Prefacio

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El fuego de la fogata, calentaba mis manos heladas, del furioso invierno, y la brisa salvaje de este. Como de costumbre, me tocaba estar solo en la casa, mi padre solo venía los fines de semanas, débito a su trabajo como empresario. Apenas podia verlo en las fechas especiales: mi cumpleaños.

Desde que mi madre nos dejo, mis días en aquella casa, de volvieron más solos que de costumbre, y no esque nos haya dejado por el simple hecho, de que fuese una casa fortunas, lo extraño es, que desapareció, sin dejar rastro alguno, muchos dicen que esta muerta, otros que estaba loca, pero yo sigo pensando, en que aun sigue viva, y que hay esperanzas, de que algún dia pueda verle de regreso, no voy a mentir, la extraño, me siento mas solo que de costumbre. Aun recuerdo que ella siempre solía hacer juegos conmigo, para entretenerme, pero ahora, el unico compañero que tengo, es la soledad.

El golpeteo de la puerta, me sacó de mi ensimismamiento. No tenía que pensar, para saber quien era; mi padre. Podía reconocer su voz, donde quiera que fuese. Rapidamnete baje del sofa para abrir la puerta, como un niño abriendo su regalo de navidad.

__ Papa!!! __ Dije con una sonrisa en mis labios, mientras le abrazaba. El cual respondió con el mismo gesto.

__ ¿Como te ah ido? Samuel. __ Comenta mientras entra a la casa.

Cada que mi padre venía a mi casa, traía algo consigo siempre, aparte de sus anécdotas eh historias de las cosas que ah hecho en sus viajes. Y esta vez, no fue diferente; Charlamos sobre sus asuntos, le conté como me iba en las vacaciones de verano, hasta que la noche acabo por apoderarse del cielo. Al acabar, decidí revisar algunos regalos que había traído. No habia casi nada que me gustase, siempre fui muy desinteresado con los regalos que me daban, pero siempre trataba de ser agradecido y amable con los que me hacían el gesto. Al abrir una bolsa, vi una camisa de Lana del Rey; era una de mis cantantes favoritas. Al verla, mis ojos se iluminaron de alegría, lo ultimo que imaginé, esque yo pudiera tener una.

__ Te gusta? Samuel. __ Pregunto mi padre, desde la cocina. Se estaba haciendo una taza de chocolate, para menguar el frio de su cuerpo. Ante la pregunta, asenti como si la vida se me fuese en ello.

__ Muchas gracias, Papa!!!! __ le dije con una sonrisa marcada en mi rostro. Acabe dejando la camisa en el sofa, el cual estaba a mi lado. Para seguir revisando los regalos.

Entre todas esas cosas, había algo, que me llamo la atencion, no parecía un regalo, ni tampoco algo que mi padre quisera regalar, juzgandolo por el empaque de donde venía, parecía algo que deberia tirarse.

__ Papa __ Dije tomando la bolsa __ Esto..debemos tirarlo? __ mi padre dejo la taza a un lado, para mirar fijamente la bolsa, y luego esbozar una sonrisa.

__ Es algo, que creo que te gustara, porque no lo abres?

Acabe haciendo caso, aunque a decir verdad, no estaba interesado en saber que había dentro. Al abrirlo, mi sorpresa fue nula; era una especie de aro, este tenía unas piedras preciosas al rededor, de muchos colores vivo, el material el cual estaba hecho, parecia super antiguo. Pero en si, había algo, que me llamaba mucho ; sus colores.

__ Puedes llevartelo a tu cuarto __ Dice mi padre detras de mi. Me sobresalto, porque no se en que momento llegó __ despues de todo, dicen que da buena fortuna.

¿Habéis sentido esa sensación...de que algo no anda bien? Eso es justo lo que siento ahora. Haciendo caso a sus palabras, subí escaleras arriba, para entrarlo en mi cuarto. Y luego bajar a cenar

Continuará..



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