Tulipanes | Jimsu

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Park Jimin es conocido por sus trabajadores como una persona fría, distante y sumamente atractivo.

Pero el es así porque tuvo que sacar adelante a la empresa de su papá y su mamá, que se estaba llendo a la quiebra.

Trabajando todos los días, mañana, tarde y noche, sus trabajadores piensan que el nunca descansa, y las únicas veces que sale de su oficina es para ir a su casa, ya que aveces ni siquiera va.

— Sr Park, aquí traigo los papeles que usted me pidió — mencionó la chica castaña con timidez y algo nerviosa, ya que el Park Jimin no es famoso en la empresa por ser amable.

Y la verdad ella tenía miedo por que, quería pedirle algo pero tenia miedo de como iba a reaccionar ante la urgencia que tenia ella.

— Déjalos ahí, ahora los reviso — dijo el rubio mientras miraba los papeles que tenía en la mano, su voz sonó fría.

La chica simplemente dejó los papeles aún lado de la maceta de un pequeño cactus, la castaña hizo una reverencia para después pararse unos cuantos centímetros de el escritorio del rubio.

Jimin capto todavía la presencia de la chica — Si vas a decirme algo dímelo ahora, no tengo tanto tiempo — dijo mientras seguía mirando los papeles sin siquiera mirar a la chica.

Quien tenía la mirada agachada, rezando en todos los idiomas que sabía para que no la despidan en su primera semana trabando ahí.

Suspiró — Mi mamá está muy enferma, hoy la llevaron de emergencia al hospital, mi hermano me llamó diciendo que la van a operar pero que ella no quiere operarse sin verme antes, ¿Yo podría salir solo por hoy para ver a mi mamá? — dijo la castaña mientras miraba sus pies aún nerviosa por la reacción de su jefe.

Jimin dejó de leer los papeles dejándolos en el escritorio mientras miraba a la chica que se podía notar que estaba demasiado nerviosa y ansiosa.

— Tómate una semana libre para que puedas ayudar a tu mamá con su recuperación, y tranquila que no te voy a descontar nada — mencionó el rubio aún sonando frío y amable si eso era posible — Después de todo la familia es primero, ¿no?.

La castaña cuando terminó de escuchar eso sonrió, hizo reverencia tras reverencia agradeciendo con una enorme sonrisa.

— ¡Muchas gracias Sr Park! ¡de verdad muchas gracias! — dijo para después irse cerrando la puerta detrás de ella, sacó su celular de su bolsillo trasero de su pantalón para marcar un número de celular.

"— ¿Te dejaron ir hermanita?"

— Si ya me dieron permiso niño, dile a mamá que ya voy para allá.

Y así con una sonrisa entre preocupación por la operación de su mamá y alegre porque va a poder ayudarla con su recuperación, colgó el celular.

Por otra parte, tenemos a Jimin quien seguía mirando sus papeles mientras escribía algunas cosas en la computadora de su oficina y tomaba café.

Hasta que su lindo y hermoso silencio se fue, al ver quien entraba por la puerta muy alegre y con una gran sonrisa.

— ¡Buenos días Jefesito! — dijo el de cabellos negro mirando a Jimin quien simplemente lo miró para después mirar sus papeles.

— ¿Cuántas veces te he dicho que no me digas así?, además deberías estar imprimiendo los papeles que te mande Jungkook — mencionó el rubio mientras seguía mirando los papeles, para después tomar un poco de café.

— Ash, que amargado eres Jefesito, deberías de sonreír un poco — dijo el de cabellos negros mientras se sentaba en la silla y miraba con una sonrisa al rubio.