Capítulo 36.

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Edward se despierta primero que, Sami sonríe al verla dormir sin hacer mucho ruido se levanta; tenía que llevar a Marie al colegio y después ir a comprar flores amarillas, ya que hoy era 21 de septiembre.

--No te olvides de las flores papi – dijo Marie.

--No mi niña, después de dejarte en el cole iré por ellas – dijo Edward, llegaron al colegio Edward acompaño a Marie hasta su salón de clases –Tu mami vendrá a buscarte –dijo él.

--¿Cuál de mis mamis?—pregunto Marie.

--Tu mamá Diana amor, acuérdate que hoy quedaste con ella en ir a almorzar – dijo Edward.

Sami estaba preparando el desayuno, cuando Edward se pone detrás de ella y sobre la mesa isla de la cocina que, ya estaba limpia pone aquel hermoso ramo de flores color amarillo, Sami sonríe como tonta al verla; se voltea para ver a Edward.

--Te Amo – dijo Sami y lo besa.

--Te Amo –dijo Edward, Sami lo abraza, ambos fueron al centro comercial para ver algunas cosas para la habitación del bebé.

--No confió en estas cosas –dijo Edward mirando el babycall.

--¿Por qué?—pregunto Sami empujando un carito, donde había la almohada en forma de media luna, algunas cajitas de madera blanca.

--Cuando Marie tenía unos cinco meses de nacida, Diana me la dejo para que la cuide ella tenía que ir a tomar exámenes, Marie empieza a llorar y cuando estaba subiendo las escaleras para ir a verla escucho una voz que decía shh tranquila –dijo Edward.

--No –dijo Sami Edward la mira –Ahí de seguro pensaste lo peor –dijo ella.

--Si, se lo conté a Diana y ella me dijo que esas cosas suelen tener interferencia –dijo Edward, volvieron a la casa, ya que Edward tenía ensayo con los chicos de la banda.

--Amor ya son las nueve de la noche –dijo Edward entrando a la habitación, Sami durmió desde que llegaron del centro comercial –Vamos a pedir comida china –dijo él.

--Voy amor –dijo Sami levantándose de la cama de la nada todo le empezó a dar vueltas, sentía el cuerpo cansado quería algo dulce –Quiero algo dulce –dijo ella, estaba en la cocina sirviéndose gaseosa. —Dejaron la gaseosa abierta no tiene gas—dijo Sami.

--Claro que no, yo la cerré bien –dijo Tommy.

--Pues no tiene gas—dijo Sami y le pasa el vaso de gaseosa.

--Si tiene –dijo Tommy Sami suspira y cierra los ojos –Sami—dijo el sujetando a Sami que casi se cae.

--Mierda que paso—dijo Otto y ayuda a Tommy – Esta pálida, ed—dijo él.

-- Quiero dormir –dijo Sami.

--Amor ya dormiste toda la tarde –dijo Edward.

--Creo que se le bajo la presión –dijo Otto, Edward no lo piensa dos veces carga en brazos a Sami.

--¿Cómo que se le bajo la presión?—pregunto Edward al doctor.

--Sí, es normal que pase estas coas no podrá en riesgo al bebé—dijo el doctor.

Volvieron a la casa, sami moría de hambre por poco se come hasta los palitos chinos, se pusieron a ver la tele; justo estaban pasando juego de gemelas, Edward fue el primero en quedarse dormido.

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