ahí.

Claro que era por eso y no porque no quería dejar de hablar con Jungkook, claro que no.

Cuando Jungkook le preguntó que miraba, él le explicó que estaba cuidando a su amigo. Jungkook se giró a comprobarlo, porque no quería apartar sus ojos de Taehyung.

Estaban en su burbuja, empezando a discutir si las rosas eran las flores más bonitas o sólo estaban sobrevaloradas. Cuando Jungkook estaba por dar sus argumentos sobre los girasoles siendo las flores más lindas de este y cualquier otro universo, y Taehyung no podía dejar de mirarlo, se escuchó un golpe.

Ambos miraron hacia el tumulto de gente que se reunió en la pista de baile.

–No me jodas.– Taehyung sonó alarmado y Jungkook lo miró con cara de interrogación. –Creo que se cayó el idiota de mi amigo, voy a verlo.

–Oh, está bien.

Taehyung empezó a caminar hacia la gente, pero volvió rápido sobre sus pasos y se puso frente a Jungkook de nuevo.

–No te muevas de acá, ¿está bien? Quiero ver si el estúpido está bien, dame sólo diez minutos, ¿sí? Vuelvo en diez minutos.– Se empezó a alejar de nuevo, pero se dio vuelta para mirar a Jungkook de nuevo. –Diez, Jungkook, ya vengo.

Jungkook asintió y rió al ver como Taehyung se habría paso entre todos los demás.

Decidió preparar algo para tomar con Taehyung en lo que él volvía, armó dos vodkas y volvió a su lugar, esperando pacientemente al menor.

Oh! Great | KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora