3. Putos Demonios.

4 1 0
                                    

Llevaba tres días viviendo en la casa de la tía de su amigo el chino, mujer a la cual no conoció ya que ella había muerto hace un par de días en una situación desconocida. Y al ella estar viviendo en su casa, provoco que fuera una de las sospechosa principales. Por lo que en este momento se encontraba hablando con dos agentes del FBI en la sala de la casa.

-¿Que relación tiene con la victima? --Esa fue la primera pregunta del hombre de cabello corto y ojos verdes. El cual se había presentado como el agente Cassidy.

-Ninguna. Ella es la tía de un amigo mío, el cual se encuentra en México en estos momentos.

-¿Y entonces que hace usted viviendo en la casa de ella? --Esta vez fue el turno del otro hombre, alto con el cabello hasta los hombros. El agente .

Lucy sabía que no eran agentes reales, al menos no por completo por el tipo de preguntas que hacían.

-Pues llegue aquí hace tres días, mi amigo el chino, dijo que me podía quedar en la casa de su tía... Aunque me dijo que no sabía si seguía viva, pos no se veían desde hace años. --Lucy se recostó un poco en el sillón a la espera de más preguntas.

-¿Él no sabía si seguía viva? -- Pregunto el agente Cassidy.

-Pues no. No hablaban hace años, aunque según él, le envió una carta que decía que yo vendría... Pero cuando llegue, la señora no estaba y la casa estaba echa un asco. Llegue hace tres días y eh limpiado más que en toda mi puta vida

Ambos agentes se encontraban sorprendidos de la forma de hablar de la chica.

-Okey... Solo un par de preguntas más. ¿Ah sentido lugares fríos en la casa, luces parpadeando? ¿Olor a azufre?

-Para ser agentes del FBI, esa son preguntas bastantes raras...¿No creen? --Cuando ambos estaban por hablar Lucy levantó la mano y los interrumpió. --Pero no. Y si no les importa, tengo cosas que hacer.

-Claro, no hay problema.

Los tres se levantaron y caminaron hacia la entrada, siendo Lucy quien abrió la puerta y les dio el paso. El agente Bonaduce se giro antes de seguir avanzando y le saco una tarjeta de su saco.

-Si sabe algo o cualquier cosa no dude en llamar, señorita... Disculpe, acabo de caer en cuenta de que no le preguntamos su nombre.

-Lucy. Lucy Gama.

Con esas ultimas palabras, tomo la tarjeta y cerro la puerto. Y en el momento de hacerlo saco su celular y marco a un numero en especifico. Espero solo dos tonos antes de que la otra persona respondiera la llamada.

-¿Alo?

La voz de Elvis fue lo primero que escucho.

-Elvis. ¿Que onda? Oye...tengo un problema, creo que estoy metida en un pedo terrible.

-¿Como así, wey? Tres días. Tres días y ya te mentiste en pedos, ¿que fue lo que te dije cuando te fuiste?

-Que no me metiera en problemas. Pero eso ya no importa, wey. a tía del chino se murió y me acaban de interrogar dos pendejos del FBI con apellidos de una puta película.

-¿Como así, wey? ¿No que la viejita ya se había muerto? --Pregunto confundido.

-Si, wey. Pero como hace dos días... Ademas esos pendejos me hicieron preguntas raras. Algo sobre si había sentido frió u olor azufre... ¿A que mierda huele el azufre?

-A huevo podrido... Así es como huelen los demonios, wey. Acuérdate, te dije eso hace un chingo de tiempo.

-Si, si, como sea. ¿Osea que eso weyes eran diableros? --Ya cansada de estar parada camino hacia la sala y se sentó en un sillón individual que daba hacia la ventada del patio delantero

Casi Igualitos (Jack Kline)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora