Sexto mes.
Sábado, 4 de septiembre.
Jungkook estaba recién levantándose, muy cansado. Si bien eran las diez de la mañana y él acostumbraba a levantarse un poco más temprano, anoche no había podido dormir bien, Taehyung no podía dormir y estuvieron hablando por llamada hasta las seis de la mañana. Jungkook pensó en ir a la casa de su menor, pero Seokjin se había quedado a dormir con él.
Taehyung había intentado levantar a su amigo para hablar, pero éste lo había mirado mal. Kim no quería volverlo a intentar porque Seokjin enojado daba miedo.
Taehyung últimamente estaba el doble de sensible, las clases habían empezado nuevamente, pero el decidió no presentarse a nuevas materias por ese periodo, ya que los exámenes finales chocaban con su nuevas materias por fecha de parto. Además, el obstetra le había recomendado que no asistiera para evitar el estrés, no era bueno a esa altura del embarazo, pronto entraría en el tercer trimestre.
Jungkook escuchó un grito desde el piso de abajo, Jimin lo estaba llamando, sacó fuerzas de donde no tenía, y bajó para ver a su familia, el sábado debían estar todos ahí.
Efectivamente, estaban todos en la sala. Pero Jungkook se dio cuenta que había algo extraño, ya que sus hermanas menores se veían muy contentas, Jimin le rehuía la mirada, su madre tenía una sonrisa enorme y la de su padre no se quedaba atrás.
–bueno, ¿qué pasó?
–¿ni un buen día, hijo?– preguntó Nayeon.
–buen día.– respondió Jungkook. –¿qué pasó?
Jaehyun rió, Jungkook siempre fue tan directo. Le hizo una seña para que se sentara, al igual que todos los demás. Cuando el menor siguió sus órdenes, empezó a hablar.
–Jungkook, queríamos decirte que todos estamos muy orgullosos de ti, eres un excelente hijo y un asombroso hermano, también un muy buen tío. Así como eres todo eso, sabemos que vas a ser el mejor de los padres, las pulgas no saben la suerte que tienen de tenerte.
Taehyung le había contagiado la sensibilidad a Jungkook, porque éste ya estaba casi por llorar, aunque se las aguantó.
–estás haciendo muchas cosas.– siguió su madre. –trabajas, vas a estudiar, y te ocupas de Taehyung. Te íbamos a dar esto cuando terminarás la universidad en unos meses, pero creemos que es más importante que lo tengas ahora, con el embarazo de Tae a estas alturas estamos seguros de que vas a necesitarlo.
Jungkook estaba nervioso, las palabras fueron hermosas y abrazó a sus padres, pero nadie le estaba dando nada, así que también estaba confundido.
–vamos a la salida, Jungkook.– dijo Jimin.
Por lo que el pelinaranja empezó a caminar hacia la puerta confundido, con todos los Jeon detrás.
Cuando abrió y miró afuera, casi se cae de la impresión.
Un auto.
Un maldito y hermoso auto.
Jungkook no sabía que decir o hacer, por lo que simplemente optó por abrazar a todos los miembros de su familia.
Si bien los señores Jeon ganaban excelente, pues Jaehyun era socio del dueño de la empresa, y la Nayeon trabajaba muy bien en una firma de abogados, no por eso le daban todos los lujos a sus hijos. Si ellos quisieran podrían comprarle cinco autos a jungkook, pero les habían enseñado a todos sus hijos la importancia de ganarse las cosas, por eso el pelinaranja trabajaba, porque le inculcaron el valor del esfuerzo por ganarse lo suyo.
Sus padres estaban orgullosos en lo que se había convertido Jungkook, y si bien, esperaban nietos más adelante, la responsabilidad de su hijo los dejaba muy satisfechos.
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Oh! Great | Kooktae
FanficA d a p t a c i ó n -Oh, genial.- Susurró Taehyung desde donde estaba sentado; más precisamente desde el suelo del baño de su habitación, con la mirada fija en las dos rayitas del test de embarazo. ೀ Solo estoy adaptando esta historia. Todos los cré...