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CENIZAS.

- ¿Qué coños paso aquí? – pregunto al llegar mientras encendía un cigarrillo.
- Uno de los chicos desapareció - respondió su compañero mientras hacía anotaciones se despedía de los chicos y comenzaba a hacer anotaciones en su libre.
Hacia un par de horas el sol había salido, aunque su día había comenzado desde la madrugada anterior; los reportes de los protegidos desaparecidos seguían siendo un dolor de cabeza, sobre todo en temas de papeleo.
Cada desaparición era más extraña que la anterior y en todas el único factor común era la ausencia de evidencia física. En la mayoría de los casos no le importaba mucho, cada desaparecido era una persona menos de la cual preocuparse.
- ¿Hay algún rastro? – pregunto dándole una bocanada a su cigarro.
- Para ser un hechicero de alto nivel haces preguntas muy estúpidas.
- Solo quería confirmar lo obvio.
Dio unos pasos hasta quedar a un par de pasos del muro que rodeaba el viejo edificio, extendió su mano hasta tocarlo con la palma, cerro los ojos mientras frotaba lentamente su mano.
- ¿De verdad no hay evidencia alguna? - dijo casi murmurando – ¿ni un rastro de energía?
- No, lo valide personalmente 2 veces. ¿Por qué insistes en saber?
No respondió solo dejo de frotar la mano en el muro y sin retirarla pronunció en voz baja.
- ¡screatum!
El muro brillo y reveló una serie de runas grabadas a todo lo ancho y largo del mismo dando la apariencia de estar grabadas con fuego.
- Porque este es un hechizo muy antiguo y de muy alto nivel y cualquiera que salga o que intente entrar deja una marca fácil de rastrear, si quiera podría saber cuántos insectos entran en un día.
- ¿No dijiste un día que cualquier hechizo puede fallar?
- En específico este no, solo hay una forma de evadirlo, pero…. – miro al suelo tras retirar la mano del muro.
- Adivino es hechicería antigua y prohibida.
- No, todo lo contrario; es una magia poderosa, antigua pero completamente pura y permitida.
- ¿estás diciendo que un hechicero, maestro de las artes puras, representante de la luz y que lleva la esperanza al mundo puede ser responsable de las desapariciones de la última semana? – dijo mirándolo fijamente.
El miro al cielo y siguió fumando; sus ojos buscaron alguna nube y después miro al suelo, como si esperara una respuesta; pateo una piedra y antes de terminar su cigarro saco la cajetilla de su bolso para tomar otro y encenderlo con la misma brasa.
- No un hechicero, mas bien un brujo.
- ¿No estaban extintos?
Sigo buscando en el suelo mientras pateando las rocas aparentemente sin un sentido ni motivo, ocasionalmente sonreía al observar las rocas caer en una nueva ubicación.
- Desaparecieron no se extinguieron; el que llevemos más 3 milenios sin saber de uno no significa que estén todos muertos, solo que no quieren ser localizados.
- ¿Sabes algo que yo ignoro?
- Se mucho que tú ignoras.
- Con respecto a las desapariciones.
- Tengo una idea muy clara de lo que pasa, pero antes tengo una duda.
- ¿cuál es?
Dio una vuelta más y finalmente se paró a un lado de su compañero.
- ¿Gustas un cigarrillo?
- Ese vicio te va a matar un día.
- Es muy posible, pero no será este siglo.
- ¿Cuanto llevas evadiendo la muerte?
- Uno o dos milenios.
- ¡Y no es que no haya buscado morir con ansias! – dijo una voz femenina detrás de ellos.
- ¡Meleen! – dijo sonriendo mientras volteaba para ver quien le hablaba –¿Cuantos siglos hace qué no nos vemos?
- Desde que me robaste la gema carmesí de xethgul.
Sonrió al escuchar esas palabras, la mujer casi una anciana con largo cabello blanco y manos delgadas, sus ojos verdes tenían las pupilas como los reptiles y delgados colmillos se dejaban ver en su sonrisa, se mantenía erguida a pesar de la edad que aparentaba y su voz tenía un tono parecido a un canto que le gustó al más joven de los hechiceros.
- No fue un robo – dijo sonriendo mientras le extendía la cajetilla a la recién llegada – más bien fue un préstamo.
Meleen tomo un cigarro y lo encendió con la punta de su dedo.
- ¿Eres la gran hechicera de las montañas Meleen la magnífica?
- Entre muchos otros nombres, si, soy yo.
- ¿A qué debo el honor de tu visita?
