1- La nueva cara de la moneda

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Me muevo envuelta en las sábanas descuidadamente mientras abro mis ojos al percibir la luz. Esta se filtra a través de las cortinas de mi habitación, acariciadas por el viento. Los rayos de luz iluminan mi rostro y, a la vez, juegan con los tonos exageradamente oscuros de mi cabello negro azabache.

A puro dolor y con mucha pereza, me levanto de la cama, ya que debo prepararme para el largo y cansado viaje que haré dentro de unas horas. Justo cuando me encuentro de pie, la alarma que suelo activar cada noche suena como de costumbre, a punto de reventar mis tímpanos. Siempre la pongo, pero generalmente, por instinto, ya estoy con los ojos abiertos antes de que suene. Los golpes en la puerta me hacen reaccionar sacándome del limbo matutino. Como solamente llevo puesto un pequeño pijama gris de tela fina , agarro del sillón junto a la cama una larga bata blanca de algodón para cubrir mi cuerpo, y finalmente me dispongo a ir hacia la puerta.

—¡Señorita, ha llegado su pedido! —grita de forma molesta y chillona una mujer, supongo que del personal del hotel.

—Señorita, ¿se encuentra usted bien. -su voz me resulta realmente irritante , aunque a decir verdad últimamente todo me molesta .

—Señorita, por favor, ¿está...?

Abro la puerta de golpe y dejo a la mujer con las palabras en la boca; y sin mencionar palabra extiendo las manos, la rubia frente a mi debe medir al menos 1.65 , su piel es pálida y diría que esta entre los 35 y los 40 años, me entrega una caja cuadrada de cartón, de un pálido color crema sellada con cinta transparente en cada lado. Dentro debe estar lo que necesito.

La muy impertinente vuelve a hablar aún habiendo entregado el pedido: —Si necesita algo más yo...

No la dejo terminar y cierro la puerta sin ningún tipo de interés. No sé por qué las personas intentan a toda costa ocupar al menos dos minutos de mi atención cuando a mí no me importan sus estúpidas intenciones en lo absoluto. ¿Acaso le era muy difícil solo darme la caja y marcharse ?. Desde hace un tiempo hasta acá para mí no existe nada más que mis objetivos ; seguro muchos imbéciles ven de mala manera la actitud que he adoptado , pero también es muy seguro que muchos de ellos no tienen la menor idea de lo que es estar roto por dentro , aunque en realidad esas cosas no perturban mi mente en lo más mínimo. Sin embargo, deberían tener en cuenta que sus vidas, amigos, familia e intereses solo representan factores insignificantes para mí.  

Con la caja en mis manos me dirijo hacia el sofá ubicado cerca de la ventana pongo la caja en mi regazo y comienzo a quitar con paciencia cada cinta que se adhiere a ella para luego ir abriéndola poco a poco hasta finalmente tener en mis manos lo que esperaba: una pequeña arma oscura por completo, como casi todo lo que ha sucedido en estos últimos meses tan determinantes en mi vida; perfecta para lo que necesito. Y obviamente el silenciador. No me gustan los escándalos; nada de lo que haga puede tener el más mínimo error. Me empeño siempre en hacer un trabajo limpio y eficiente; así ha sido toda mi vida y no me quejo. Me gusta dejar mi imagen plasmada en sus mentes; solo que antes no era tan fría y calculadora;  era más la representación de un rayo de luz que la viva encarnación de la envolvente aura de la oscuridad. Ahora disfruto hacerles saber que puedo destruirlos cuando se me dé la gana; me es satisfactorio causar esos sentimientos que prueban cuán débiles son frente a mí. Un ejemplo de esto es la mujer que hace unos minutos me entrego la caja en mis manos; se le notaba el nerviosismo y ansiedad provocados por mi presencia. Eso es lo que me alimenta, pero si digo la verdad, en el fondo me siento vacía y sin un propósito real desde que aquellos sucesos dañaron mi mente.

Tomo el otro paquete que se encuentra al fondo de la caja y saco otra caja más pequeña hecha de madera. Esta luce elegantemente tallada con el nombre de la prestigiosa marca en un café oscuro que da color a la madera. Las piezas de Cartier siempre han sido de mi agrado. La abro y dentro encuentro un hermoso collar de oro blanco con un pequeño diamante circular.

Deep in my mind Donde viven las historias. Descúbrelo ahora