- Creo que ya lo sabes; ¿ya tienes listo tu ritual? – dijo parándose junto a una de las piedras que había pateado.
- Solo necesitaba una mano no humana para completarlo.
- Bien, cuando digas empezamos.
Abrió las piernas y se descubrió los brazos has el codo dejando ver sus delgados brazos llenos de runas grabadas en ellos, algunas las pudo reconocer de inmediato pues formaban parte de los libros sagrados pero la mayoría parecían símbolos torcidos sin significado.
- ¿Y yo que hago? - pregunto el compañero mientras los observaba con curiosidad.
- ¿Quién ese bomboncito con chocolate que traes ahora de mascota? - pregunto mirando fijamente al compañero mientras mantenía una gran sonrisa en el rostro.
El hechicero miro a su compañero como si acabará de recordar que el estaba ahí parado, le sonrió mientras terminaba su cigarro.
- Ese es Yaholt es mi nuevo compañero.
- ¿Qué le hiciste al anterior? – dijo bajando los brazos – tienes que dejar de matar a tus compañeros.
- No lo mate, se jubiló.
- ¿No perdió un ojo, las dos piernas y un brazo? – pregunto Yaholt.
- Creo que eso basta para jubilarse – dijo Meleen – bueno, si sobrevives a este ritual puedes visitarme en mi cabaña la noche que quieras pequeñín – le guiño el ojo y le lanzo un beso – pasaremos unos ratos muy agradables.
Se quedó mudo, regularmente los hechiceros no se reunían sin un motivo importante, Meleen por otro lado era una especie de leyenda en los bajos mundo; sus habilidades mágicas ofensivas competían contra demonios mayores y espíritus de caos y era capaz de conjurar y pelear simultáneamente y se decía que eso era lo que hacía en sus tiempos libres.
Su compañero, el gran hechicero Arlo Lousen era famoso por meterse en situaciones riesgosas principalmente por cuestiones sexuales; su poder de decía que estaba en la línea entre la magia legal y lo prohibido y el solía saltarse esa línea constantemente.
La fama de ambos hechiceros era prácticamente legendaria y en este caso todo parecía indicar que hacia falta esas habilidades. Sumaban cuatro desapariciones de jóvenes que habían sido elegidos como probables líderes de los clanes, el simple hecho de que fueran seres de raza pura ya era un tema para alarmarse y empeoraba considerando que eran miembros de familias reales.
- ¿Estamos listos o planeamos una buena orgía aquí? – pregunto Arlo extendiendo su mano izquierda y generando en su mano derecha una pequeña Navaja de luz azul.
- ¿Esta vez quien desapareció? – pregunto Meleen extendiendo de nuevo sus brazos.
- El desaparecido es el joven Jahamal Seraph – respondió Yaholt.
- ¡¿Jahamal?! – se sorprendió Meleen – ¿el lindo Jahamal de ojos zafiro?
- El único Jahamal de esta zona de la ciudad con padres con suficiente poder para hacerte venir aquí a investigar conmigo – dijo Arlo en un tono un poco cortante – nos concentramos en el ritual tengo otras cosas que hacer.
- ¿Cómo que? – dijo Marreen molesta – ¿cuántas vírgenes te están esperando está noche?
- ¡ninguna! – respondió y los dos lo miraron fijamente, el entendió que no le habían creído – son cuadro bellas damas, ninguna virgen.
- Nunca vas a cambiar ¿verdad?
Guardo silencio, Yaholt sonrió mientras ellos volvían a tomar posición.
- Tantos siglos y aun no entiendo porque los humanos tienen que hacer tantos rituales inútiles para hacer cualquier cosa – dijo Marleen extendiendo de nuevo los brazos.
- Es mero protocolo – dijo Arlo sonriendo.
Volvió a extender su brazo izquierdo en dirección al punto donde estaba parado y en su mano izquierda nuevamente género la hoja de luz plateada.
- Tu mantente lejos Yaholt – dijo volteando a verlo – los niños grandes vamos a jugar un poco.
Yaholt asintió y se alejó un par de metros caminando de espalda, una vez que estuvo a “una distancia segura” invoco un escudo de luz que lo protegía formando un octágono brillante su alrededor.
Arlo suspiro mientras levantaba su mano derecha y realizaba un corte transversal en su brazo izquierdo. La sangre comenzó a brotar rápidamente cubriendo su brazo y escurriendo hasta que las gotas comenzaron a caer al suelo.
- Sech~algarem~gulab~necnetch
Pronunciaron a la vez Marleen y Arlo; la sangre brillo al tocar el suelo y varias piedras comenzaron a vibrar y emitir luz, un círculo de fuego enorme surgió alrededor de ellos generando rachas de aire ascendentes, las piedras que no estaban brillando salían disparadas al aire mientras voces en otras lenguas comenzaban a escucharse saliendo desde el centro del círculo, finalmente el fuego disminuyó y una silueta enorme apareció en el centro del círculo de fuego.
Era una silueta humanoide con largas orejas puntiagudas y seis brazos extremadamente largos terminados dos en ganchos y dos en largos dedos de puntas afiladas, la piel tenia un color que parecía carne podrida; era alto al menos de tres metros, pero el cuerpo parecía no tener músculos su rostro no era visible aun, parecía estar cubierto por oscuridad.
Un sonido parecido a un bostezo se escucho mientras la criatura extendía los brazos y las flamas ascendían como si intentaran mantenerlo contenido en el espacio en el que se encontraba confinado.
La luz finalmente iluminó el rostro del ser: era un cráneo parecido al de los perros con jirones de carne colgando, 4 grandes colmillos sobre salían en su mandíbula, así como una larga lengua bífida y unos ojos sin párpado de color negro que parecían no mirar nada.
El ser permaneció quiero estático, con el rostro inclinado como si mirara fijamente al suelo, el aire se llenó de un olor a putrefacción que se expandía rápidamente.
- ¡Quien ha osado invocarme! – dijo el demonio levantando lentamente su cabeza.
La criatura movió la cabeza a los lados, como buscando algo, su voz profunda y ronca fue seguida de resoplidos mientras olfateaba el aire.
- Hola Agarres, ¿aun me recuerdas, ¿verdad? – dijo Arlo sonriendo mientras bajaba la mano.
Los ojos del demonio brillaron en color rojo, único inmensamente la voz del hechicero y clavo la vista en el, se podía sentir el odio con el que lo miraba; gruño mientras Arlo saco su caja de cigarros otra vez y encendió otro que empezó a fumar.
- ¡TU! – bramo el demonio - ¡DESGRACIAS MAL NACIDO, COMO TE ATREVES A LLAMARME DE NUEVO! - el demonio intento lanzarse sobre el pero la barrera mágica lo detuvo.
- Bueno, Bárbatos es más complicado de retener y ya no responde a mis llamados – sonrió mientras le indicaba a Yaholt que se acercara con la mano – dentro de poco solo podré negociar contigo, y eso a mí tampoco me agrada.
- ¿Ya no puedes invocar a otros demonios? – pregunto Marleen acercándose a Arlo.
- Puedo, o puedo obligarlos solo que prefiero a los que vienen por el gusto de servirme.
El demonio grupo y grito, siguió intentando cruzar las barreras mágicas sin éxito, incluso lanzó algo de magia para destruirlas sin éxito; sus intentos continuaron unos minutos hasta que finalmente se rindió.
- Te esforzaste demasiado – dijo Arlo.
- ¡¿QUE ES LO QUE QUIERES ESTA VEZ?! – pregunto mientras frotaba sus garras contra el suelo de forma amenazante.
- Esta vez solo queremos información.
- ¿QUEREMOS? – el demonio dijo su vista en Yaholt - ¿TU PEQUEÑO CACHORRO ES PARTE DE TU INVOCACIÓN?
- No – dijo Marleen parándose frente al demonio – yo soy la otra pieza de la invocación.
- ¡DOS MALDITOS LLAMANDOME! – se froto las manos – ¿A QUE MAL SE DEBE QUE USTEDES SE UNAN PARA TRAERME AQUÍ?
- Queremos información.
- Y ¿QUE ESTAN DISPUESTOS A PAGAR?
La voz se suavizó hasta el limite que era posible mientras miraba los 3 hechiceros parados frente a él. El silencio fue absoluto durante unos minutos mientras Marleen y Arlo intercambiaban miradas y Yaholt observaba con cierta fascinación al demonio.
- Hemos acordado que tú paga hoy será poder volver a tu reino en libertad luego de responder nuestras preguntas – dijo Marleen.
- ¿¡QUE LES HACE PENSAR QUE ME PUEDEN ENCADENAR A ESTE REINO ETERNAMENTE ¡? – grupo.
Arlo sonrió mientras estiraba sus brazos relajadamente.
- No puedo encadenar te a este reino – dijo antes de señalarlo con un dedo – pero puedo encadenar te aún cuerpo humano inservible.
- ¡NO TIENES ESE PODER!
- ¿Quieres ponerlo a prueba? – formó una esfera de energía de color cambiante entre sus manos mientras susurraba algo – dime ¿qué prefieres? ¿Un cuerpo en coma o un parapléjico? En cualquiera de los dos casos estarás encadenado durante una vida a un cuerpo incapaz de moverte.
- ¡NADIE TIENE ESE PODER!
- Quizá él si – dijo Marleen sonriendo.
Arlo continúo recitando un conjuro mientras la esfera de energía comenzaba a pulsar y cambiar de color haciéndose cada vez más brillante, el demonio comenzó a verse preocupado al no saber de que hechizo se trataba y comenzó a mirarlos como cuestionándose si realmente Arlo podría realizar esa clase de hechizos. Cuando Arlo tenía la energía condensada y se disponían a lanzarla el Demonio gruño y grito.
- ¡PREGUNTA LO QUE QUIERE SABER! – GRUÑO DE MALA GANA – RAPIDO.
- Buen chico – dijo Marleen – Hay unos chicos desaparecidos – comenzó a decir.
- ¿QUIEREN SABER SI FUERON ARRASTRADOS POR ALGUN SIRVIENTE DE LA OSCURIDAD?
- Sabemos que no fue un ser de oscuridad solo queremos saber si hay alguna profecía o algo que involucre a los hijos de los grandes líderes – pregunto Arlo mientras la esfera de energía zumbaba en sus manos.
- HAY VARIAS, PERO TODAS SON PARA REDUCIR LA REALIDAD A CENIZAS, SI NO FUE UN SER DE OSCURIDAD Y LO REALIZO UN SER DE LUZ CLARAMENTE ESTA BUSCANDO BORRA UN MUNDO A NADA.
- ¿Qué necesitan para ese ritual?
- ES ALGO BASTANTE SIMPLE- gruño mientras rasgaba el suelo con su garra como dibujando algo -LAS ALMAS VIVAS DE CINCO GRANDES PORTADORES, LA DAGA NEGRA, Y UNA CANTIDAD DE ENERGIA MAGICA DE NIVEL CASI DIVINO, EL RITUAL SE PUEDE ENCONTRAR EN CUALQUIERA DE SUS LIBROS DE RITUALES.
- Hay pocos seres vivos con ese nivel de ¿no? – pregunto Yaholt.
- Si muy pocos – dijo Marleen.
- ¿Por casualidad sabes dónde pueden tenerlos o donde será el ritual? - pregunto Arlo.
- EL UNICO PUNTO DE TU MUNDO DONDE PODRIAN REALIZARLO ES EN…- el demonio tomo parte del polvo que estaba raspando y lo sopló.
El polvo salió impulsado de su mano y se suspendió unos segundos en el aire finalmente comenzó a caer tanta forma de un monumento con 5 columnas que rodeaban una piedra pentagonal, la imagen resaltaba las runas que tenía grabadas y el entorno lleno de rocas.
- El altar de Hellmstone – dijo Marleen.
- ASI ES, EL ALTAR CONSTRUIDO POR SUS ANCESTROS PARA COMUNICARSE CON OTROS MUNDOS ES EL MEDIO PARA DESTRUIR MUNDOS.
- ¿Quién podría estar interesado en destruir un mundo? – pregunto Yaholt.
- Demasiados seres – dijo Arlo pensativo.
- La pregunta es: ¿Cuál de esos seres tiene el poder necesario para hacerlo por ese medio?
- Muy pocos y ninguno tiene motivos que sepamos.
- YO PODRIA….
- Me olvidé de ti. - dijo Arlo
Extendió su mano hacia el demonio con el puño cerrado.
- Ceres – murmuró.
Inmediatamente el portal se abrió y comenzó a absorber al demonio que se resistió a caer.
- ¡LA PROXIMA VEZ QUE TE VEA, TENDRE TU ALMA BAJO MI PODER Y CONOCERAS EL SUFRIMIENTO ETERNO! – grito mientras era absorbido y devuelto a su dimensión.
- Promesas, promesas.
El portan termino de absorber la energía del demonio y las flamas desaparecieron, Marleen se acercó a Arlo caminando lentamente.
- ¿Hay algún ser fuera de este reino que no quiera tu alma para torturarte? - le preguntó.
- Supongo que debe haber alguno.
- ¿De verdad podías sellarlo como le dijiste?
- Realmente no creo que exista alguien que pueda hacer eso – dijo Marleen.
- Y ¿El hechizo que preparaste?
- Era un conjuro que uso para enfriar mis bebidas.
- ¿Entonces le mentiste a un demonio? - pregunto sorprendido.
- Este desgraciado les ha mentido a dioses, mentirle a un demonio sería lo menos grave que ha hecho.
Yaholt como buen hechicero conocía la leyenda de la persona que tenía asignada como compañero: el gran hechicero Arlo había ganado fama al sellar el solo a varios demonios y algunas deidades menores además de ser capaz de realizar complicados hechizos y técnicas que regularmente requerían de dos o más hechiceros. A cerca de su edad se decía que era más viejo que la orden y que no podía morir por una maldición impuesta por algún dios al que no había respetado.
Lo que a el le constaba era que regularmente se mostraba despreocupado e irreverente con las autoridades (mundanas y de la hechicería) y que la mayoría de los espíritus preferían huir o destruirse antes que enfrentarlo, su hábito de fumar era tan famoso como su costumbre de liarse con todas las féminas posibles. Al conocerlo tenía la esperanza de aprender sus trucos y habilidades, pero de momento no que había conseguido aprender había sido por medio de la experiencia.
- ¿Qué haremos? – preguntó Yaholt – los nobles van a causar un gran problema si sus hijos fueron usados para un ritual.
- Los niños siguen vivos – dijo Marleen.
- ¿Cómo lo sabe?
- Bomboncito visítame más tarde en mi cabaña y te doy cursos privados de clarividencia.
Yaholt la miro confundido.
- Ella quiere tener sexo largo y fuerte contigo – dijo mientras miraba el suelo pensando.
- Me hechas a perder mis noches de placer.
- Lo siento, no pensé que te afectará que le explicará al niño tus planes para él.
- ¿Por qué querría tener sexo conmigo?
- Mero placer pastelito, mero placer.
Estaba confundido, sabía que el sexo en los submundos no era tan valorado como en el mundo superior, algunos incluso lo utilizaban como moneda de cambio o para sellar pactos y acuerdos, pero no se imaginaba que una hechicera tan famosa lo quisiera a el como amante; decidió dejar de pensar y enfocarse en su trabajo.
- ¿Cómo saben que están vivos? – insistió.
- Dijo que se necesitaban 5 almas vivas – respondió Arlo.
- ¿las almas no son inmortales?
- Si, pero en términos de hechizos antiguos consideras un alma viva a un ser que sigue vivo, la energía vital no es algo que se conserve luego de la muerte. - Marleen respondió y después miro fijamente a Arlo – ¿que estas planeando?
- Creo que necesito más información, para saber que hacer.
- ¿Porque no solo aparecemos en ese lugar?
- Ni él puede, hay barreras mágicas exageradamente poderosas que no dejan que nadie aparezca ni siquiera en el mismo bosque.
- Sin contar que el bosque alrededor está lleno de trampas y guardianes para que nadie pueda entrar sin invitación.
- Y ¿entonces como vamos a ir a rescatarlos? – pregunto Yaholt.
- ¿No estás rompiendo ciertos acuerdos al estar interviniendo en esto? – Arlo le pregunto a Marleen mientras tiraba la colilla de su cigarro y la pisaba.
- Si, algunos.
- Y ¿Por qué interviene? – pregunto Yaholt - ¿No tendrá problemas?
- Quizá, pero problemas siempre hay.
- ¿El pequeño Jahamal era tu amante verdad? – dijo Arlo riendo.
- ¡no todos vivimos solo para el sexo como tú!
- Entonces ¿cuál es tu interés en este caso?
- Estaba en el barrio y me pareció interesante, a demás la flama que mandaste solo estaba dirigida para mí.
Arlo guardo silencio y la miro fijamente a los ojos buscando penetrar en su mente para conocer sus razones sin embargo ella era una experta cubriendo sus pensamientos y protegiéndose de ataques psíquicos.
En el tiempo que tenían de conocerse en más de una ocasión habían trabajado en equipo logrando grandes hazañas y siendo reconocidos por sus habilidades por lo que el precio por sus cabezas era muy alto, esto causó Marleen dejara de cooperar con el pacto y viviera escondida del mundo evitando peleas que consideraba innecesarias; Arlo por otro lado tenía siglos luciendo su poder para fines no del todo nobles, en más de una ocasión había tocado a las puertas de la muerte pero al ser incapaz de cruzarlas había dedicado su vida a disfrutar de los placeres del mundo humano y ocasionalmente a ayudar en al

LA SOMBRA DEL PACTO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora